Maite Soroa
Se exhiben con descaro
Llevaban nueve meses rumiando su propia frustración y han encontrado ahora, en el atentado de Barajas, el trampolín que buscaban para dar el brinco, la pirueta, y mostrarse ante el público con su verdadero rostro.José María Calleja, ayer, escribía en “La Gaceta” cosas como las que siguen:«La banda tiene que percibir de forma contundente que su brutalidad no le va a salir gratis. Se acabaron las elecciones municipales, ni media contemplación judicial, fuera las aproximaciones; que Otegi se vaya a la cárcel. Allí tendrá tiempo, sin tanta rueda de prensa, para leerse las memorias de Mario Onaindia y aprender cómo se cierra esta barraca infernal, sectaria, antigua, indisciplinada. Los batasunos decepcionados deben salir del armario del miedo y decir ‘hasta aquí hemos llegado’. La culpa de la esperanza reventada es solo de los terroristas. No nos pisemos la manguera. Esto es una prórroga antes del final». No se molestan ni en disimular la patita blanqueándola con harina como el lobo del cuento. También el editorialista de «El Mundo» se soltaba el dogal y protestaba porque en estos nueve meses «los abertzales han contado con la inacción de la Fiscalía, lo que ha dado lugar a situaciones esperpénticas, como que un partido declarado ilegal por ser parte de ETA haya vuelto a tomar la calle, haya dado ruedas de prensa, haya visitado al lehendakari y sus representantes hayan mantenido con normalidad contactos con otras fuerzas políticas». Les duelen los ojos al observar la realidad. Eso es lo que pasa. Y ya llega la hora de pedir más leña:«tras la ruptura de
la tregua la Justicia ha de ser inflexible con quienes han demostrado ser
simples lacayos de la banda y cómplices de su escalada de tensión y de violencia
(...) con Otegi en libertad bajo fianza y con muchos otros dirigentes pendientes
de juicio, saben lo que les espera. Sólo Otegi acumula siete causas, una de
ellas por pertenencia a organización terrorista, lo que podría suponerle una condena de hasta 14 años de prisión. En ese mismo proceso le acompañan una cuarentena de dirigentes. Por eso tratan desesperadamente de insuflar oxígeno al proceso asfixiado por ETA». Bueno, ¿en qué quedamos? ¿Son de ETA o no son de ETA? ¿Cómo se explica el editorialista que los de ETA quieran insuflar oxígeno al proceso que, dice, ha asfixiado la propia ETA? Si Pedro J. está como unas maracas, que se lo haga mirar, pero que no maree al resto. - msoroa@gara.net
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