No habrá justicia para las víctimas de Basora
Las imágenes del comportamiento violento de un grupo de soldados con ciudadanos iraquíes en el curso de la ofensiva sobre Basora (2004) provocaron hace unos meses una oleada de indignación en Gran Bretaña. Ante la dimensión del escándalo, el Gobierno de Tony Blair ordenó una investigación exhaustiva de los hechos, prometió que se depurarían responsabilidades y anunció medidas para evitar que pudieran repetirse tales comportamientos excesivos. A sólo unos meses de esa tormenta mediática, el Ministerio de Defensa británico anuncia que nada de ello sucederá. Las pruebas irrefutables de la agresión a personas en las calles, de los insultos y vejaciones, del ensañamiento incluso con cadáveres.... no servirán para hacer justicia. Los nueve soldados británicos no afrontarán cargos ya que la Autoridad de Proceso del Ejército, a la que se asignó el caso, ha determinado que no hay pruebas suficientes y que, además, los hechos han prescrito. Ahora el caso vuelve de nuevo al Ejército que, a lo sumo, podría aplicar alguna sanción disciplinaria a los soldados. Si con pruebas de tanta contundencia se ha archivado el caso, poca esperanza cabe albergar de que se haga justicia con otros crímenes y abusos cometidos sin presencia de cámaras. -
La Justicia española no admite la crítica al rey
La decisión del fiscal jefe de la Audiencia Nacional de interponer una querella contra los autores de una tira cómica y un artículo de opinión por supuestas injurias al rey viene a recordar que en el Estado español no caben la crítica ni la denuncia a los miembros de la Corona. Según el escrito firmado por Javier Zaragoza, en el artículo «Las tribulaciones del oso Yogi» de Nicola Lococo Cobo filósofo y asiduo colabor de diversos periódicos vascos, GARA entre ellos y en una tira de Ripa publicada en ‘‘Deia”, se atenta contra la dignidad del monarca de una forma que rebasaría el ejercicio de la libertad de expresión. Aunque es precisamente esa querella la que no puede entenderse desde la libertad de expresión, sino desde los estrechos márgenes democráticos de un sistema que castiga en su Código Penal críticas dirigidas al rey, que nunca supondrían delito de estar dirigidas a cualquier otra persona. -
Especulación inmobiliaria y ciudadanía
Desde diversos municipios de Euskal Herria se hacen sonar periódicamente voces de alarma sobre la creciente carrera de especulación urbanística. Proyectos que hacen peligrar los planes y agendas de sostenibilidad que se predican desde las instituciones. Proyectos que modifican el terreno pero también los padrones municipales, y hasta los hábitos y costumbres. Y como todo va de la mano, los aumentos del parque de viviendas casi siempre llevan a «mejorar» accesos, esto es, a echar más cemento, en nuevas carreteras. Es oportuno que, como ha propuesto Eguzki, se pongan una junto a otra estas actuaciones, cara a desenmascarar complicidades y a dar a la ciudadanía resortes para combatir la fiebre constructora que recorre Euskal Herria. -
|