Con motivo de la propuesta realizada por el
Parlamento Vasco, en noviembre de 2005, para redefinir los modelos lingüísticos
escolares, se vienen realizando en el País Vasco diversos actos, jornadas y
trabajos de reflexión sobre el tema. Esa propuesta deberá estar elaborada para
el mes de febrero de 2007. El texto que viene a continuación es una síntesis de
la postura que hemos defendido en esos foros. Una mayor información se puede
conseguir en www.euskadi.net y www.kontseilua.org
.Por razones de tipo demográfico, pedagógico, profesional, didáctico, de derechos humanos y otros ar- gumentos, a principios de los años 80 se llevó a cabo una transformación profunda de la enseñanza en euskara en los centros escolares del País Vasco. 25 años después, hemos de confesar que el sistema de los modelos respondió a una época, pero que en la actualidad está desfasado y es ineficaz.
La situación ha cambiado de una manera significativa y muchas personas cercanas al mundo educativo y expertos en el tema del bilingüismo escolar llevamos ya un tiempo defendiendo que no se puede seguir manteniendo el sistema de modelos lingüísticos. Hay muchas razones que apoyan esta decisión: se han realizado numerosas investigaciones, hay suficiente profesorado y material preparado, hay ejemplos de otras experiencias como la de Cataluña, hay razones de tipo legal que exigen el conocimiento del euskara al terminar la escolarización básica y hay un elevado consenso social sobre la necesidad de cambiar este sistema de modelos lingüísticos.
¿Por qué seguir con los tres modelos? Parece claro que este sistema de modelos A, B y D no garantiza el aprendizaje del euskara, no favorece la integración cultural de nuestros alumnos ni facilita la integración escolar y profesional de los inmigrantes.
En primer lugar, respecto a las investigaciones que se han llevado a cabo en el País Vasco, que han sido numerosas desde los años 70, solamente vamos a citar la más reciente que fue realizada por el Instituto Vasco de Evaluación Educativa (IVEI, 2005). Este organismo, dependiente del Departamento de Educación del Gobierno Vasco, realizó un estudio dentro del marco europeo, sobre el nivel de conocimiento de la lengua vasca por parte de nuestros alumnos y alumnas de 4º curso de ESO. Del mismo modo, se ha medido el conocimiento del francés en Francia, el italiano en Italia, el alemán en Alemania, etc. Según este estudio, tras trece años de escolarización, por lo menos, en lengua vasca, la mayoría de nuestros estudiantes (66%) no consigue superar la prueba, o lo que es lo mismo, no domina el euskara. Es decir, uno de cada tres alumnos no alcanza el nivel deseable al terminar su escolarización.
Sin embargo, los alumnos del modelo D en dicha prueba consiguen superarla en cerca de un 60%, lo que se aproxima a las pautas europeas. Por si hubiera dudas, también los alumnos de familias castellano hablantes consiguen mucho mejores resultados cuando se escolarizan en el modelo D.
Es una evidencia casi universal: cuanto más intenso es el aprendizaje escolar de una lengua mejores resultados se obtienen en el aprendizaje de la misma. Los alumnos del colegio inglés consiguen mejores resultados en lengua inglesa que quienes solamente estudian unas horas a la semana.
En segundo lugar, hemos constatado en nuestras investigaciones, y en las de otros expertos, que la existencia de dos modos de escolarización, en euskara y castellano, especialmente en la enseñanza secundaria, supone un gran lastre para la convivencia en el centro. La diferente escolarización de estos dos colectivos humanos parece tener alguna influencia en la presencia de dos mentalidades, dos grupos distintos: vasco-hablantes y castellano-hablantes, y que las actitudes y los prejuicios entre ambos colectivos vienen motivadas en cierta medida por el tipo de modelo lingüístico empleado en el aula. En una sociedad amenazada por la división social no parece conveniente la práctica de dos modelos diferenciados en la escuela.
Desde un punto de vista intercultural, de integración de las diferencias y de la defensa de la convivencia entre culturas y lenguas, la presencia de alumnos de distintos orígenes debe ser contemplada como elemento de integración escolar y social. Es el planteamiento más aceptado en el caso de la escolarización de alumnos inmigrantes. Del mismo modo, defendemos que los alumnos estén juntos en las mismas aulas, en un único modelo, como una vía para una mayor integración y como un modo de evitar la creación de dos mentalidades o dos comunidades.
En algunas ocasiones existe una cierta asociación o polarización entre modelos lingüísticos y modelos culturales o sociales, haciendo sentirse incómodos a los padres en determinados centros, porque su orientación sea más vasquista o más centralista. Si fuéramos capaces de llegar a un consenso escolar y lingüístico respecto a los valores y los contenidos, respecto al currículo escolar vasco, desligando en lo posible la lengua y las connotaciones socioculturales, no tendría razón de ser el temor ante la elección de modelo lingüístico. Si establecemos un currículo mínimo común para todos los alumnos del País Vasco el aprendizaje en euskara no tendrá sesgo diferenciador y las opciones de centro se harán en relación al proyecto educativo, a las opciones curriculares diferentes, a la proximidad del centro o a otros motivos, pero no se harán en razón de estudiar o no en euskara, en el modelo D o en el modelo A-B. Aprenderán todos el euskara, al igual que aprenden todos el castellano.
