Los artistas del teatro, que sobreviven ­nótese la expresión exacta­ en Bilbao, después de tantos años de trabajo, merecen un reconocimiento sólido y palpable, una integración real en el circuito de la Cultura con mayúscula ­no se rían­ que va más allá de promesas, excusas, intenciones, parches, o largas (me refiero también a «largas cartas».)

Los artistas de teatro de Bilbao, por su parte, deberían comprometerse ­por una simple cuestión evolutiva­ a organizarse y modernizarse; en otras palabras, a ponerse al día analizando cuáles son las verdaderas razones del éxito de los circuitos teatrales de otras ciudades emblemáticas en éste sentido, gran parte del cual no se debe sólo a la habilidad de los respectivos responsables municipales de la cultura, sino a la dinámica y la flexibilidad de los propios artistas o compañías.

Por su lado, Jon Sánchez, concejal de cultura, debería darse cuenta de que el Teatro Arriaga no es un sumidero de presupuestos, no representa a ningún colectivo, no es una explicación, no es una justificación, no es una excusa, y, a veces, ni siquiera es teatro. Tampoco debería ser una amenaza.

Cuando Jon Sánchez sepa sentarse a escuchar los susurros de Melpóneme ­musa del drama­ tal vez cambien las cosas. Sería una pena que, justo cuando el diálogo ha comenzado, hubiese que cambiar de concejal. El truco del almendruco.

Un saludo.

Enrique Mochales

Jakin badakigu, zapalduen kontzientzia dugunok bederen, botereak atzapar ugari dituela, defendatzeko erabiltzen dituenak. Eta horietako bat, garrantzitsuenetakoa, komunikabideen erabilera da, manipulazioa, alegia. Ez da sinesgaitza beraz, Oaxacan eta Mexikoko Errepublika osoan kinka larrian aurkitzen den boterea bereak eta bi egiten saiatzea, baita medioen bitartez ere. Abenduaren lehena pasatu da eta Oaxacako gatazkari amaiera emateko beharra gero eta handiagoa du gobernu faxistak, Calderóni patata beroak eskuetan eztanda egin ez diezaion. Eta edozer egiteko prest agertu da; gero, edozein delarik ere, eginiko astakeria estaliko du.

Baina konfiantza osoa dut Mexikoko eta Oaxacako herriarengan, eta aurrera emandako pauso guztiak atzeraezinak direla badakidanez, ahal den neurrian lasai nago. Nire haserrearen arrazoia ez da hori, baizik eta ETB, beste behin ere, boteredunaren bertsio ofiziala berresten diharduela. Baina... zertan ariko ote nintzen pentsatzen...

Ilune Basterra

La presa de Itoiz está encuadrada en la categoría A dentro del grupo de Grandes Presas, es decir, aquéllas cuya rotura o funcionamiento incorrecto pueden afectar gravemente a núcleos urbanos.

Por consiguiente, tanto la Constitución como las características de la propia presa obligan legalmente a los poderes públicos a la implantación de diferentes planes de seguridad. Por un lado, la Confederación Hidrográfica del Ebro y el Ministerio de Medio Ambiente, como titulares de la presa, deben establecer un Plan de Emergencia de Presa antes del comienzo de las pruebas de llenado. Y por otro lado, los ayuntamientos aguas debajo de Itoiz en colaboración con Protección Civil de Navarra, y conforme al Plan Especial de Emergencias ante el Riesgo de Inundaciones de la Comunidad Foral de Navarra y al Plan Territorial de Protección Civil, tienen que desarrollar los respectivos planes de emergencia municipales.

La característica principal y común a estos planes es la obligatoriedad de informar de ellos a la población potencialmente afectada, elaborando y ejecutando programas de concienciación y sensibilización, divulgando medidas de autoprotección y realizando prácticas y simulacros de protección civil.

Debemos denunciar ante la opinión pública que los poderes públicos arriba citados están incumpliendo absolutamente con su obligación legal y moral de informar e instruir a la población amenazada por una hipotética catástrofe en el pantano de Itoiz. Estamos apenas a seis meses de que se alcance la cota máxima prevista de llenado (586 metros) en las pruebas de puesta en carga, situación de mayor riesgo en la vida de una presa. En Aoiz, primera población aguas abajo, nadie sabe, en caso de producirse una situación de emergencia en la presa, cómo responder ante los diferentes sonidos que emite la sirena, cuáles son las rutas de escape adecuadas o cómo evacuar el colegio comarcal con más de trescientos alumnos o los sesenta niños de a 3 años. Y conforme nos alejamos de ella tanto mayor es el desconocimiento, a pesar de que Sangüesa o Lumbier, por ejemplo, y según dicta la ley, deberían haber implantado su propio Plan de Emergencia Municipal.

Temen los políticos de los gobiernos navarro y estatal y de los ayuntamientos enfrentarse a las preguntas que sus conciudadanos les puedan plantear, pues saben que deberán hablar del miedo que mucha gente siente, de la sensación de impotencia y resignación ante decisiones de llenado temerarias y de posibles y tal vez cercanas catástrofes. Es triste, pero la consigna oficiosa es llenar el pantano a toda costa, para dar vida al canal de Navarra, ignorando todo aquello que pueda entorpecer este proceso.

No nos cansaremos de exigir el vaciado inmediato y controlado del pantano y la realización de informes independientes que determinen si éste es seguro o no. Mientras tanto, el agua sube, la tierra acumula tensiones y nosotros simplemente esperamos.

Javier Larrea Reta - Asamblea de Vecinos Amenazados por el Pantano de Itoiz

Mientras esto se repite desde el lado del escenario que ocupa el Departamento, el resto de la orquesta presta atención al afinado de sus instrumentos y el coro de trabajadores ensaya en bajito «equiparación/ parekotasuna, equiparación/ parekotasuna». Las voces, que inician su canto, van subiendo de volumen conforme los solistas del Departamento hablan entre ellos sin prestar atención a dicho canto.

En el coro las sopranos extienden su dominio sobre bajos y barítonos. El conjunto, dominado por las voces femeninas, eleva su clamor envuelto en las notas que surgen de los instrumentos de viento y percusión (silbos y cornetas, bombo y aplausos). El leit-motiv va en aumento mientras el desinterés de los solistas del Departamento se manifiesta mediante gestos y ademanes, llamando la atención del público que los observa.

Seguidamente, el director corta el canto del coro de trabajadores y, otorgando la voz a los solistas del Departamento, se oye de forma repetitiva «referéndum, referéndum, referéndum...». Nuevamente toman aquéllos el relevo para reiterar su rechazo mediante trompetas y trombones que, como salidos de las entrañas de los trabajadores, manifiestan con estruendo su rechazo.

Llegados a este punto, nos hallamos frente a una obra inconclusa y fuertemente polarizada. El deseo de la ciudadanía compositora sería que, afinando los violines y limando la estridencia de las voces solistas que surgen del Departamento, se pudiesen encauzar en un todo sonoro, tanto voces como instrumentos para que, usando la armonía del acuerdo y la melodía de la empatía, pueda concluirse este concierto con aplausos para todos y un respeto y reconocimiento a la labor de cantantes, músicos y público.

Javier Rodríguez Fariñas Barakaldo