Una vez más se intenta utilizar y manipular a los inmigrantes, además de querer confundirnos y dividirnos. Las víctimas del último atentado deben ser motivo de unión, muy a pesar de nuestros orígenes e ideologías; deben ser un motivo claro de toma de conciencia, de que es urgente y necesaria la paz, y por tanto el diálogo en el País Vasco, acabar con la violencia venga de donde venga, lo que va más allá de partidos políticos.
Me parece injusto que a los inmigrantes se nos dé una versión a medias y tendenciosa de la situación de conflicto en el País Vasco. Nosotros, los inmigrantes que residimos aquí conviviendo con los vascos desde hace muchos años, no debemos hacer un análisis superficial de la situación, debemos recordar siempre que los vascos no son enemigos ni contrarios.
Recordemos nosotros, inmigrantes junto a nuestros colectivos, que no solamente trabajamos y residimos aquí, que además de que muchos de nosotros tenemos un trabajo y un sueldo, también son muchos los colectivos de inmigrantes que cada año reciben subvenciones para programas de Inmigración, cada año son muchos los países de origen que reciben subvenciones para el Desarrollo y la Cooperación, recordar que el País Vasco siempre nos ha abierto sus puertas para que demos a conocer los problemas sociales, económicos y políticos de nuestros lugares de origen, y que muchas veces han atendido y se han solidarizado con esas necesidades. Son vascos aquellos que cada año nos han apoyado en proyectos rurales e indígenas, los que desde sus plataformas y colectivos se manifiestan en contra de la guerra y la miseria de nuestros países.
No debemos olvidar que entre los vascos también hay personas en paro, que también ellos como nosotros saben lo que se sufre lejos de sus familias al emigrar en busca de trabajo, que también ellos luchan día a día por un trabajo para sacar adelante a su familia, que también ellos sufren injusticias y conculcación de derechos, que también ellos sienten la impotencia de la injusticia, y sobre todo, que son los vascos quienes más desean y están ilusionados por el diálogo para conseguir un futuro de paz.
Es criticable e imperdonable que pretendan hacer creer a los inmigrantes que los vascos son terroristas o gente indeseable, aprendamos a jugar limpio. Lo más honesto es que nosotros inmigrantes seamos agradecidos, y con gesto de reciprocidad nos solidaricemos con los vascos pidiendo un alto a todo tipo de violencia. Ya bastante dividido está el mundo, los vascos y los inmigrantes, es tiempo de demostrar que nosotros inmigrantes residentes también tenemos capacidad de entender, agradecer y seguir aportando nuestro trabajo, nuestra cultura y nuestro apoyo al pueblo vasco. -