F.C. BARCELONA 3
DEPORTIVO
ALAVES 2
GASTEIZ
Sólo la magnífica actuación de un Javier Saviola que ha sido, sin duda, el jugador que mejor ha aprovechado el escaparate copero con cinco goles en dos partidos, frenó la clara progresión de un Alavés en franca mejoría. Si el objetivo de ayer era el de competir y el de ofrecer una buena imagen, el equipo puede darse por satisfecho, pues no sólo lo consiguió, sino que incluso sacó los colores al Barcelona en una actuación que debe servir para recuperar toda la motivación que se ha ido despilfarrando.Como ya sucedió la temporada pasada con el efecto Oliva, algo ha cambiado, y mucho, en este Alavés en cuanto un entrenador medianamente capacitado y en el que la plantilla cree se ha sentado en el banquillo, en este caso con Piterman en el palco. Si el sábado pasado la endeblez del Lorca frenó la euforia tras uno de los mejores partidos de la temporada, por mucho que jugara con el freno de mano puesto, el rival de ayer era todo un campeón de Europa y éste las pasó canutas ante un equipo albiazul en plena metamorfosis.
La eliminatoria nunca corrió peligro real para el Barcelona, sobre todo porque, con muchosmenos merecimientos que en Mendizorrotza, dos fogonazos de Saviola sirvieron al equipo azulgrana para poner dos goles de distancia. Primero el argentino se encontró un rechace de Ardouin a una falta de Ronaldinho en el minuto 15 y cinco minutos remató de cabeza un buen centro de Motta adelantándose a los centrales.
El equipo acusó el primer golpe, pero el Deportivo Alavés de ayer salió, ya de inicio, con la lección bien aprendida de que no podía ceder tanto terreno y balón al Barcelona y, con las ideas claras, aprovecharon la desidia culé para recuperar la posesión y poner en aprietos a las estrellas catalanas, que terminaron la primera parte pidiendo la hora y agradeciendo alguna que otra decisión arbitral de Pérez Lima.
Wellington Paulista y Arthuro aprovecharon también su oportunidad para demostrar su clase empatando el choque en ocho minutos, primero en una gran combinación entre ambos que culminó el jugador procedente del Santos para estrenarse con la elástica albiazul y después en un gran lanzamiento de falta de Arthuro desde muy lejos ante el que nada pudo hacer Jorquera.
Los suspiros de alivio azulgranas en cuanto acabó la primera parte fueron grandes, pero lo peor para sus intereses estaba por venir. En diez minutos de gran fútbol, Wellington Paulista en un contragolpe que sacó Puyol desde la línea tras driblar a Jorquera, Gentil en un centro al que llegó antes Oleguer y Arhturo en un remate de cabeza que salió fuera por poco, pusieron un nudo en la garganta de los aficionados culés que acudieron al Nou Camp.
Sin embargo, en estos momentos de crisis, el Barcelona se agarró a la única tabla de salvación que ha tenido en la eliminatoria, las ganas de convencer a Rijkaard de Saviola. El argentino, tras una gran jugada con Xavi, puso fin a las ilusiones de épica albiazules con su mejor gol de la noche.
Aún y todo, Ogbeche tuvo en sus botas el tanto de un empate que el Alavés mereció pero su disparo fue repelido por el palo.
En definitiva, el Nou Camp volvió a ser la nítida prueba de que, tras semanas de desidia, el Alavés parece haber reconducido su situación a poco que la cordura se ha instalado en su seno. Sólo falta que los egos de su mandamás no vuelvan a poner obstáculos en su duro y largo camino.