En el mes de diciembre del año 1936, ahora hace exactamente 70 años, se inauguraron los puentes móviles levadizos de Begoña y Deustua, en Bilbo. Con tal motivo, parece interesante recordar y meritar esta singular y bella tipología de estructura urbana. El Proyecto de Ensanche de la Villa de Bilbao, aprobado en el año 1876, preveía su expansión por los terrenos de las anteiglesias vecinas, es decir, Abando, Begoña y Deustua, que paulatinamente adquirieron una población notable, sobre todo, de clases populares, por razones del costo de la vivienda.
Las dos primeras anteiglesias citadas se anexionaron parcialmente en el año 1870 y Abando totalmente en 1890. Por un Real Decreto de 29 de octubre de 1924, el resto de Begoña y Deustua serán incorporados definitivamente, así como el barrio de Lutxana, desde el día 1 de enero de 1925.
El alcalde de Bilbo, Federico Moyúa, se comprometió ante sus habitantes a la construcción de dos puentes sobre la Ría que facilitasen la comunicación con estos nuevos y poblados barrios.
Ordenó al arquitecto municipal Ricardo Bastida (1879-1953), quien ya había anticipado la necesidad de nuevos puentes en su célebre conferencia de 1923 ‘‘El problema urbanístico de Bilbao’’, que a la vez de acudir al Congreso Eucarístico de Chicago de 1926, conociera los puentes móviles, tipo cantilever, de brazos basculantes de esta ciudad actualmente tiene 37 y de Detroit.
EL MODELO DE LA AVENIDA MICHIGAN
Finalmente, sería el puente levadizo de la Avenida Michigan de Chicago, obra de los ingenieros Bennett, Pihlfeldt y Young, realizado en 1920, el modelo elegido para la capital vizcaina.
Posteriormente se encargaría a dicho arquitecto, junto con los ingenieros José Ortíz de Artiñano, industrial, e Ignacio de Rotaeche, de caminos, canales y puertos, los proyectos de los mismos. Como elemento arquitectónico emergente aparecerá, evidenciando su función, al igual que en el puente americano, la caseta de control y mandos de los mecanismos de elevación.
Estos puentes debían mejorar la relación entre orillas comunicando el centro del Ensanche, Abando, en la izquierda de la Ría, con los dos núcleos periféricos incorporados, en la derecha.
Se proyectaron con dos hojas móviles levadizas constituidas por dos vigas metálicas de celosía cada una, como lo había sido en 1845 el tramo central del puente original de Isabel II, en El Arenal, para no interrumpir el tránsito fluvial, siempre preferente, que todavía necesitaba llegar a los muelles, aguas arriba del Ibaizabal.
En realidad, son puentes dobles y triples, respectivamente, ya que además de permitir y respetar la prioridad del paso de los barcos por la Ría, debían salvar en ambos casos el trazado del ferrocarril de Santurtzi en la orilla izquierda, y el de Deustua, la continuidad de los muelles en la Campa de los Ingleses en dicha margen y la carretera de Areeta en la derecha. Ambos puentes están condicionados en su emplazamiento por la trama urbana ya existente.
PUENTE DEL AYUNTAMIENTO
Inicialmente llamado de Begoña, el más cercano al Casco Viejo, trazado como enlace entre la plaza Circular o de la Estación en el Ensanche y el municipio anexionado, a través de la entonces calle de la Sierra, (actual Buenos Aires), tiene una posición muy singular respecto al curso de la Ría en el encuentro de un tramo curvo con uno recto. Fue construido por Euskalduna y Babcock & Wilcox.
Las obras se iniciaron en octubre del año 1933 y no se terminaron hasta el 12 de diciembre de 1936; pero duró poco. Como todos los puentes de Bilbo fue dinamitado, descalzado de sus apoyos, por orden del Comité de Defensa del Gobierno de Euskadi ante el asalto a la villa de los facciosos franquistas, el 17 de junio de 1937. Reconstruido idénticamente se reinauguró oficialmente en el año 1941.
