Raimundo Fitero
Al juzgado
Ha terminado la octava edición de “Gran Hermano”. La gala final fue un asunto indescifrable: ¿estaba previsto en el guión la trifulca entre algunos concursantes y el propio programa y muy concretamente contra Mercedes Milá? Los perdedores se muestran siempre recelosos del propio sistema. Acusan de favoritismo y manipulación. ¿Es cierto? ¿Importa mucho? Lo cierto es que GH ha perdido fuelle en el cómputo de audiencia. El descenso ha sido constante edición a edición, pero en la actual, le ha costado mucho rondar los tres millones de telespectadores, cifra que roza con un límite y de ahí para abajo se hace difícil de mantener en la parrilla.Mercedes Milá con alguno de los concursantes se ha mostrado muy beligerante. Ha ido de cara, a por ellos, pero el comportamiento de esa cuadrilla de oportunistas catódicos provocaba reacciones de estas características, su soberbia, su chulería, estaban colocados en un discurso muy machista y reaccionario. O como ahora se dice, esos tipos intentaban convertir GH en un programa de supervivencia, y lo que llamó la propio Milá en su primera edición, “experimento social”, si es algo, es una prueba de convivencia, no de estrategias guerreras, ni de resistencia ante las salidas de tono provocadas por una idea absolutamente mercantil del programa. Esos tipos saben que para después vivir del cuento por los platós deben dar un perfil bronco, peleón, capaces de enfrentarse a quien sea, incluso a Mercedes Milá. Lo han emponzoñado todo. Se han roto algunas reglas. El declarar manipulación en las votaciones, el acusar de dirigismo de voto, es un poco fuerte, pero no es la primera vez, desde siempre se ha dicho que en las tertulias de la cadena se influía de manera excesiva a favor o en contra de los participantes, pero ese es el juego, ese el planteamiento, esa es la miseria del programa. Lo que sucede es que puede llegar incluso a los juzgados y entonces la cosa entraría en otro nivel. Nadie puede decir que las fobias y filias sean algo prefabricado desde los oscuros intereses. Hay tipos que dan grima, personas que se hacen querer e individuos transparentes. Como en la vida misma. -
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