Inflación publicitaria en televisión
La normativa que actualmente rige en la Unión Europea en lo referente a la publicidad que se emite en televisión es la denominada Televisión sin Fronteras. Este documento, que data de 1994, puede tener ya fecha de caducidad si el Parlamento de Estrasburgo aprueba en el debate que afrontará el próximo año el documento recientemente acordado en el seno de la Comisión Europea respecto a la publicidad que se emite en las televisiones del continente. Y, aunque parezca imposible, da la impresión de que con la reforma que se plantea podría aumentar la frecuencia y el tiempo dedicado a la publicidad, no tanto por los anuncios, sino por las promociones más o menos encubiertas que protagonizan personas famosas dentro de los propios programas televisivos, como es el caso de las series y los magacines. Una práctica que unos pocos estados de la UE desarrollan, pero que hoy ya es muy utilizada por las televisiones de los estados italiano y español.
El documento Televisión sin Fronteras vigente en la actualidad dicta una serie de estrictas normas que tienen como objetivo la protección de los televidentes. Entre otras, establece la limitación del tiempo dedicado a la publicidad, que no puede superar el 20% del tiempo diario de emisión, y establece periodos, mínimos y máximos entre los cortes publicitarios, que deben ser de 15 a 20 minutos, aumentando a 45 en el caso de la emisión de películas. Estos límites apenas se cumplen en la actualidad, algo en lo que vienen a coincidir cadenas públicas y privadas. Y además se trampean continu- amente con instrumentos como la publicidad encubierta, cada vez más habitual en nuestro entorno audiovisual. Pero, a pesar de esa inflación publicitaria, el objetivo de la reforma actualmente a debate no es otro que el de flexibilizar otros hablan de liberalizar la publicidad televisiva. Y por las medidas acordadas, no parece que se sitúen muy lejos de ese objetivo, ya que, entre otras cosas, de aprobarse supondría eliminar el límite máximo de horas diarias de emisión publicitaria, así como reducir el intervalo entre los cortes publicitarios, dejando además, y esto es lo que más puede afectarnos, en manos de cada gobierno la potestad de autorizar la publicidad encubierta.
Estamos en plena campaña promocional de Navidad y la consiguiente omnipresencia de todo tipo de productos en nuestras televisiones. Y en las Navidades del próximo año, la cosa aún podría ser peor. -
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