2006 deja ya 126 trabajadores fallecidos en Euskal Herria
A tan sólo una semana de que culmine 2006, el balance de la siniestralidad laboral en Euskal Herria muestra, al menos, 126 fallecidos en el trabajo. La elevada precariedad y subcontratación son dos causas determinantes, unidas a que una parte de los empresarios no hace caso a la legislación en materia preventiva que les obliga a tener puestos seguros y saludables, mientras la Administración mira a otro lado.
BILBO
Cada dos días y medio ha fallecido en Euskal Herria un trabajador en 2006, según los datos que contabiliza GARAy que están contrastados con el sindicato LAB, lo que hace un cómputo trágico de 126 trabajadores muertos.Es un nivel muy elevado de siniestralidad y refleja que todavía los empleos no son seguros ni saludables, como exige la legislación en materia de prevención de riesgos laborales. Los representantes de ELA, Janire Dominguez, y de LAB, Ibon Zubiela, reconocen que mientras no se actúe de una manera más efectiva desde la Administración pública, ante los empresarios este problema no se resolverá y, sobre todo, piden que sean los trabajadores quienes tengan el protagonismo en la prevención de riesgos laborales para que ésta no sea un mero documento que se exhibe en cada inspección concertada, pero que no sirve para nada en la práctica.Los datos oficiales de Osalan y el Instituto Navarro de Salud Laboral (INSL) sitúan el número de trabajadores fallecido hasta noviembre en 95. Sin embargo, ni cuentan a todos los autónomos ni a aquéllos que fallecen tras permanecer unos días en el hospital. Tampoco tienen en cuenta a los afectados en Ipar Euskal Herria, por lo que la radiografía que presentan es más irregular, aunque muestra la gravedad de este problema que se ha convertido en una lacra social que se debe combatir. El total de accidentes con baja por más de tres días en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa entre enero y noviembre, incluyendo los datos de la federación española de trabajadores autónomos (ATA) hasta el mes de setiembre, alcanzan los 65.408, lo que supone casi doscientos accidentes de trabajo al día. Sólo en Araba. Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa se han producido casi un total de 120.000 accidentes de trabajo, aunque casi 55.000 no han requerido baja, pero, en cambio, si han evidenciado una situación insegura y de riesgo en el trabajo.
Formas de accidente
Las principales formas de accidente con baja en la jornada de trabajo se encuentra en los sobreesfuerzos, que representan un 32,4% de las bajas. Le siguen con un porcentaje del 18,3% de los accidentes, las caídas y golpes contra objetos; el 17,3% lo son por choques o golpes contra un objeto en movimiento;un 13,5% por contactos con maquinaria cortante o punzante; un 3,3% por descargas eléctricas, fuego, cambios de temperaturas o sustancias peligrosas y un 2,8% por quedar atrapado por la máquina o sufrir una amputación. También un 2,4% de los accidentes se deben al tráfico, entre otras causas relevantes. Estas cifras espectaculares ponen de relieve la escasa prevención de riesgos laborales que se practica y, por otro lado, muestra que la legislación en materia de prevención no tiene una aplicación adecuada por parte de los empresarios, que son los únicos responsables de que los centros de trabajo se encuentren en las condiciones adecuadas para que el trabajador no sufra ningún tipo de accidente ni riesgo para su salud. Todo esto ocurre de esta manera porque en el fondo existe una permisividad elevada de la Administración pública que no actúa de forma adecuada, se llame como se llame. Desde 1988 a lo que llevamos de este año, han fallecido en Euskal Herria un total de 2.651 trabajadores debido a accidentes laborales o cuando iban o volvían a su puesto de trabajo. Esto supone una media de 147 accidentes mortales al año.
