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Gara > Idatzia > Euskal Herria 2006-12-24
«La amnistía es superar las causas que nos llevaron a prisión»
«La amnistía va mucho más allá de la excarcelación. Es superar las causas del conflicto. Lo acontecido en 1977 no fue una amnistía, sino un indulto», afirma la ex presa Itziar Galardi. Junto a ella, Karlin Sanchiz, Itziar Aizpurua y Mikel Korta rememoran aquel momento y si- túan la demanda del próximo día 6 en Anoeta.

Conforme pasaban los días «vimos que poco o nada habían cambiado las causas por las que había estado preso». Atras quedaba «año y medio de lucha por la amnistía que llevó a todos los sectores del mundo laboral a tomar parte activa». Eran momentos en los que «mientras unos apostamos por una auténtica ruptura con el franquismo, otros aceptaron un retoque del sistema político». Casi 30 años después, «es importante acudir al Velódromo porque en un proceso todos tenemos algo que decir y aportar», afirman Karlin Sanchiz, Itziar Aizpurua, Mikel Korta e Itziar Galardi. Con la mirada en el pasado pero también en el presente, rememoran lo acontecido en 1977.

KARLIN SANCHIZ

Karlin Sanchiz fue detenido el 7 de junio de 1975 en Hondarribia. En el tiroteo con la Guardia Civil recibió nueve tiros. El asiento del coche amortiguó en cierta medida el impacto de las balas. Aún así, tuvo que permanecer 21 días en el hospital. Los dos años siguientes los pasó entre Martutene y Carabanchel.

«Cuando Franco murió ya pensábamos que íbamos a salir, pero costó... Salí de Carabanchel en abril de 1977, fui el último ­entre los que no teníamos «delitos de sangre»­ en salir de esta prisión madrileña», recuerda a GARA.

Fueron tiempos de gran actividad en prisión. «Nos ocurrió de todo; los fusilamientos de Jon Paredes y Anjel Otaegi y tres miembros del FRAP el 27 de setiembre de 1975, la detención de Santiago Carrillo... Vi-víamos un ambiente de constantes reuniones, huelgas de hambre y asambleas. Intuíamos que algo se avecinaba. Había, sin duda, mucha actividad», manifiesta. Sanchiz tuvo que esperar dos semanas para hacer realidad su deseo de estar nuevamente libre.

«Recuerdo que mis compañeros empezaron a salir un lunes. Yo lo hice quince días después. A las 16.00 me dijeron que me iría a las 18.00. Abandoné Carabanchel a las 0.20 de la noche». Tras la espera llegó el recibimiento que le brindaron en Hernani. Una abarrotada plaza aguardaba su llegada.

«El ambiente era de fiesta. La foto de nuestro recibimiento es una buena muestra. Antes de 1977, todo el pueblo estaba unido y la gente salía a la calle. Pero, como dice el refrán, ‘divide y vencerás’», remarca.

Con la mirada puesta en 1977 y en el presente, Sanchiz incide en que la llamada amnistía «sirvió para lavar la cara a la dictadura y seguir haciendo prácticamente lo mismo. Al principio, teníamos cierta expectación, nos preguntábamos qué pasaría cuando estuviéramos fuera de la cárcel. No obstante, conforme fueron pasando los días, vimos que poco o nada habían cambiado las causas por las que habíamos ingresado en prisión. Seguían los mismos problemas pero, esta vez, el castigo era doble; antes teníamos a los de Madrid y, luego, a los de aquí también. Por recoger unas migajas, fueron y son los colaboradores del Gobierno español», destaca.

«La lucha continuó, más virulenta. Estamos donde lo dejamos», reitera Sanchiz.

En 1982 fue nuevamente detenido en Barcelona. Pasó diez días en dependencias de la Guardia Civil. «Era el Mundial de Fútbol. Pensamos que nos detenían porque el coche era matrícula de Donostia. Después, nos enteramos de que habían detenido a un montón de gente en Hernani. En esa ocasión, la Guardia Civil me dio todo lo que no me había podido dar en 1975», rememora Sanchiz. Tras pasar cinco días en Carabanchel, quedó en libertad.

Además de la cárcel, conoció el exilio en 1973. Y hace tan sólo dos años, su hermana Kontxi Sanchiz murió a causa de un infarto cuando participaba en una manifestación en Hernanien denuncia de la muerte de Angel Berrueta en Iruñea, tras el 11 de marzo. «Fíjate lo que ha conllevado la ‘amnistía’. Quién me iba a decir que mi hermana moriría en una manifestación en la que estaba con toda la familia debido a una carga de la Ertzaintza. Y que además de no prestarle auxilio, cuando se puso mal se reirían de nosotros», denuncia Sanchiz.

A su juicio, amnistía significa «superar las causas que han dado origen a la existencia de presos políticos. Espero que no se repitan errores de 1977;aquello fue un lavado de cara», reitera.

«Son momentos para arrimar el hombro si queremos que el proceso salga adelante. Todos debemos aportar nuestro granito de arena», resalta. Y en ese sentido anima a acudir al acto del próximo día 6 de enero en el Velódromo de Anoeta.

ITZIAR AIZPURUA

Ante la pregunta de cómo definiría lo acontecido en 1977, y si cree que se trató realmente de una amnistía, de un perdón o un indulto, Itziar Aizpurua subraya en la entrevista con GARA que «tal y como siempre hemos entendido Jokin Gorostidi y yo, fue la lucha del pueblo vasco por la amnistía en contra de la lucha por la Reforma franquista. De esta lucha, el pueblo vasco consiguió la liberación de todos los prisioneros políticos vascos desde mediados de 1976 a octubre de 1977».