En tercer lugar, es necesario hacernos conscientes de que la integración escolar y cultural son importantes, pero también lo es la integración social y laboral. ¿En cuánto se puede valorar el peso del conocimiento del euskara a la hora de conseguir un empleo? Son muchos los aspirantes a determinados trabajos que se encuentran con dificultades a la hora de competir con otras personas que hablan euskara. El saber euskara siempre beneficia al candidato, nunca le perjudica. Estudiar en el modelo A y B limita las posibilidades de encontrar un empleo en el futuro.
En cuarto lugar, aunque se da por supuesto que los alumnos dominan el castellano y que está generalizado su aprendizaje a través de la influencia del entorno, la calle, la televisión, ¿el modelo D significa que hay que abandonar la enseñanza del castellano? Es evidente que el conocimiento de la lengua castellana alcanza niveles muy superiores al dominio del euskara. No existen en la práctica personas vascohablantes monolingües. Pero el anterior planteamiento no indica que el castellano tenga que ser abandonado en el marco escolar en la creencia de que su fuerza ambiental es tan grande que está garantizado su dominio en todos los casos. En primer lugar, el actual modelo D implica que el castellano tiene una presencia determinada en el aula, y en segundo lugar el mero conocimiento coloquial del cas- tellano no presupone la competencia lingüística exigible en el terreno de la sintaxis, gramática, ortografía, etc... Por lo tanto, la enseñanza sistemática de la lengua castellana es necesaria para superar el pleno conocimiento de la misma.
En quinto lugar, a la hora de integrar socialmente a los alumnos inmigrantes, el sistema de los modelos lingüísticos en la escuela supone un mecanismo más de selección y de marginación. El modelo A, en muchos casos, se está convirtiendo en el lugar de es- colarización de los grupos marginales. En la actualidad, en algunas escuelas, el modelo A escolariza a gitanos, inmigrantes, alumnos en riesgo, y en general a los que tienen algún tipo de dificultad social y económica, convirtiéndose en una especie de gueto al que acuden los alumnos en proceso de marginalización. De esa manera, los alumnos inmigrantes van a tener serias dificultades para dominar el euskara y conseguir una mejor integración escolar y social.
Aparte de evitar las concentraciones de alumnos con mayores dificultades lingüísticas, tales como los inmigrantes de habla no castellana, es necesario asesorar a estas familias para que tomen en consideración el hecho de que sin un conocimiento del euskara sus hijos correrán el riesgo de caer en un grado mayor de marginación. ¿Qué ocurrirá dentro de diez o veinte años con los niños y niñas que no aprendan euskara? ¿Qué tipo de integración escolar y social les estamos construyendo? El ejemplo de los recientes conflictos en Francia nos muestra que a la larga, la pérdida de identidad y la falta de integración acarrea muchos riesgos.
La propuesta
La reflexión que ofrecemos para debate propone que se abandone el sistema de los tres modelos, A, B y D, y que se utilice únicamente el modelo más intensivo, el modelo D, el único que garantiza en mayor medida el aprendizaje del euskara. En realidad, lo que proponemos es abandonar el sistema de los modelos y hablar, simplemente, de la enseñanza en euskara con una asignatura de castellano. Sin ir más lejos, es lo que se hace en Cataluña, con todos los partidos políticos de acuerdo, por cierto. Al mismo tiempo, se debe garantizar la opción de la enseñanza en castellano para aquellas familias que así lo soliciten, pero siempre dentro del aula ordinaria común.
Somos conscientes de las dificultades que existen para una puesta en marcha inmediata de la enseñanza en euskara. Habrá que superar problemas de consenso político, modificaciones legales, problemas humanos y laborales de los docentes de habla castellana, reticencias de algunos centros y familias, falta de presupuesto, etc. Pero no son obstáculos insalvables.Por otro lado, la propuesta de la enseñanza en euskara tendrá que tener en cuenta la realidad concreta de cada centro, la situación del profesorado, la voluntad de las familias y otros aspectos, por lo que la implantación de este tipo de enseñanza debería hacerse con una cierta flexibilidad a la hora de establecer los plazos, las etapas y los proyectos de cada centro, para que todos los colegios puedan adaptarse a la enseñanza en euskara en un tiempo prudencial.
Ya sabemos que la educación no es como la medicina, pero imaginemos un hospital en el que hubiera tres tratamientos para curar la hepatitis, el A, el B y el D, y que todo el mundo supiera que el más eficaz de ellos es el tratamiento D, el que más cura. ¿Por qué razón se mantendría el tratamiento A y B? Pues bien, si todos sabemos que para aprender euskara el mejor camino es el modo más intensivo, lo que actualmente se conoce como modelo D, ¿Por qué estudiar en los modelos A y B? -