RIAD
El rey Abdallah de Arabia Saudita advirtió ayer de que «nuestra región árabe está amenazada por muchos peligros y es como un barril de pólvora al que sólo le falta una chispa para estallar».El saud hizo estas declaraciones en la apertura de la cumbre anual de las monarquías petrolíferas del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) en Riad.
Por primera vez en muchos años, y como muestra de la preocupación de estos regímenes por la situación en Irak, la cumbre reunió a los jefes de Estado de los seis países del Golfo (Arabia Saudita, Bahrein, Kuwait, Oman, Qatar y Emiratos Arabes Unidos).
El monarca saudita comenzó su intervención con la consabida referencia a la «horrible ocupación de Palestina». No obvió el riesgo de guerra civil en los territorios ocupados, pero todo apunta a que fue el tan clásico prólogo de unos países que abandonaron hace decenios la causa palestina al calor de sus alianzas con Occidente.
Más sincero, el rey Abdallah se refirió a Irak, donde «un hermano mata a su hermano» y a Líbano, «amenazado por un conflicto entre los hermanos del mismo país».
La situación de Irak, coincidiendo con los anuncios por parte de EEUU de que podría acelerar una retirada gradual y táctica nadie se cree que Washington se vaya a quedar sin bases estratégicamente situadas en el país de los dos ríos, estuvo en el centro del debate.
Voces autorizadas del despótico reino saudita han advertido de que las monarquíes petrolíferas ayudarán a los sunitas iraquíes en la misma proporción en la que aseguran lo hace Irán a los chiítas iraquíes en caso de que EEUU lleve su ocupación a un segundo plano.
El programa nuclear iraní también está en la agenda de la cumbre de los regímenes del Golfo.
No es ajeno a estas preocupaciones, incluida la relativa a Líbano, el hecho de que muchos de estos regímenes reprimen a la población chiíta mayoritaria en Bahrein, minoritaria pero estratégicamente situada sobre los pozos petrolíferos occidentales en Arabia Saudita, mayoritaria en Irak y pujante en Líbano (Hizbula).
En Irak, los grupos sunitas mostraron sus reservas, cuando no su radical oposición, a la conferencia de reconciliación nacional convocada por el Gobierno a mediados de mes.
Dieciséis iraquíes murieron en ataques, seis de ellos en un atentado suicida en la ciudad santa chiíta de Kerbala.
Tres soldados de EEUU murieron ayer en ataques. Tres soldados iraquíes cayeron bajo las balas ocupantes «por error».
BAGDAD
Un sobrino del derrocado presidente iraquí, Sadam Husein, encarcelado por cooperar con la resistencia, se escapó ayer de la prisión de Badush, en el noroeste de Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad, con la ayuda de un alto funcionario. Ayman Sabawai Ibrahim fue condenado en diciembre de 2005 por cruzar de forma «ilegal» la frontera con Siria.
Sabawai es hijo del hermanastro de Saddam Hussein Nayel Sabawai al Hasan al Tikriti, que ocupaba el puesto 35 en la lista de responsables iraquíes más buscados por los ocupantes. Fue detenido en mayo del año pasado en una redada policial al norte de Tikrit.
Desobediencia civil contra el cerco militar
ocupante
BAGDAD
Los habitantes de la ciudad de Biyi, a 185 kilómetros al norte de Bagdad, recurrieron ayer a la desobediencia civil para protestar contra el cerco militar impuesto por el Ejército ocupante contra un barrio de la ciudad.
Fuentes oficiales confirmaron que las calles de la ciudad estaban totalmente desiertas y que los ciudadanos se negaron a ir a sus trabajos. Los biyíes protestan contra el bloqueo impuesto contra el barrio de Sinyia que comenzó hace 13 días.
Tras reunirse con los jefes de las tribus de la zona, el Ejército estadounidense insistió en que mantendrá su cerco mientras sus soldados sigan siendo atacados.