Con ilusión y angustia. Así vivió Aizpurua aquellos momentos políticamente delicados. «Tal como dejó sentado Franco, su herencia se perpetúa hasta hoy mismo. No en vano, el cambio de régimen, que hubiera sido el momento máspropicio de llevarlo a cabo, no llegó a fraguarse. Comunistas y socialistas rindieron pleitesía a la Corona, y en adelante defienden la monarquía», detalla.

Aizpurua también se muestra crítica con la postura que adoptó el Partido Nacionalista Vasco. «Recién salido de las catacumbas, se preocupó más en conseguir su legalización que en hacer un frente común abertzale con todos los movimientos populares, incluido ETA-m y partidos abertzales que demostraron fuerza y tenacidad en la defensa de unos puntos democráticos mínimos, como la puesta en libertad de todos los prisioneros políticos y el regreso de los exiliados con todos los derechos cívicos y condiciones jurídicas; libertades democráticas plenas...».

«No soy adivina para decir qué hubiera ocurrido de haber cuajado ese frente abertzale ­cita en referencia al proyecto frustrado de Txiberta­, pero siempre he pensado que nos hubiéramos evitado mucho sufrimiento y, sobre todo, que hoy estaríamos ejercitando el derecho de autodeterminación que como pueblo nos corresponde».

Sobre la excarcelación de los presos, destaca que «Euskal Herria, o los sectores más activos y consecuentes, dieron todo lo que eran. Año y medio, más o menos, de lucha por la amnistía llevó a todos los sectores del mundo laboral a tomar parte activa en infinidad de huelgas, de ellas cuatro huelgas generales, concentraciones, paros, motines, asambleas, etcétera».

«Las manifestaciones ­prosigue Aizpurua­ eran amplias en cada pueblo, por pequeño que fuera. Miles de personas se manifestaron a lo largo y ancho de Euskal Herria. Hubo encerronas en iglesias y catedrales y una represión física atroz. Hasta el punto de que siete personas murieron por disparos de la Guardia Civil, además de heridos y cientos de detenidos».

«La llamada del Partido Comunista a no secundar las movilizaciones, así como la frase del presidente del PNV Xabier Arzalluz acusando de irresponsabilidad a quienes defendían las movilizaciones por la amnistía... creo que dicen todo por sí solas», manifiesta.

¿Cómo vivían la situación en las cárceles? «Como he dicho antes, con ilusión, esperanza y la angustia de vivir la lucha de nuestro pueblo desde la prisión, por la impotencia que se pasa; conociendo retazos de lo que acontecía, viendo cómo comenzaba la vida sin Franco físicamente, pero cómo Suárez y su Gobierno intentaban perpetuarlo. Era un cúmulo de contradicciones que afrontábamos con la única arma que un preso, una presa, es capaz de usar: la huelga de hambre para conectar con la lucha que se estaba llevando fuera», recuerda.

Itziar Aizpurua incide en que «siempre se debe tener presente cuáles son nuestras armas para arrancar la verdadera amnistía. Considero que hay tres requisitos: unidad de acción, diálogo a todos los niveles e interlocución». Y para evitar lo ocurrido en 1977 ve «indispensable encauzar correctamente el ejercicio de la autodeterminación y la territorialidad».

MIKEL KORTA

«En 1977 tenía 17 años. Recuerdo una encerrona con ayuno que hicimos en Ordizia. Franco había muerto y en el ambiente se percibía la llegada de cambios. En ese contexto, teníamos que conseguir la vuelta a casa de todos los presos y exiliados políticos, era un sentimiento colectivo», señala Mikel Korta, ahora procesado en el sumario 18/98. Los debates y discusiones eran una constante diaria.

«Mientras unos apostábamos por una auténtica ruptura democrática con el franquismo que sirviese para satisfacer las aspiraciones de libertad de Euskal Herria, otros aceptaron un retoque del sistema político que no solucionaba los problemas de fondo», señala.

En su opinión, lo que «no falló hace 29 años fue la movilización, presión, organización y entrega de la gente. Por contra, determinadas fuerzas políticas antepusieron sus propios intereses a los deseos de la ciudadanía. A cambio de poder ‘trabajar en política’ y de mantener sus poltronas, desaprovecharon la fuerza que había en la calle para obligar al Estado español a un cambio más profundo».

Para evitar errores del pasado, aboga por «reconocer el carácter político de presos y exiliados y del conflicto», y por «apartar posiciones egoístas».

ITZIAR GALARDI

Itziar Galardi quedó en libertad en febrero de 2002 tras haber pasado 20 años en prisión. La Policía española la arrestó el 20 de febrero de 1982 y estuvo 10 días incomunicada en comisaría. En su condición de ex presa política, reitera que la amnistía «va mucho más allá que la excarcelación de los presos. Es superar y solucionar las causas del conflicto», manifiesta.

Con perspectiva histórica y analizando lo ocurrido en los últimos 29 años, define como indulto la excarcelación de presos en 1977. «Las cárceles se volvieron a llenar. Nos dimos cuenta de que la pretendida amnistía no era tal», añade.

Precisamente, esta demanda vertebró la primera Conferencia Internacional sobre Presos Políticos, celebrada hace dos años en Donostia. «Nos reunimos ex presos de Euskal Herria, Palestina, Córcega, Chile, Irlanda... El intercambio de experiencias fue muy interesante y enriquecedor», recuerda.

La amnistía también será el hilo conductor del acto del próximo día 6 en el Velódromo de Anoeta. Para Galardi, una de las promotoras de esta cita, es importante que la ciudadanía acuda porque «en un proceso, todos tenemos algo que decir y aportar para hacer desaparecer las expresiones represivas». -

DONOSTIA


 
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