Elecciones en la separatista Trasntiester
·El enclave, independizado de Moldavia «de facto» hace 16 años, quiere unirse a Rusia
El pequeño y empobrecido enclave entre Moldavia y Ucrania celebró ayer elecciones presidenciales. Transtiester se independizó «de facto» de Moldavia hace 16 años, pero las potencias mundiales no lo reconocen. Las encuestas apuntaban a que sería reelegido el actual presidente, Igor Smirnov.
TIRASPOL
La autoproclamada República de Transtiester votó ayer para elegir a su presidente con el vigente mandatario, Igor Smirnov, como favorito para la reelección. A los comicios concurrieron otros tres candidatos, pero Smirnov, que dirige el enclave desde 1991, tenía la reelección para un cuarto mandato prácticamente asegurada.El propio Smirnov declaró ayer tras depositar su voto que estas elecciones confirman «el camino de Transniester hacia su independencia y estrechan sus lazos con Rusia».Moscú es el principal respaldo de este pequeño territorio situado en Moldavia y fronterizo con Ucrania que aspira a unirse a Rusia. Los demás candidatos son Andrei Safonov, un periodista que se opone a Smirnov que consiguió a duras penas validar su candidatura, el empresario Piotr Tomaily, otro independentista, y la líder del Partido Comunista, Natalia Bondarenko, ex miembro de la Policía. Si ninguno de los candidatos obtuviese el 50% de los votos sería necesaria una segunda vuelta. Transniester, escindida de facto de Moldavia hace 16 años, tras una guerra que causó 1.500 muertos, votó en setiembre por abrumadora mayoría continuar con la independencia en un referéndum criticado por las potencias mundiales porque podría sentar un precedente para otras repúblicas ex soviéticas. Este pequeño territorio, que sueña con convertirse en un nuevo país europeo, tiene su propia bandera, su moneda, su Ejército y un presidente. Con un salario medio de unos 78 euros, la región ha sufrido de un importante éxodo que en los últimos años ha hecho disminuir su población en un 20%. Moldavia tachó de provocación los comicios y acusó a los líderes separatistas de «no desear una solución negociada al problema». El Gobierno separatista abandonó en marzo el proceso negociador por el bloqueo económico que han impuesto Moldavia y Ucrania en el empobrecido enclave.
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