Medio siglo. Y por una supuesta votación popular telefónica las imágenes más importantes de estos cincuenta años han resultado ser las de la muerte de Miguel Ángel Blanco. Hoy no me toca dudar. He visto cómo las televisiones generalistas de toda laya han estado toda la mañana sirviendo las mismas imágenes del sorteo de la Lotería, he escuchado tantas obviedades, tópicos y tropismos que solamente me falta ver la reunión de Zapatero y Rajoy para pensar que la Liga no está ganada, ni mucho menos.

RTVE es una cosa muy seria, metida en un agujero muy gordo, que parece quiere emprender un nuevo camino, otro tipo de gestión, esperemos que sea al servicio de la inteligencia y no del entretenimiento cutre y ramplón. Si miro la programación de La 2, me reconforto. No mucho, todo sea dicho, pero vemos que mantienen todavía espacios que merecen la pena ser emitidos por una cadena pública, pero si me acerco a la parrilla de la primera, salgo escaldado. Es una cadena absolutamente comercial, con programas infectos y una estética que destaca por su atraso. Sale la nietísima junto a la que vende apartamentos. Con eso se resume su oferta.

Lo que cuesta creer es que la memoria de los votantes deje por encima a las imágenes impactantes de aquel verano en el que fue liberado Ortega Lara y el concejal de Ermua se convirtió en triste protagonista. Los medios acudieron todos a una, las manifestaciones se convocaron con todos los recursos disponibles en todas las televisiones. Pero, con el debido respeto, antes, y después de esos días, con resultado fatal, la televisión nos ha ofrecido imágenes mucho más impactantes. Tanto de acciones de guerra, como deportivas o de cualquier otra índole. Pero la presión sigue, estamos en tiempos delicados, y ha debido convenir cargar las tintas para que salga premiada esa imagen tan politizada y usada. Quizás si analizamos con frialdad el tipo de audiencia que ahora recala en TVE podamos entender mejor este resultado. Por si faltaba algo, el programa de recuerdo de los momentos de la tele consiguió una audiencia muy superior a la media actual de la cadena. De cincuenta años, para arriba. -