BAGDAD
El día de rezo musulmán del viernes continuó sembrando el ocupado Irak de muerte y de dolor incontenible por las 215 víctimas mortales de los atentados del jueves en Sadr City cuyos funerales se celebraron ayer en Najaf y por las decenas que ayer se sumaron a la interminable lista de fallecidos.La muerte recorrió ayer sin descanso los barrios sunitas, castigados por los milicianos del Ejército del Mahdi que lidera Moqtada al-Sadr.
En uno de los episodios más crueles de la jornada, varios chiíes quemaron vivos a seis suníes a la salida de una mezquita después de la tradicional oración del viernes. Según admitió el capitán de la Policía Jamil Husein, el incidente ocurrió cerca de un puesto del Ejército iraquí, pero los soldados no hicieron nada para evitar la matanza cuando los milicianos chiíes rociaron con queroseno y les dieron fuego.
El policía Husein acusó al Ejército del Mahdi de la quema de cuatro mezquitas suníes y de la muerte de doce suníes en el barrio de Hurriyah de mayoría chií tras irrumpir en varias viviendas.
En este sentido, los milicianos atacaron con granadas y morteros y, asimismo, quemaron las mezquitas de Ahbab al Mustafa, Nidaa Allah, al Muhaimin y al Qaqaqa, donde permanecieron hasta la llegada de las fuerzas estadounidenses.
Testigos presenciales y residentes de la zona explicaron que los milicianos chiíes les impidieron entrar en los edificios en llamas para retirar los cuerpos de las doce víctimas, mientras los cuerpos de Policía y militares permanecían en las cercanías sin intervenir.
Poco después, varios milicianos llevaron a cabo una redada en la mezquita suní en el distrito de el-Amel y mataron a dos guardias, según dijo el teniente de Policía Maitham Abdul Razaq, y subrayó que otras mezquitas suníes fueron asimismo atacadas en el este de Bagdad, aunque no pudo especificar el número. Otras fuentes indicaron de que también fueron atacadas mezquitas en la ciudad sureña de Basora.
El gigantesco barrio chií de Sadr City también fue escenario de enfrentamientos entre soldados estadounidenses y milicianos chiíes. No se informó de muertos. En un confuso incidente, un helicóptero ocupante causó cuatro heridos tras disparar contra la población. Unas fuentes dicen que el aparato estadounidense disparó contra un grupo de milicianos que lanzaban morteros contra un barrio suní. Otras señalan que el aparato creyó ser atacado cuando, al parecer, los disparos procedentes de un grupo de personas que participaba en un funeral eran de homenaje.
Entretanto, en la ciudad de Tel Afar, a 470 kilómetros al noroeste de Bagdad en la que conviven turcomanos, suníes y kurdos, murieron 23 personas en dos atentados suicida.
Amenazas de al-Sadr
Asimismo, un suicida hizo explotar un coche bomba contra una patrulla militar estadounidense en Mosul, según fuentes policiales, que no supieron decir si hubo víctimas.
En medio de este clima, el Bloque Sadr, que agrupa a los diputados seguidores del clérigo al-Sadr, amenazó con retirarse del Gobierno de unidad nacional y del Parlamento (30 diputados) si el primer ministro títere iraquí, Nuri al-Maliki mantiene sus planes de reunirse el próximo miércoles en Jordania con George W. Bush. Al-Sadr dijo en un discurso leído por su representante que las tropas estadounidenses de ocupación debían salir de Irak y afirmó que los atentados del jueves son «un ataque bárbaro contra la religión musulmana por parte del invasor, de los idólatras (suníes) y de los baazistas apóstatas».