REAL SOCIEDAD 0
GETAFE C.F.
0
DONOSTIA
El camino elegido para salir de la crítica situación clasificatoria sigue sin conducir a una victoria y cada partido que pasa sin encontrar la luz del triunfo en el túnel de la desconfianza aumentan las dudas alrededor del equipo y con ellas la oscuridad. El buen partido defensivo del Calderón alimentó la confianza de todos en la mejoría del equipo, pero lo que valió para lograr un punto y dar una buena imagen ante el Atlético no sirvió para ganar al Getafe. La conclusión que sacaron los blanquiazules tras el Calderón fue que el camino para encontrar el triunfo pasaba por el del primer tiempo, en el que además de defender bien se atacó con un cierto criterio. Por ello Lotina tomó la determinación de no realizar cambios y alineó el mismo once de Madrid a pesar de la recuperación de Xabi Prieto y Kovacevic y de que los dos partidos y, con ellos, los planteamientos debían ser diferentes porque el Getafe no tenía que exponer como era obligación del Atlético y ayer era a la Real a la que correspondía llevar la iniciativa en el encuentro porque el punto que regala el reglamento por hacer tan poco como ayer era suficiente para los de Schuster, pero no vale para los de Lotina, obligados a sumar de tres en tres.
El técnico de Meñaka sostenía tras el partido que quiso jugar como en el Calderón porque creía que el Getafe iba a llevar el peso del partido y que no coloca a Aranburu de medio centro porque no tiene a otro mejor para jugar en la izquierda. A uno no le agrada criticar a Lotina porque pocos tienen menos culpa que él de la situación actual y el trabajo que ha realizado para mejorar el aspecto defensivo en la pretemporada que la Real ha tenido que efectuar en noviembre ha sido muy positivo. Pero reconocer su influencia positiva en la mejoría defensiva experimentada por el equipo y que es el mejor entrenador para afrontar la crítica situación no puede ir reñido con cuestionar lo que hace y no creer lo que dice.
Problemas para atacar
La Real no arriesgó nada en la primera hora de partido lo que igual es un riesgo mayor porque es vital ganar y Aranburu no ha jugado de medio centro por la sencilla razón de que antepone la defensa de su portería a la asunción de riesgos y considera que sin dos pivotes como Garitano y Juanito no tiene confianza en que de esa manera su equipo va a ser sólido. No hay que olvidar que no jugó de pivote ni en la izquierda en el anterior partido de casa con el Betis. Estuvo en el banquillo.
Simplificar los problemas ofensivos que ha experimentado la Real a la alineación de Juanito y Garitano en el centro del campo no es justo, pero jugar en casa con dos hombres en ese puesto que no aportan casi nada con el balón es muy bueno en defensa y muy malo en ataque. El de Derio dijo que muchos equipos juegan con dos pivotes defensivos en Primera. Una cosa es ser defensivo y otra aportar tan poco en ataque.Pero el problema de la Real en ataque no es sólo que jueguen ellos. Al principio Lotina quería compensar eso con una mayor aportación de los laterales, pero Gerardo no aporta en sus pocas subidas y Aitor las ha reducido a su mínima expresión desde que ha pasado a la izquierda, con la excepción de las dos del inicio del segundo tiempo de ayer que llevaron a dos de las mejores opciones de su equipo. Además los dos que jugaron por delante en banda no tienen velocidad para desbordar y los que jugaron de delanteros no son rematadores.
Si se junta todo eso a la falta de confianza lógica y a la ansiedad que provoca la obligación de ganar en Anoeta ante un equipo que no está dispuesto a asumir riesgos, provoca que la Real sea casi nula en ataque. Y si no se ataca es muy difícil ganar, y lo que es igual de malo, la afición ve un fútbol ofensivo tan pobre, que es lo único que valora la gran mayoría, que pierde cualquier confianza en el equipo. Y con tan poco riesgo es difícil ganar, sobre todo si tampoco se aprovechan las opciones a balón parado.
Resulta sorprendente que, con jugadores como Novo o Jesuli en el campo, sea el lateral derecho el encargado de lanzar todos los corners y faltas, lo que impide a un central, Mikel González, subir y aprovechar que el Getafe es el equipo que más riesgos asume en la defensa a balón parado al mantener a dos jugadores en el centro del campo cuando los demás suelen meter a los once en su área.
Además tampoco Gerardo justifica con sus golpeos esa elección y menos si se hace a un lateral derecho correr setenta metros e ir a la izquierda para sacar un corner en corto para Jesuli, al que sólo se le dejó sacar una falta en los últimos minutos cuando ya no podía con su alma y, por supuesto, golpeó el balón de horror.
Un primer tiempo aburrido
Como la Real no estaba para atacar demasiado y el Getafe no iba a asumir riesgos, el primer tiempo fue un tostón para los espectadores sin apenas ocasiones de gol. Abbondanzieri sólo tuvo que intervenir en dos remates de sus defensas en sendas jugadas a balón parado de la misma manera que Bravo se limitó a despejar con apuros un cabezazo de Alexis en otra acción de estrategia. Así transcurrieron los primeros 45 minutos sin lugar a alegrías ni sobresaltos, lo que llevó a la afición a mostrar su contrariedad con lo que poco que veía sobre el terreno de juego y a llegar a la conclusión de que no hay calidad en la plantilla, entre otras cosas porque no se utiliza toda la que hay.
En el segundo la Real presionó algo más arriba, que es el gran problema de siempre, y así a base de corazón tuvo algunas ocasiones, aunque ninguna tan clara como la que salvó Bravo tras un remate de cabeza de Manu del Moral.Sólo en el último cuarto de hora Lotina asumió el riesgo que muchos quieren ver de inicio, por lo menos en Anoeta, al jugar con dos delanteros y con Aranburu de medio centro para aportar más salida del balón. Pero para entonces el azpeitiarra estaba sin frescura y casi estuvo tan estático como Garitano y Jesuli sin gasolina.
Así la salida al campo de Xabi Prieto, Kovacevic y Díaz de Zerio tampoco sirvió para lograr la primera victoria porque el tiempo, las energías y la poca confianza de un equipo que no conoce la victoria se habían dejado en un camino que no conduce por el momento al triunfo. Porque Lotina ha detenido la sangría de goles recibidos, pero los puntitos que se suman desde la solidez y el miedo a perder no impiden que el club se siga desangrando. Porque el Betis ahora está a tres puntos, pero los demás cada vez están más lejos.