Hace unas semanas pudimos conocer a través de medios de comunicación que en la Herriko Taberna de Zarautz la Guardia Civil se había hecho con un listado de munícipes de los que se documentaba un amplio y detallado seguimiento, con fines supuestamente obvios e inadmisibles. En fecha más próxima, también conocimos las incidencias respecto a un supuesto «ataque homicida» contra policías municipales en Bilbo.

Son sin duda hechos, situaciones sumamente delicadas, que requieren un estudio profundo, lejos de simplezas y juicios de valor a bote-pronto, pues de estos hechos pudieran devenir graves, muy graves responsabilidades.

Tras la exposición de los hechos tal como fueron recogidos por los medios, la situación requiere una seria reflexión:

Aceptar ­imitando a Ibarretxe en el 11-M­ la información facilitada por la Guardia Civil y hacerla suya, para más tarde difundir, acusar, juzgar y condenar a la izquierda abertzale como responsable intelectual de los hechos, utilizando para ello todos los medios a su alcance, no sólo es un grave error, también es inadmisible.

Respecto al «ataque homicida» a los policías municipales de Bilbo, nos encontramos con la misma praxis, con el agravante añadido de que muy a pesar del diligente y contundente fiscal, y de la rapidez del Sr. Azkuna y toda su comisión de portavoces en ejercer presión, el criterio del juez exime totalmente de la grave acusación a los detenidos, dejándoles en libertad o encarcelándoles bajo acusaciones que nada tienen que ver con la supuesta intención de quemar a un agente de la guardia urbana.

Estos no son hechos puntuales, son la expresión de una norma de comportamiento establecida. ¡Basta ya! Hasta aquí hemos llegado, esto no puede continuar así, alguien debe hacerse cargo de la situación, esclarecer los hechos y ,poniendo negro sobre blanco, erradicar las razones de estos comportamientos más propios de mafiosos que de personas que representando al PNV ostentan las alcaldías de Zarautz y Bilbo.

Josune Ariztondo anderea, hona hemen aski nabarmen, EAJ-PNVek ditun erabaki estrategikoen sendota- sun erakargarria.

En mi opinión, quienes así proceden de hecho han desnudado sus cerebros públicamente, exponiendo su tesis respecto al momento político. He aquí su tesis: En este supuesto proceso ­que yo no he buscado­ no estoy dispuesto a arriesgar nada. Es más, desde mi cómoda y autodefinida equidistancia (?) quiero dejar constancia de mi apuesta clara al considerar inadmisible la pretensión de desarrollar un proceso que nos lleve a la paz, sin que una de las partes condene expresamente la violencia, además de admitir el legítimo accionar policial y judicial del Estado de Derecho. Es decir, no quieren asumir que son parte y además niegan la facultad y el derecho a la defensa que asiste al agredido.

Este es su simple, viciado e interesado catecismo.

Hay un tercer hecho, relevante por muchas razones, que también ha sido recogido por la prensa y que para mi sorpresa y asombro, ni los alcaldes citados ni sus responsables políticos han considerado necesario expresar, con la rotundidad que acostumbran, su más firme repulsa ante la barbaridad cometida.

Me estoy refiriendo al proceso que se sigue contra las personas detenidas en las denominadas «redadas preventivas». Tras la celebración del primero de los juicios contra un grupo de los 116 detenidos, 103 acusados y 70 encarcelados, que tal fue el balance de esas redadas, la puesta en libertad, tras tres largos años en la cárcel, de quince de estas personas, abría una pequeña puerta a la esperanza de que el proceso en su contra se desarrollara con un mínimo de cordura. Pero las durísimas condenas que se les han impuesto han ratificado la locura en que se basa este proceso y aumentado la amenaza que pende sobre más de un centenar de personas cuyas vidas, como tantas otras en Euskal Herria, están pendientes de lo que ocurra en las salas de la Audiencia española.

Es evidente que el comportamiento de las citadas alcaldías no se improvisa, y su motivación tiene dos objetivos: hacer daño ­y lo consiguen­ y generar una corriente de opinión en la sociedad de manera que la equívoca interpretación de la verdad genere una sedimentación de lo negativo, lo rechazable, dificultando el necesario entendimiento.

Es una apuesta clara que refuerza una de las partes, a la vez que legitiman la brutal represión dándole carácter institucional. Esto tiene una evidente traducción estratégica: colaboran de manera secuencial con el Gobierno español en el proceso iniciado, porque comparten intereses.

Comparten intereses con un Estado que lleva decenas de años ­también el Gobierno actual­ alimentando una cruel contradicción, que hasta hoy ­también hoy­ le sirve para mantener una cierta cohesión interna, ya que por encima de otras consideraciones no puede negarse la evidencia, y es que no quieren prescindir de la violencia, para poner fin a la violencia.

Es más, tengo la firme convicción de que con la estrategia actual del Gobierno español, lo que pretenden es forzar el regreso de la violencia armada de ETA. Por varias razones, aquí alguna de ellas:

­Porque creen que no dañaría la entidad e imagen internacional de su Gobierno.

­Porque reforzaría su hoy cuestionada visión de la España constitucional.

­Porque neutralizaría la presión actual del PP, obligándole no sólo a cambiar de registro, también a iniciar un imprescindible proceso de regeneración que no les permitiría acudir en condiciones a las próximas elecciones legislativas.

­Porque les permitiría metamorfosear la Ley de Partidos maquillándola de forma parcial, en función de sus intereses a medio plazo.

­Porque así pueden ganar tiempo y ofrecerse al pueblo español como un gobierno de todos los españoles, encarando las próximas elecciones legislativas como garante de la vertebración racional de la España de las autonomías. Lo que presuntamente podría aproximar al PSOE a la mayoría absoluta.

­Porque así podrían planificar y desarrollar en el tiempo las negociaciones iniciadas, sin presiones internas ni internacionales, gestionando el enfrentamiento armado, tal y como se han desarrollado en otras áreas de Europa y el mundo.

¿Es esto lo que busca y pretende con su política el PNV? ¿Las fuerzas políticas que intervienen en Hego Euskal Herria, que cifran su política ­casi en exclusividad­ en la exigencia de marcar a la izquierda abertzale cual debe ser su andadura política, comparten este planteamiento? Sería bueno ir despejando incógnitas, de otra forma, vivir de encuestas resultaría tremendamente dificultoso, si no imposible. -