Tiene una luz de 49,60 metros para el paso fluvial, igual que el cauce, donde el gálibo o altura en su centro es de siete metros sobre la pleamar. Suma además 105 metros de longitud en leve pendiente ascendente hacia Abando, donde su cabecera es asimétrica y con una anchura de 20 metros distribuidos en 14 de calzada y dos aceras de 4 metros.
Al irse desplazando la actividad portuaria desde El Arenal aguas abajo fue sellado en 1969 y todavía, al atravesarlo, se nota el palpitar de sus hojas cuando circula un vehículo pesado.
Este puente sufrió una mutilación absurda en mayo de 2002. Se le mutiló una hermosísima balaustrada curvilínea de piedra en su cabecera y lado más próximo al edificio consistorial, desfigurándolo innecesariamente para crear una desconsiderada peana a ‘‘Variante ovoide de la desocupación de la esfera’’, una torpe ampliación de una escultura original (25x25x35 centímetros) de Oteiza en este lugar.
En estos días, precisamente, el tramo simétrico situado al otro lado del puente de Begoña o del Ayuntamiento ha sido también demolido absurdamente con motivo de las obras del aparcamiento del Arenal. Siendo una parte sustancial de un elemento catalogado, ¿cómo se puede agredir y deformar tan frívolamente un bien cultural, un objeto monumental?
PUENTE DE DEUSTUA
Este puente, aprobado el 23 de julio de 1931, se proyectó entre un extremo del Ensanche, el Parque y la Universidad, en el otro, y su primera piedra la colocó el alcalde Ernesto Ercoreca en 1932, en conmemoración del primer año de proclamación de la República. Tiene una longitud total de 500 metros, en un elegante trazado con un extremo levemente curvilíneo junto al Parque. A pesar de que la amplitud del cauce en este punto es de 71 metros, para el paso de la navegación tiene una luz de 48, limitada por las edificaciones que contienen la maquinaria del tramo móvil que, en dos hojas, basculan hasta un ángulo de 70º, en apenas un minuto. Cerrado posee un gálibo de 7,96 en el centro sobre pleamar. La anchura para el tránsito urbano es de 20 metros, repartidos entre una calzada de 12 y dos aceras de 4 metros en el tramo levadizo y 25 metros en el resto de la estructura ( 15, 5 y 5). Fue construido por La Naval y La Basconia e inaugurado discretamente en tiempo de la sublevación, el 7 de diciembre de 1936, por el mismo alcalde.
Asimismo, fue dinamitado con precisión en sus apoyos para inutilizarlo, la noche del 18 al 19 de junio. También se reconstruyó fielmente por los fascistas, sin la participación de Rotaeche y fue puesto en servicio el 25 de octubre de 1939, siendo alcalde José Mª Oriol y Urquijo, el mismo día de la inauguración del monumento a Evaristo de Churruca en Getxo.
El progresivo traslado de las operaciones portuarias en los muelles fluviales de Uribitarte y Abandoibarra hacia el Abra, hizo que su apertura fuese muy esporádica, apenas semanalmente para los buques de la naviera Pinillos. Con el último barco salido de Abandoibarra por necesidades comerciales, el ‘‘Hoockres’’ (4-5-1995) se inició un período de incertidumbre sobre la posibilidad de perpetuar, eventualmente, la impresionante y tradicional maniobra del alzado de sus hojas. El «portero» del puente, desde su elegante cabina, respondía a los tres toques reglamentarios de sirena del barco que debía atravesarlo, un patrimonio sonoro, irrepetible, accionando los mecanismos para el paso majestuoso del buque, mientras las hojas del puente abrazan el cielo.
APERTURA POR ACONTECIMIENTOS
Sólo algunos acontecimientos festivos multitudinarios gozaron de tan tecnicista espectáculo: la gabarra ‘‘Athletic’’, 1983 y 1984, la puesta en escena del barco ‘‘Sondica’’ para la película ‘‘Arruinados’’, a primeros de 1993, el recibimiento al velero ‘‘Euskadi-Europa-93- BBK’’ del navegante solitario José Luis Ugarte (24-4-1993), y el paso de Mari Jaia, en Aste Nagusia (19-8-1995).
