En los últimos tiempos, desde que el líder del partido unionista Ian Paisley se atreviera a entonar un «quizás» a la posibilidad de formar gobierno con Sinn Féin, el hasta ahora oponente al proceso de paz se ha encontrado con el enemigo interno: el rechazo a cualquier acuerdo con el nacionalismo por parte del unionismo tradicional, que durante tantos años fue su mantra, se ha transformado en su pesadilla. A cada uno de los intentos de dar pasos hacia la resolución de conflicto le sigue un coro de reproches que emanan de aquellos políticos que dentro de su partido ahora se consideran los protectores de la ideología creada por Paisley.El jueves Ian Paisley volvió a emitir un «quizás», condicionado como es habitual en el unionismo, pero un quizás al fin y al cabo. El DUP podría aceptar la transferencia del poder judicial y el control de la Policía al Ejecutivo norirlandés para mayo del próximo año, tal y como ha propuesto Londres siempre y cuando Sinn Féin no sólo apruebe, sino que actúe, en apoyo a la Policía norirlandesa.
Inmediatamente surgieron las críticas de los diputados Dodds, Campbell, McCrea y Simpson, del eurodiputado Allister e incluso del coordinador del partido unionista, Lord Morrow, expresando no sólo su oposición, sino su rechazo a la posibilidad de que esa transferencia se produzca en esta generación. Obviamente, Paisley también cuenta con el apoyo del sector más pragmático dentro de su partido, representado por los también diputados Peter e Iris Robinson, Donaldson y Wilson. Pero mientras ambas facciones se disputan el control del DUP, el proceso de paz, revitalizado por el acuerdo alcanzado en la ciudad escocesa de Saint Andrews el pasado 13 de octubre, avanza a trompicones forzado por el calendario.
Sinn Féin necesita decidir si existe suficiente contenido en las declaraciones unionistas para seguir con la convocatoria de la Asamblea Extraordinaria y un debate sobre la Policía cuyo resultado se prevé pero se sabe controvertido para el partido. Adams ha anunciado que decidirá este fin de semana si seguirá apoyando la celebración de la reunión, y el martes se reunirá la Ejecutiva de Sinn Féin para analizar las declaraciones unionistas y confirmar si la convocatoria realizada sigue adelante.
La urgencia de esta decisión se debe a que el próximo día 30, el Gobierno británico había planeado la disolución de la Asamblea de cara a la convocatoria electoral para el próximo 7 de marzo. Esta decisión se encuentra ahora pendiente de este último desacuerdo entre los unionistas.
Sinn Féin y Londres sólo necesitan la confirmación de que el DUP acepta el contenido de Saint Andrews en su totalidad, incluyendo la transferencia de la justicia y el reforzamiento de las instituciones para que el proceso prosiga. Pero para ello se necesita un debate en el seno del DUP que hasta el momento no se ha producido. -