Negocio preventivo
Está ocurriendo, como se ve año tras año, que hay más empresas que se dedican a la prevención de riesgos laborales que, en teoría, hacen negocio, pero no impiden, al final, el elevado riesgo al que se someten los trabajadores cada día. Hace tan sólo unos días el consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social, Joseba Azkarraga, reconoció en el Parlamento de Gasteiz que un 30% de las empresas del sector de la Construcción trabaja con riesgos graves, sin embargo, como respondieron los agentes sociales, sólo se levantaron once actas de infracción con una propuesta de sanción que no llegaba a los 42.000 euros y en el sector de la Industria sólo se visitaron el 12% de las actividades de ese sector. Se impusieron multas a dos empresas por un valor de 4.500 euros. En este caso, es de resaltar un trabajo de Osalan sobre el coste de la siniestralidad que se fijó para 2005 en 73 millones, aunque se podría haber evitado si las empresas hubieran invertido sólo un millón en medidas de prevención. Al final, los agentes sociales consideran que la patronal cambiará de forma de actuar si las multas que se imponen por falta de medidas de seguridad son elevadas, ya que después de casi once años de que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales esté en funcionamiento todavía las irregularidades son alarmantes en muchas empresas. En este balance también debe destacarse que los jóvenes son los trabajadores más perjudicados por la siniestralidad laboral. La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo reconoce que los trabajadores entre 18 y 24 años tienen, al menos, un 50% más de probabilidades de sufrir un accidente mortal en el lugar de trabajo que los trabajadores con edades superiores.
Proteger a los jóvenes
La recomendación de la agencia que depende de la Comisión Europea es que «los empresarios deben de hacer más para proteger a sus empleados jóvenes». Sin embargo, la precariedad laboral es un factor predominante entre los jóvenes y, por lo tanto, una situación que eleva la accidentabilidad en el empleo. Laurent Vogel, miembro del organismo que se dedica a la salud en el trabajo en la Confederación Europea de Sindicatos (CES), reconoce que «el empleo precario degrada las condiciones de acceso de los jóvenes al mundo del trabajo» y «eleva los riesgos para su salud». En este caso, insiste en que el 83% de los jóvenes europeos están expuestos a productos peligrosos,; un 63% a cargas pesadas; un 53% a trabajos repetitivos y, más de un 40% sufre jornadas laborales por la noche, que suponen un problema para la salud.
Todo esto ocurre dentro de un recorte de derechos que se quiere imponer a los trabajadores en cuanto a la reforma del reglamento de la incapacidad temporal y a la vez que se ha elaborado el nuevo listado de enfermedades profesionales, que incluye riesgos como los sicosociales.
El reto es seguir trabajando para mejorar la salud laboral
Jukka TAKALA | DIRECTOR AGENCIA EUROPEA SALUD
LABORAL
Para la Unión Europea, 2006 ha sido el plazo de aplicación de la estrategia comunitaria sobre seguridad y salud que publicó la Comisión Europea en 2002. En este momento, se hace balance y se estudia la publicación de una nueva estrategia 2007-2012, que parece profundizará en la necesidad de una mejor aplicación de la normativa existente, una integración de la seguridad y la salud laboral en las demás políticas comunitarias (empleo, educación, transporte, medio ambiente, sanidad, etc.), y una apuesta por el desarrollo de la cultura preventiva a largo plazo. Para la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el año 2006 ha sido, sin duda alguna, también decisivo. Hemos celebrado nuestro décimo aniversario de actividad ininterrumpida por la mejora de las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores europeos. La campaña informativa “Crecer con seguridad” para la prevención de los riesgos laborales que más afectan a los trabajadores jóvenes, ha llegado a miles de puestos de trabajo y a numerosos centros educativos. El Observatorio de Riesgos, que creamos a finales de 2005, ha empezado a dar sus frutos y cada vez serán más las aportaciones que podamos hacer para la prevención de los nuevos y emergentes riesgos laborales (otra de las prioridades de la futura estrategia comunitaria). Una “Iniciativa para los puestos de trabajo saludables”, que seguirá en marcha en 2007, ha prestado especial apoyo a los 10 Estados miembros incorporados en 2004 y a los dos que se unirán a la UE en 2007 (Bulgaria y Rumanía), para fomentar la difusión de los mensajes de seguridad y salud entre las pequeñas y medianas empresas europeas. Y, por último, a título personal, 2006 ha supuesto un cambio importante también en mi vida. Después de una larga trayectoria en la Organización Internacional del Trabajo (OIT), he pasado a ocupar, desde setiembre, el cargo de director de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo. La Agencia seguirá trabajando para contribuir a elevar la salud laboral de los ciudadanos europeos, desde mi firme convicción de que la mejora de las condiciones de seguridad y salud laboral sólo puede conseguirse desde el consenso y la colaboración de gobiernos, empresarios y trabajadores. -
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