Hace unos días, consternado, me decía un amigo que veía la situación imposible. Que había en la sociedad española tal cúmulo de odios, rencores, calumnias y espíritu de venganza en todos, también en las instituciones, que la convivencia se hace del todo imposible. Yo también veo las cosas así. La situación está del todo descontrolada. Si Zapatero es incapaz de controlarla, no vale para el cargo. Con el PSOE hay poco que hacer, y con el PP la cosa sería infinitamente peor. Su inspiración demócrata cristiana es una sentina inmensa de odio y de venganza.
La culpa la tienen del todo los políticos incapaces y moralmente corruptos que han creado esta situación. Zapatero no hace más que repetir que se hará todo con las leyes, cuando el problema está precisamente en las leyes. Ellos promovieron la Ley de Partidos que precisamente tapona todo. Creo que fue Rubalcaba quien la redactó, y es ahora ministro de Interior. Fue Múgica, ministro entonces de Justicia, quien diseñó la dispersión de los presos. Y ellos crearon el GAL, cuyas decenas de muertos están aún inmunes. González escamoteó sus responsabilidades. El sabrá cómo, pero de seguro no fue con claridad ni justicia. De todos ellos, socialistas, hay poco que esperar. Ellos son españolistas redomados, nacionalistas exacerbados. Poco o nada van a hacer.
Los del PP aún son peores. Más españolistas imperialistas, más nacionalistas españolistas que los otros. Y mucho peores que los otros. Tienen más odio y más espíritu de venganza que nadie. Su ideología, dicen, demócrata cristiana, ni les da espíritu democrático ni espíritu cristiano alguno, a pesar de sus militancias legionarias de Cristo. Su arma política es el odio, la ira, la venganza esparcida con saña a todos los vientos. No quieren la paz, y tienen a Zapatero prisionero de sus bravatas.
Y es que España es así. Su historia lo patentiza. ¿Qué no fue su famosa conquista y liquidación de América? En 50 años redujeron los 70 millones de gentes que había allí a tres. Todo a sangre y fuego. Y en todo España y el catolicismo exaltado han sido así. Liquidaciones y muerte, y a eso le llaman ellos civilización y cristianización.
Los obispos no ayudaron a los políticos a ver las cosas con claridad y a plantearlas con limpieza. De espíritu democrático y de justicia, cero, salvo excepciones, que las hay. La Conferencia Episcopal debía estar apoyando como un solo hombre el proceso de paz. También ahí hay excepciones, y ausencias clamorosas. Ahí tienen la Cope para esparcir a los cuatro vientos su cúmulo de odio, rencor y venganza día a día. ¡Qué inmensa infamia en una emisora de la Iglesia! Que Dios los perdone. Dicen que el cardenal Rouco Varela almuerza con frecuencia con Jiménez Losantos. Sería inmensamente grave.
¿Y la justicia? Todo lo que tocan lo convierten en chandrío, en odio, en venganza. Juicios a mansalva que son un escarnio para quien tenga un mínimo espíritu de verdadera justicia. Lo suyo es la venganza servida en frío, como es de ley, Audiencia Nacional de auténtica vergüenza, Tribunal Supremo o Constitucional para encubrir impávidos las vergüenzas de todos, para dar a los tinglados apariencia de Estado de derecho.
De Juana a la vista. Un muerto sobre la mesa para regocijo de eximios socialistas. ¡Con lo bien que lo tenían! Con haberle echado cuatro años lo tenían resuelto. Hecho entre todos ellos para echarlo al garete. ¡Terrible!
Mientras se siga sembrando odio y venganza, aquí no hay nada que hacer. España se deshará en la infamia. ¡Con lo fácil que lo tenía Zapatero! El también se irá al garete por inepto, por falta de valentía para poner firme al funesto PP. No tiene ni categoría, ni talla de estadista. ¡Con lo bien que se habían preparado las cosas!
Queremos la independencia para poder sobrevivir. España nos asfixia. Gora Euskal Herria askatua. «Quien siembra vientos (odios) recoge tempestades». -