ASUNCION
Las imágenes de televisión mostraban el lanzamiento de petardos, piedras y palos contra los agentes policiales por parte de los manifestantes, que pretendían llegar hasta el supermercado de la misma cadena del Ycuá Bolaños, que ardió completamente el 1 de agosto de 2004.Los altercados comenzaron en el polideportivo de una unidad castrense donde pocas horas antes el tribunal que juzgó el caso declaró culpable al propietario del supermercado, Juan Pío Paiva, a su hijo Víctor Daniel Paiva y al guardia Daniel Areco del delito de «homicidio culposo», castigado con sólo un máximo de cinco años de cárcel. La Fiscalía había solicitado una condena por «homicidio doloso», que conlleva la pena máxima en el país de hasta 25 años, delito por el que votó en minoría la presidenta del tribunal, María Doddy Báez.
Que no se vayan sin pagar
La Fiscalía había solicitado una condena de hasta 25 años al argumentar que las puertas del local fueron cerradas cuando comenzó el fuego para evitar actos de vandalismo o que los clientes se retirasen sin pagar.Antes de que terminara su exposición el juez Miguel Aguirre, quien junto al voto de Elio Ovelar determinó la condena más leve de las posibles, decenas de víctimas y familiares rompieron el cordón de seguridad y obligaron a los miembros del tribunal a refugiarse en un sector del local.
Otros cuatro socios comerciales del supermercado Ycuá Bolaños también están procesados por el delito de «exposición de personas a lugar de trabajo peligroso», pero los incidentes impidieron que el tribunal anunciara el fallo sobre estos acusados.
A los gritos de «asesinos, asesinos», las víctimas de la peor tragedia civil de la historia de este país sudamericano amenazaron con «hacer justicia» con sus propias manos y acusaron a los miembros del tribunal de haber sido sobornados por los acusados.
«Nos advirtieron siempre de que íbamos a perder por dos a uno», afirmó muy enojado el médico Roberto Almirón, miembro de una de las organizaciones de víctimas y familiares, quien perdió a un hijo adolescente en el incendio.
