A la vista de cómo están las cosas, no resulta difícil imaginar a Pedro J. Ramírez y el resto de los gurús de la fachenda dando ridículos saltitos de alegría en la confianza de que todo pueda saltar en mil pedazos.Ayer se lanzaba a dar órdenes sobre lo que cada cual tiene que hacer a partir de ahora. Y es que, a la luz de su análisis, «ahora el caballo de batalla se sitúa en la voluntad de Batasuna de presentarse camuflada con otras siglas a las elecciones municipales y forales del País Vasco y Navarra». Arrima el ascua a su sardina el de “El Mundo” y sentencia que «los cálculos del Gobierno que esperaba una renuncia de Batasuna a la violencia para proceder a su legalización con otras siglas de acuerdo con la Ley de Partidos han fallado completamente y ahora la organización ilegalizada pretende desafiar al Ejecutivo poniéndole en la tesitura de impugnar las candidaturas no acordes con la Ley de Partidos, como ya sucediera en las anteriores elecciones locales».
Llega ya el momento de empezar a poner orden en sus filas, y Ramírez se las pinta sólo para dar instrucciones a los demás:«Es evidente como se puso de manifiesto en 2003 que para anular las posibles candidaturas camufladas de Batasuna es necesaria una ardua labor de investigación de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que deben acreditar las vinculaciones con la organización ilegalizada de los candidatos que puedan figurar en las listas. En este sentido, tiene toda la lógica que Acebes inste al Gobierno a investigar los actos preelectorales que celebran los miembros de Batasuna en el País Vasco». Tan «ardua tarea» les llevó, en la anterior ocasión, el tiempo de hacer las fotocopias, y al Tribunal Supremo, lo que tardaron los magistrados en cenar una merluza en salsa verde. ¿Recuerdan?
Deja para el final la exhibición de la patita blanqueada
con harina:«Tanto los dirigentes socialistas como el presidente del PNV
reprocharon con dureza a Otegi que el domingo dijo que quiere hacer
política su incapacidad para desvincularse de los terroristas (...) Es
evidente que los dirigentes de Batasuna son incapaces de plantar cara a quienes
tienen las pistolas, por lo que la presión sobre ellos ha de mantenerse. La
coincidencia expresada ayer por PSOE y PP puede ser el comienzo de una dinámica
que desemboque en la deseada recuperación del Pacto Antiterrorista». Le falta
decir: «que es de lo que se trata». - msoroa@gara.net