ISLAMABAD
El general Shaukat Sultan informó de que helicópteros de combate bombardearon ayer al alba objetivos en el distrito de Waziristán Sur, 300 kilómetros al sudoeste de Islamabad, asegurando que destruyeron «tres bases islamistas, y ofreciendo un balance de treinta muertos. Sultan señaló que «teníamos información sobre la presencia de 25 a 30 terroristas extranjeros y locales en estos campos, vigilados desde hace días». Desmintió, eso sí, que hubiera objetivos «de alto rango» entre los atacados.
El operativo, realizado desde el aire y que no contó con la participación de tropas terrestres, tiene lugar días después de que EEUU acusara a Pakistán de dejar a Al Qaeda reagruparse en su suelo.
El director de Información de la Administración Bush, John Negroponte, reconoció que Pakistán «es un socio en primera línea en la guerra contra el terrorismo», pero añadió que «sigue siendo una gran fuente de extremismo islamista y el refugio de ciertos altos responsables terroristas».
El distrito de Waziristán Sur es fronterizo con la provincia afgana de Paktika, uno de los bastiones de la resistencia afgana, concretamente de las fuerzas comandadas por Gulbudin Hekmatyar, antiguo señor de la guerra aliado actualmente con los talibán.
Este distrito compone, junto con Waziristán Norte, la zona tribal fronteriza habitada por la etnia pastún, la misma a la que pertenece casi el 50% de la población afgana, entre ellos los talibán. Prácticamente independiente respecto al poder en Islamabad, la zona se ha convertido en objetivo de periódicos raids y ataques por parte del Ejército paquistaní. Más aún, el régimen de Musharraf ha anunciado recientemente su intención de sellar con un muro y con minas la zona fronteriza.
Pakistán bombardeó en octubre una madrasa (escuela coránica) en Waziristán Norte matando a 80 personas. Un atentado suicida de venganza por parte de la población de la zona justo una semana después contra una base militar paquistaní mató a 42 soldados.
EEUU pide más tropas para Afganistán
El jefe militar de EEUU en Afganistán, general Karl Eikenberry, pidió un refuerzo militar en el país, donde tiene desplegados a 24.000 soldados, a los que hay que sumar 33.000 de la OTAN. Los ataques se han multiplicado por tres en un año y siguen aumentando pese a la llegada del invierno. EEUU espera ya una primavera caliente. -