MELBOURNE
En una jornada sin sorpresas, la regla del calor extremo, que se aplicó ayer por primera vez en esta edición del Abierto de Australia, llevó a algunos participantes a quejarse de lo injusto de jugar en esas condiciones y a sugerir que quizás deberían interrumpirse los partidos y no permitirse ciertos privilegios. «Las condiciones ayer eran horribles», dijo David Nalbandian, «y él no se podía mover», señaló sobre su rival, Janko Tipsarevic, que se retiró en el quinto set. «Lo que no entiendo es que los que están jugando lo sigan haciendo, quiero decir que ¿por qué no paran todos?», señaló.
Según esta regla, los partidos que han comenzado ya en las pistas exteriores cuando la temperatura asciende a 35 grados pueden seguir disputándose, aunque los siguientes ni siquiera comienzan hasta que baja el calor. Y los que empiezan en las dos pistas cubiertas, la Rod Laver Arena y la Vodafone, pueden disputarse con el techo cerrado.
Los jugadores perjudicados son, sin duda, los que han iniciado sus encuentros cuando el sol calienta más porque tienen que acabarlos. En la segunda jornada se vivieron partidos larguísimos a pleno sol, como el que disputaron durante casi tres horas Nicolás Almagro y Robby Ginepri, o Nalbandian con Tipsarevic.
Incluso al comienzo de la jornada, el calor causó la deserción de Christophe Rochus con problemas respiratorios. «No es justo», continuó Nalbandian, «los otros jugadores van a jugar con menos calor y eso es mucha ventaja para ellos. De todas formas algunos van a actuar hoy por ayer muy tarde y tendrán menos horas para recuperarse. Así que uno no sabe lo que es mejor». «Es terrible jugar en esas condiciones», apuntó el argentino, y «sólo puedes llamar al médico dos veces, y nosotros necesitamos más ayuda», se quejó.
Maria Sharapova, que tuvo que llamar a la fisioterapeuta dos veces en su partido contra Camile Pim, consideró que el techo de la Rod Laver Arena debería haberse cerrado incluso durante el partido.
Descanso para las chicas
«En esas condiciones claro que tendrían que haberlo cerrado», señaló la primera favorita. En el cuadro femenino, las jugadoras tienen una pequeña ventaja comparado con los chicos, y al termino del segundo set, si una de ellas lo solicita, puede haber un descanso de diez minutos. «Es inhumano jugar tres horas con ese calor, nuestros cuerpos no están capacitados para ello», dijo la rusa. «La regla es la que es, pero no me gusta necesariamente».
Para Rafael Nadal la medida de calor extremo no beneficia a unos ni perjudica a otros. «Si hay un día entre medio no hay nada decisivo. No creo que afecte tanto, las condiciones son iguales para los dos, y el otro no tiene un ventilador al lado», bromeó.
«O no se juega en todo el día o entras en cuestiones de si es peligroso para la salud o no», comentó Carlos Moyá. «La condición física es un factor que influye en el tenis», dijo. En el aspecto deportivo no hubo sorpresas reseñables.
