WASHINGTON
La legisladora del Partido Demócrata Nancy Pelosi se convirtió ayer en la primera presidenta de la Cámara de Repre- sentantes en la historia de Estados Unidos. Con un total de 233 votos, Pelosi fue ratificada como la presidenta de la Cámara Baja, un puesto que la sitúa como segunda en la línea de la sucesión presidencial, después del vicepresidente, Dick Cheney.
Tras una ovación de los legisladores, Pelosi aceptó su nuevo papel de liderazgo, y afirmó que «aunque pertenezcamos a distintos partidos, servimos a un solo país». Además, reiteró su compromiso de trabajar con el Partido Republicano.
El Partido Demócrata han asumido el control de ambas cámaras del Congreso de EEUU, tras los comicios del pasado 7 de noviembre, que estuvieron marcados por el descontento de los votantes por la guerra en Irak y los escándalos vinculados con la clase política.
El nuevo líder del Partido Republicano en la Cámara Baja, John Boehner, que obtuvo el apoyo de 202 correligionarios, felicitó a Pelosi y declaró que la votación de ayer «marca un hito en la historia» de EEUU.
Rodeada de sus seis nietos, entre ellos un bebé, Pelosi, de 66 años, afirmó exultante que los demócratas, que desde ayer tomaron las riendas del Congreso por primera vez desde 1994, darán «un nuevo rumbo» al país.
«Es un momento histórico, para el Congreso y para las mujeres de este país. Es un momento que habíamos esperado durante más de 200 años (...), hemos roto una barrera», aseguró Pelosi, la mujer que más cerca se sitúa de la presidencia de Estados Unidos.
Considerada una demócrata del ala más liberal del Congreso, Nancy Pelosi ha prometido combatir la corrupción en el Legislativo.
De hecho, entre las primeras tareas de los demócratas figura la votación de un proyecto de ley que endurece los reglamentos de ética en el Legislativo, en un intento por romper el cordón umbilical que une a los legisladores a grupos de interés que hacen contribuciones a sus campañas.
Mientras, en su condición de presidente del Senado, el vicepresidente Richard Cheney tomó juramento a los miembros de esa cámara, entre ellos diez nuevos senadores, ocho del Partido Demócrata.
El líder de la nueva mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, reiteró ayer que su partido «trabajará de forma bipartidista, de forma abierta, para resolver los problemas del pueblo estadounidense»