E l Ayuntamiento: la casa de todos los ciudadanos; una institución que vela por las necesidades y los derechos de la ciudadanía. El de Donostia, por lo menos, no cumple esas sencillas premisas democráticas. Y así se volvió a evidenciar antes, durante y después del pleno municipal que a primera hora de ayer acogió el salón principal del Consistorio donostiarra, como cada martes. Por si fuera poco, la portavoz del PP, María José Usandizaga, quiso «solidarizarse» de manera expresa con Iñaki de Juana ante unos cincuenta familiares de presos políticos vascos que, con una cortesía en base a empujones y con escudos policiales, eran invitados por otros tantos policías municipales a abandonar el salón. «Que se lleven unos bollos para el muerto de hambre ése». Usandizaga dixit. Son las 8.30 de la mañana. La sesión que todos los martes se realiza en el Salón de Plenos del Ayuntamiento donostiarra ya ha comenzado. Poco a poco se van reuniendo los miembros del organismo Etxerat. Las cortinas del Consistorio dejan entrever que a más de uno no se le ha escapado la presencia de los familiares en sus cercanías.
Sorpresa, sorpresa. Unos treinta policías municipales reciben en Alderdi Eder casi en posición castrense a los familiares de los presos políticos. La Ertzaintza tampoco se quiere perder un recibimiento así.
«Venimos al pleno municipal», informa un miembro de Etxerat al mando policial. «No. No podéis pasar. El aforo está cubierto. No hay sitio», responde el policía. La afirmación del municipal casi cuela entre los presentes, si no fuera porque uno de ellos ya había estado poco antes en el salón y había visto que casi la totalidad del aforo para los ciudadanos se encontraba sin ocupar. Insisten de nuevo y dejan entrever que no piensan moverse del lugar si no es para acceder al Ayuntamiento, a esa «casa de todos».
Grabados por la policía
En grupos de cinco personas y custodiados por otros tantos policías municipales, llegan poco a poco al check-point instalado en el hall consistorial. Identificados uno a uno, y retirados de sus manos los carteles con la fotografía de Iñaki de Juana que ayer cumplió 85 días en huelga de hambre y la leyenda «Iñaki askatu», los familiares de Etxerat acceden poco a poco al salón municipal.
Aunque se sientan en los sillones vacíos sin levantar la voz, la inusual cobertura policial delata la presencia de, como dijo ayer la portavoz del PP, «los de Herri Batasuna». ¿Ha visto alguien que el pleno municipal sea grabado por un policía municipal desde la planta superior como si de una videoconferencia se tratara, escondido detrás de la cortina, y que en vez de documentar las discusiones entre los grupos se limite a recoger las imágenes de la treintena de integrantes de Etxerat? El Ayuntamiento de Donostia no deja de sorprender y lanza al mercado una nueva modalidad. ¿Será para impulsar la democracia participa- tiva de la que tanto habla su alcalde? No lo parece.
Ha transcurrido más de media hora desde que accedieran al salón. Los policías continúan inmóviles; sólo se han movido para colocar bien sus escudos. Los minutos siguen corriendo. Después de más de una hora de espera, y tras concluir el alcalde su exposición sobre la nueva estación intermodal de Atocha, un representante de Etxerat se levanta y se dirige a los grupos.
«Estáis manteniendo una actitud vergonzosa. Habéis rehusado debatir la moción con carácter de urgencia que hemos promovido sobre Iñaki de Juana, un ciudadano de Donostia, y tampoco habéis querido ni siquiera tramitarlo. El también es donostiarra, ¿eh? ