«Picasso nunca hubiera permitido que su obra estuviese en el Reina Sofía»
El Teatro Arriaga acoge hoy la presentación oficial de «Picasso 1937, historia del Guernica», la última obra de Maskarada. Estrenada previamente en Estados Unidos y Madrid, la pieza llega por fin a Euskal Herria, donde se representará en varias localidades, entre ellas Gernika (19 de enero). «Picasso 1937, historia del Guernica», escrita por Carlos Panera, pretende desvelar algunos datos poco conocidos sobre la verdadera historia del emblemático cuadro del pintor malagueño.
BILBO
El proceso de creación de la última obra del grupo vizcaino Maskarada comenzó en enero del año pasado. «Había dos ideas paralelas explica el autor y director, Carlos Panera. Por un lado, queríamos hacer un homenaje a los intelectuales de la República y, por otro, conmemorar el bombardeo de Gernika desde otro punto de vista. Y se nos ocurrió que realmente no se sabían muchas cosas sobre el proceso de creación del ‘Guernica’».En 1936, mientras se declaraba la guerra en el Estado español, en París intelectuales representantes del Gobierno de la República trataban de denunciar la pasividad del mundo ante la contienda. Con motivo de la gran Exposición Universal que se preparaba en esta ciudad, encargaron a Picasso una obra que ocuparía el Pabellón Español. En ese momento, el pintor malagueño estaba en otras claves, muy influenciado por el relato de Balzac “La obra maestra desconocida”. La furia creativa del artista estalla definitivamente con la destrucción de Gernika por la Legión Cóndor al servicio de las tropas franquistas. Todo esto es, en resumen, lo que cuenta la obra de Maskarada, desvelando otros muchos detalles. Así, por ejemplo, se narra que, por una casualidad, Picasso pintó el “Guernica” en el mismo taller en el que transcurre el relato de Balzac y que la fotógrafa Dora Maar, además de dejar testimonio del proceso de creación del mural, tuvo una gran influencia en el pintor en ese momento. «Nuestra obra habla del proceso creativo del ‘Guernica’ y de temas y polémicas como el arte por el arte o el arte como denuncia. En este mural se aúna un espíritu de búsqueda de la vanguardia con un factor de denuncia y de historia», señala Panera. El papel de Pablo Picasso recae en Iñaki Urrutia, quien es consciente de lo «problemático» de encarnar a un personaje histórico. Tras haber estudiado su personaje a fondo, el actor tiene una cosa clara: «Yo no sé si Picasso hubiera querido ver su cuadro en Euskal Herria o no. Pero de lo que estoy seguro es de que nunca hubiera dado su permiso para que el cuadro se instalase en un museo con el nombre del Reina Sofía. El era profundamente republicano y dejó dicho que quería que su cuadro volviese a España cuando se reinstaurase la República». En el momento en el que transcurre la obra el pintor ronda los 55 años, está casado con Olga, con la que tiene un hijo; tiene otra hija con su amante María Teresa Walter y una tercera relación con Dora Maar. Junto a Iñaki Urrutia actúan otros seis actores y dos músicos, en un montaje sostenido por elementos audiovisuales y cubistas. La obra fue premiada con cuatro galardones en el International Theatrefest de Midland, Estados Unidos, entre ellos al mejor espectáculo y mejor interpretación. El pasado mes de octubre se estrenó la versión definitiva en el festival Madrid Sur.
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