El albergue de Mazarredo en Bilbo podrá acoger a cien personas sin techo
El albergue de Mazarredo ya ha abierto sus puertas para hacer más llevaderas las frías noches de invierno a las personas que habitualmente pernoctan en la calle. Esta apertura se engloba dentro de un plan general que pretende atender a las cerca de cien personas según el Ayuntamiento que viven y duermen en las calles de la capital vizcaina. El objetivo final de ese plan es la reinserción social de los sin techo, cuyo perfil está cambiando los últimos años.
BILBO
El albergue de Mazarredo en Bilbo, abierto desde hace unos días y hasta el próximo mes de abril, cuenta con una capacidad de 50 personas, pero puede llegar hasta las cien en caso de que Protección Civil alerte de bajadas bruscas de temperaturas, lo que supone atender a prácticamente todas las personas que viven en la calle en Bilbo de manera habitual, que se mueven entre las 100 y las 110 personas, según fuentes municipales. Este albergue tiene en principio capacidad para 50 personas y, en caso de necesidad, se habilitará la segunda planta del edificio, con 50 plazas más. Abierto desde las nueve de la noche hasta las nueve de la mañana del día siguiente, el albergue cuenta con medidas de higiene y seguridad para atender al bienestar de los usuarios. El dispositivo de alojamiento para estas personas sin techo de cara al invierno se ha puesto en marcha por tercer año consecutivo, los dos últimos en Mazarredo y el primero, como experiencia piloto, en el Frontón de la Esperanza. Según los datos difundidos desde el Ayuntamiento de Bilbo, un total de 399 personas disfrutaron de este servicio en la campaña pasada. De ellas, 361 eran hombres (el 90,47%) y 38, mujeres (un 9,52%), en ambos casos con problemas de salud mental y toxicomanía casi en su totalidad. Las personas que tras pasar por el albergue han iniciado el proceso de inserción durante 2005, fueron un total de 70. Estos usuarios han utilizado para ello diferentes servicios de Elejabarri, Lagun Artea o Bizitegi, en colaboración con los Centros de Incorporación Social. La entidad sin ánimo de lucro Bizitegi será la encargada de gestionar el programa, que pretende reducir el impacto del frío en la salud de las personas, así como facilitar el contacto con profesionales y educadores sociales para ofrecer información y asesoramiento sobre los recursos existentes, de cara a promover nuevos procesos de incorporación social. La buena acogida de la experiencia desarrollada el invierno pasado y valorada de forma satisfactoria tanto por los usuarios como por los profesionales del ámbito socio-sanitario y la comunidad vecinal, ha animado a Acción Social a repetir el proyecto. Además de 50 camas-literas y un lugar donde dormir, el centro cuenta con medidas de higiene y seguridad para favorecer el bienestar de los usuarios y el de sus animales de compañía, así como información sobre recursos socio-sanitarios y residenciales e intervenciones educativas, un pequeño ropero de urgencia, una consigna y un botiquín. Los destinatarios tienen a su disposición a un equipo de cuatro educadores sociales, dos vigilantes jurados y un equipo de educadores de calle, en las horas de recepción y salida. Aunque el proyecto esté orientado de forma genérica a todas las personas sin techo, la previsión de una probable demanda superior a la capacidad de alojamiento ha llevado al área de Acción Social a establecer algunos criterios de selección. De este modo, las personas que viven en la calle de forma habitual y que no pueden acceder a la red de alojamientos de urgencia estable de Bilbo ya sea por falta de plazas o porque no cumplen los requisitos de los otros locales pero que sí reciben atención por parte de los servicios diurnos, tendrán prioridad en este programa. La base de datos de la que dispone el área de Acción Social se tomará como punto de partida para esta selección, que intentará posibilitar, además, la continuidad y estabilización en el centro de estos usuarios. De la misma forma, aunque el horario habitual de entrada abarcará desde las 21.00 hasta las 23.00, se mantendrá la reserva de plaza de las personas consideradas habituales hasta las 21.30.
El perfil de las personas sin techo está cambiando, se rejuvenece y se feminiza
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Según el Observatorio Europeo de los Sin Techo, esta denominación se debe aplicar a todas aquellas personas que no pueden acceder o conservar un alojamiento adecuado, adaptado a su situación personal, permanente y que proporcione un marco estable de convivencia. La tipología tradicional de las personas sin techo reflejaba hasta ahora el siguiente perfil: varón de edad media o elevada, soltería, alcoholismo, origen social desfavorecido y bajo nivel formativo. No obstante, los sociólogos coinciden al asegurar que se está produciendo un cambio en el perfil de estas personas que pernoctan en la calle. Así, en los últimos años los trabajadores sociales que trabajan con los sin techo están atendiendo a varones de edad intermedia separados o divorciados; varones jóvenes con problemas familiares; drogodependientes o ex drogodependientes; mujeres jóvenes y de mediana edad víctimas de malos tratos, separadas o divorciadas; personas, en general, con mayor nivel educativo y cultural; enfermos mentales e inmigrantes. Así las cosas, se puede decir que el grupo de personas sin techo ha rejuvenecido, se ha feminizado, tiene un mayor nivel educativo y formativo, acoge a más grupos familiares y está marcado cada vez más por la drogodependencia. Estos cambios responden, según recalcan los expertos, a los cambios que se están dando en la sociedad en general y citan, entre otros, la precariedad laboral y el encarecimiento de la vivienda.
El objetivo final es la reinserción social
BILBO La Propuesta de Actuación con Personas Sin Techo en Bilbo, hecha pública el pasado mayo, parte de la premisa de que se trata de un «grupo heterogéneo de personas» que presentan diferentes problemáticas. Esta propuesta pretende, «respetando la capacidad de decisión de la persona», favorecer los procesos individualizados de incorporación social. No obstante, el completo informe subraya que para poder plantear un trabajo de inserción «son imprescindibles servicios que, mediante un acompañamiento personalizado, ofrezcan atención continua, estable e integral». Según este trabajo, en Bilbo existen actualmente tres tipologías de personas usuarias de estos servicios: «personas solas, parejas sin menores y núcleos familiares formados por uno o dos adultos con menores». Partiendo de estos datos, el objetivo es establecer «una red de atención dirigida a las personas sin techo». Para ello, no obstante, se considera necesario «realizar una ordenación de servicios y programas existentes», aumentar el número de plazas y ampliar algunos servicios.
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