Rusia, asombrada por las altas temperaturas
·Los termómetros no recordaban registros máximos parecidos a los de ahora desde finales del siglo XIX
MOSCU
En la parte europea de Rusia la gente no termina de salir de su asombro: nunca en más de un siglo las temperaturas en diciembre habían bordeado los diez grados sobre cero, anomalía que amenaza con asestar un duro golpe al prestigio del temible invierno ruso. El frío y la nieve brillan por su ausencia en la parte occidental del país, por lo que las típicas gorra y abrigos de pieles siguen en los roperos esperando ser reclamados. Rusia, sin duda, es un país de grandes contrastes y su clima no es una excepción: si el invierno pasado fue uno de los más fríos de los últimos decenios, el actual otoño bate los récords como el más cálido desde finales del siglo XIX. Los pasados días 6 y 7 de diciembre las temperaturas máximas en Moscú fueron de 6,7 y 7,3 grados centígrados, las más altas para esas fechas desde 1898, según el Instituto Meteorológico de Rusia. Debido a la ausencia de las heladas, han reverdecido los prados en los parques de las ciudades, mientras en los bosques vuelven a crecer las setas. Los seis osos pardos y cuatro asiáticos del parque zoológico de Moscú, que habitualmente para estas fecha duermen a pata suelta, todavía no caen en hibernación. Los animales «presentan ciertas muestras de somnolencia, pero aún no empiezan su sueño invernal», dijo la portavoz del Zoo, Yelena Mendoza Istrátova. Las altas temperaturas, que son una delicia para los frioleros, traen consigo otros problemas para la población, pues, en opinión de los médicos, prolonga el efecto depresivo del otoño, estación que se caracteriza en la parte europea de Rusia por la falta de sol. En el último mes y medio, por ejemplo, los días en los que los moscovitas han visto el sol aunque sea de manera esporádica se pueden contar con los dedos de una mano. Según un informe de la OMS, para el año 2020 la depresión será una de las enfermedades más difundidas en Rusia.
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