«Parecía que los forales querían hacer una demostración de fuerza en ‘lo viejo’ de Iruñea»
IRUÑEA
Los incidentes producidos el sábado noche en Iruñea tuvieron un elemento nuevo e inesperado: la participación de la Policía Foral en labores antidisturbios, con cargas e irrupciones en las calles de Alde Zaharra. Numerosos afectados y testigos aportaron ayer detalles de lo ocurrido y anunciaron denuncias judiciales. Uno de ellos lo resumió así:«Parecía que era la primera vez que entraban ‘en lo viejo’ y querían hacer una demostración de fuerza».Los testimonios recogidos en la Herriko Taberna de la calle del Carmen relataron que «alrededor de la 1.45 de la madrugada dos furgonetas de la Policía Foral se pararon delante del bar, y de ellas bajaron policías ataviados con material antidisturbios e irrumpieron en el bar de manera salvaje». En su testimonio, el joven Rubén Garde, que se encontraba en el interior del bar, explica que «nos gritaron que nos pusiéramos contra la pared. Al levantarme para hacerlo me golpearon con el escudo en el cuello. Caí al suelo y al intentar levantarme me volvieron a golpear, en este caso con un porrazo en la frente». Coincidiendo con otros testigos, relató que les ordenaron que levantaran los brazos, y en su caso le amenazaron con «que me iban a reventar la cabeza». Según atestiguaron los allí presentes, los agentes «rompieron vasos, tiraron cosas al suelo, lanzaron una silla violentamente contra la pared... Decían que no tenía que quedar nada de Segi, y arrancaron todos los carteles del bar, fueran o no de esta organización juvenil. Incluso un agente se llevó una foto de Iñaki de Juana, de recuerdo para su habitación, según dijo». Relataron que en ese momento en el bar se encontraban unas 50 personas, y empezaron a identificarlas entre insultos, amenazas y empujones. Cuando finalmente los obligaron a salir, «los enviaban a unos para un lado y a otros para el otro lado, dándoles los últimos golpes». En la calle, y siempre según los afectados, cargaron con pelotas de goma, como atestigua el testimonio de Imanol Berrueta. «Al llegar a la altura de la Herriko vi cómo había dos furgonetas de la Policía Foral, policías con material antidisturbios, y se llevaban detenido a un hombre. Les grité que lo dejaran en paz, y un policía se dio la vuelta y me tiró un pelotazo a bocajarro. Me dio en la pierna y en la mano». Según continúa su testimonio, «me pisaron la espalda y me decían que me levantara. Me tuve que levantar e ir arrastrándome hasta la Herriko. Dijeron que iban a denunciarme por llamarles hijos de puta, pero yo no les había dicho nada». El joven debió ser llevado al hospital. Varios testigos que se encontraban fuera del bar coinciden con el testimonio de Berrueta. Relatan que la gente reunida alrededor del joven fue disuelta por los agentes a pelotazos. La misma noche, en la calle Jarauta, también cargaron contra la gente. Según relató el dueño de la tienda Nahikari, «me ordenaron que la cerrara, y ante mi negativa, amenazaron con detenerme. Cerraban la puerta y yo volvía a abrirla. Un policía foral me golpeó con la bocacha en el estómago y otro policía me dio tres porrazos». El movimiento pro-amnistía ha denunciado la represión del último mes, tanto de la mano de la Policía española como la de la Foral. En cuanto a éstos, cuestiona la actuación del sábado ya que «desplegaron una violencia no sufrida desde hace mucho en Iruñea», y lo definen como «refle- jo de la postura de UPN, basándose en las vías represivas ante los problemas». Desde el colectivo hacen un llamamiento «a todos los componentes de ese cuerpo policial para que no se dejen utilizar».
Batasuna lo vincula al doble miedo de UPN
R.S.
IRUÑEA La actuación de la Policía Foral fue situada ayer por Pernando Barrena y Arantza Santesteban como un nuevo elemento que confirma el interés de UPN de «atacar a la izquierda abertzale» y «boicotear» la posibilidad de un proceso de resolución, y que ha quedado en evidencia en estos meses con «la mentira» en torno al incendio de la ferretería de Barañain o «el modo en que teledirigieron a la CEN» en su denuncia de cartas de ETA. Barrena inició su reflexión haciéndose eco de declaraciones hechas anteayer por el portavoz del Gobierno de UPN-CDN, Alberto Catalán, «que puso a Batasuna en el punto de mira». Citó también el interés en impedir a toda costa la presencia electoral de la izquierda abertzale evidenciado por Miguel Sanz en su reciente reunión con Mariano Rajoy. «¿Por qué todo esto?», se preguntó Barrena. Respondió que el «nerviosismo» de UPN se debe primero al «miedo atroz» a que «la situación evolucione y la ciudadanía navarra pueda decidir, porque sabe que la mayoría no comulga con su modelo de cartón-piedra. La ultraderecha arremete contra la izquierda abertzale porque percibe que es el motor de ese proceso». Junto a ello situó otro segundo factor: «UPN sabe que tiene muy difícil impedir que estemos en las elecciones y sabe que entonces abandona el Gobierno», dijo tajantemente Barrena. Como conclusión general, el parlamentario electo navarro resaltó que el partido de Sanz «se sitúa así en las antípodas de la democracia: sabe que cuando gana la política y deciden los ciudadanos, UPN pierde y se va a casa». Concluyó afirmando que «tienen razones para preocuparse: en mayo volvemos a los ayuntamientos y seremos determinantes para sacarles del Gobierno». «No contemplamos otro escenario», añadió cuando los periodistas le pidieron más detalles.
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