Recientemente, con motivo de unas Jornadas Europeas de Patrimonio (7-10-2001) y anualmente, como saludo a la popular regata estudiantil Ingenieros-Deustua, con carácter simbólico, se abre breve pero por avería, parcial y asimétricamente. Ha sido asimismo escenario de rodaje de varias películas como ‘‘Adiós Pequeña’’, ‘‘Rapsodia de Sangre’’, ambientada en Budapest, 1957, ‘‘Todo por la pasta’’ y ‘‘La vida nueva de Pedrito de Andía’’, 1964-65.
Hace unos años se anunció el sellado del mismo, pero las reivindicaciones del escasísimo número de personas que nos interesamos por el patrimonio cultural de Euskal Herria hicieron recapacitar a las administraciones implicadas y se aseguró la persistencia de su apertura, que constituye la razón fundamental de su tipología. En el Plan General está catalogado en el máximo grado: Protección Especial, nivel A.
Debido a su singularidad como uno de los hitos más reconocibles y hermosos del paisaje urbano de Bilbo, sería conveniente una restauración que reconociera si el color verde actual y en que grado de tonalidad, fue el original de su parte metálica, o se recuperara el que tuviese. Sus recintos de engranajes y contrapesos inferiores de la culata del tablero, visibles bajo el mismo, actualmente en las edificaciones de ambos lados, muestran todos los mecanismos para la maniobra de elevación y deberían ser entendidos como una sala expositiva, no como un cuarto residual de máquinas. Su magnifica presencia en la Ría es incluso realzada por la noche, gracias a una acertada iluminación.
El puente en su tramo sobre las orillas está apoyado sobre una bellísima estructura de hormigón armado que ya se percibía en el lado de Deustua. En el otro ha quedado de manifiesto, afortunadamente, al crear el paseo de ribera de Abandoibarra bajo su tablero, pero el siguiente trecho que finaliza junto a la plaza del Museo, el curvilíneo soportado por pilares de hierro de notable estética, será absurdamente cegado por rellenos de tierras próximamente; se emplaza y apremia a la ciudadanía a contemplar su enorme calidad y hermosura.
Este puente, como sendero de un bello paisaje urbano sobre la Ría y el Parque de fondo, sufrió una aberrante humillación con la inauguración en 2004 del zafio bazar comercial Zubiarte que llega a agobiar y sobrevolar la acera, colapsando un diálogo irrenunciable.
IGNACIO DE ROTAECHE (1888-1951)
En cuanto a quien, al parecer, es el principal proyectista del puente, Ignacio de Rotaeche Velasco (Gasteiz 1888-Zeanuri 1951) es preciso destacar su figura, desgraciadamente, muy desconocida, como ingeniero de caminos, canales y puertos. Titulado en Madrid, se formó en Estados Unidos, trabajó en ferrocarriles de Marruecos y fue ingeniero de las obras del Puerto de Bilbao. Personalidad que a su sólida formación técnica unió un profundo interés por Euskal Herria, siendo diputado a Cortes por el PNV en 1918 y presidente del Euzkadi Buru Batzar de Comunión Nacionalista Vasca, promoviendo la reunificación del PNV en la asamblea de Bergara en 1930.
Tuvo que exiliarse en 1936, procesado por el Tribunal de Responsabilidades Políticas y condenado a la confiscación de sus bienes y al destierro. Incluso, fue expulsado del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, trabajando sin el reconocimiento de su título y regresando en el año 1947. Después de muchos años se le desagravió de tan infame y dictatorial decisión.
Tras haber reivindicado durante años la necesidad de perpetuar su recuerdo y mostrar a las generaciones sucesivas la capacidad de estos técnicos vascos, por fin se colocó en el de Deustua, un extraño día, el 15 de abril de 2002, una placa dedicatoria a los proyectistas de estos puentes. Asimismo, sería interesante, institucionalizar, al menos un día al año, la ceremonia de apertura de las hojas, que podría ser el domingo más próximo al día de su inauguración que ahora reivindicamos, como excepcional patrimonio industrial y urbano, y en homenaje a sus autores. -