BEIJING
La primera reunión entre ambas Coreas, EEUU, Rusia, Japón y China para negociar el desarme nuclear de Pyongyang, diez semanas después de su primer ensayo atómico, acabó ayer sin acuerdos y con posiciones aún distantes. El negociador norcoreano, Kim Kye-gwan, reiteró la disposición de su país a abandonar su postura de potencia nuclear si Washington retira las sanciones impuestas hace un año, por las que Pyongyang boicoteó el diálogo durante trece meses.
Kim señaló que su gobierno estaba dispuesto a regresar al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y a permitir la entrada de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que expulsó en 2002, cuando comenzó la crisis. Pero también añadió que «Washington usa la política de combinar diálogo con presiones, así que Corea del Norte responde con diálogo y escudos».
Corea del Norte accedió a regresar al diálogo en octubre, una vez que Washington estuvo de acuerdo en negociar las sanciones financieras que impuso a cuentas norcoreanas del Banco Delta Asia de Macao (BDA) hace un año, bajo la sospecha de que eran utilizadas para blanquear dinero relacionado con la proliferación de armas de destrucción masiva.
Desde que se reanudó la segunda fase de esta quinta ronda, «la parte estadounidense en ningún momento habló específicamente de levantar sanciones", agregó Kim, cuyo equipo se reunió ayer varias veces con el estadounidense.
Los grupos de trabajo estadounidense y norcoreano para la cuestión financiera acordaron reunirse de nuevo en Nueva York en enero, lo que convierte el formato a seis casi en una reunión bilateral a la que Washington siempre se había negado.