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Etxerat tocará «todas las puertas» para exigir la liberación de De Juana
·Habla de «tortura ininterrumpida» y afirma que «no estamos dispuestos a dejarlo morir»
Hoy se cumplen 20 años desde que el donostiarra Iñaki de Juana fue detenido y encarcelado, y hoy cumple precisamente 72 días de su segunda huelga de hambre. Pesa 34 kilos menos que cuando inició el ayuno, sólo 56. «Es todo hueso», señaló ayer gráficamente Irati Aranzabal, que alerta ante la posibilidad de que le vuelvan a implantar la sonda nasogástrica. Así las cosas, Etxerat aseguró ayer que va a «tocar todas las puertas, del infierno al cielo» para lograr su libertad, incluso en Europa. Los familiares emplazaron especialmente a Juan José Ibarretxe, de quien denunciaron que ni siquiera ha respondido a sus peticiones de entrevista, pero dirigen su interrogante a todos los partidos «que ahora hablan de paz y de diálogo: ¿Qué han hecho para que De Juana no muera?».
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BILBO
A través de una comparecencia realizada ayer en la capital vizcaina, allegados de Iñaki de Juana y representantes de Etxerat señalaron que «no aguantan más» y no están dispuestos a ver «morir bajo una tortura ininterrumpida» al preso donostiarra, que hoy cumple 72 días en huelga de hambre.La representante de Etxerat y allegada de Iñaki De Juana Irati Aranzabal acompañando al portavoz de Etxerat, Estanis Etxaburu, y la presidenta de la agrupación, Joxepa Arregi relató las condiciones en las que se encuentra el vecino de Donostia. Así, detalló cómo sufrió la implantación de una sonda que le entra por la nariz y pasa por la garganta para llegar hasta el estómago. Según narró Aranzabal, esta sonda le fue colocada a De Juana desde el día 11 de diciembre hasta el pasado 7 de enero, pero lo más probable es que, vista su situación, vuelvan a colocársela dentro de un breve espacio de tiempo. Y recordó que esto reproduciría la imposibilidad de descansar y dormir, dados los «terribles dolores y molestias que le supone» al preso donostiarra. Asimismo, Aranzabal explicó cómo mantienen a De Juana atado de pies y manos a su cama por medio de unos enganches metálicos. Esto hace que el preso vasco «no pueda beber agua, no pueda pedir ayuda, no pueda levantarse para ir al baño, y además posibilita que le alimenten forzosamente». Esta inmovilización se prolonga durante diez horas al día. Algo que, en caso de alargarse más tiempo, le generará «ulceras y llagas por todo el cuerpo», según añadió.
«Es todo hueso»
Junto a ello, Aranzabal aseguró que desde que el pasado 7 de agosto, cuando Iñaki de Juana comenzó su primera huelga de hambre, hasta el día de ayer el preso donostiarra ha perdido un total de 34 kilos, ya que «empezó su protesta con 90 kilos y hoy pesa 56». Por tanto, como señaló Aranzabal, «no tiene músculo, actualmente es sólo hueso y cada día pierde peso más rápidamente». Definió su situación como «entre la vida y la muerte», ya que corre riesgo de «quedar en estado vegetativo o, en caso de fallar algún órgano, producirse un desenlace fatal». De cara a las próximas jornadas, la representante de Etxerat alertó del grave riesgo que corre el vecino de la capital guipuzcoana, ya que «si el PSOE sigue torturando a De Juana, llegará un momento en el que le apliquen la alimentación forzosa y la sonda durante 24 horas». Remarcaron que, además de las medidas anteriormente citadas, De Juana padece «dificultades para hablar, mareos, ganas de vomitar, espasmos y gota». Por ello, exigieron «que dejen de torturarlo diariamente y que lo dejen en libertad». Por otra parte, Etxaburu no quiso olvidar que, justo hoy hace 20 años, Iñaki de Juana fue detenido por la Policía española. Entonces, como señalaron desde Etxerat, el donostiarra fue «torturado salvajemente» durante diez días. Dos décadas después, De Juana sigue «torturado en un hospital, atado de pies y manos y alimentado forzosamente continuó Etxaburu. Son 20 años en los que tanto De Juana como cientos de presos políticos y familiares han tenido que sufrir torturas, golpes, aislamiento, cárceles de las islas Canarias o el norte de Africa, siempre con unas duras condiciones de vida». Tras todo ello, Etxaburu señaló que «no queremos patrimonializar el sufrimiento, pero sí que vamos a luchar para que acaben todos los padecimientos». Y recordó que Etxerat quiere a los presos políticos «vivos y en casa».
«¿Alguien ha visto a Ibarretxe algún último viernes en nuestras concentraciones?»
B.Z
BILBO Hace justo 20 años que Iñaki de Juana fue detenido por la Policía española. Como recordó Estanis Etxaburu, fue también en 1987 cuando «el PNV acordó con el Gobierno español una política penitenciaria asesina». Algo que, según subrayó el portavoz de Etxerat, «es violencia» y supone «una política de tortura hasta la muerte, que asesina a presos y familiares». Y que ahora, por si fuera poco, se agrava «con nuevas acusaciones para mantener a nuestros familiares en prisión». Ante la situación, el portavoz de Etxerat se preguntó «qué hacen los que ahora aparecen a favor de la paz y del diálogo ante toda esta violencia». Cuestionó en concreto «si alguien ha visto algún último viernes de cada mes a Ibarretxe en una de nuestras concentraciones». Citó así a un lehendakari al que Etxerat informa que ha pedido varias reuniones, y «no es que no nos haya recibido, sino que ni siquiera nos ha respondido». Asimismo, Etxaburu preguntó «a todos los que ahora hablan de paz y diálogo qué tipo de compromisos han adoptado ante la política penitenciaria o para que Iñaki de Juana no muera». El portavoz de Etxerat, además, remarcó que se les hace «muy difícil entender que quien niega que la política penitenciaria mata o quien nos pega al intentar dar un adiós digno a los familiares presos muertos o presentar una propuesta de resolución, está por la paz». «Nosotros no les creemos», concluyó. Ante esta situación, los familiares van a «tocar todas las puertas», incluidas las de Europa, y reclaman de una vez por todas un consenso político contra la dispersión.
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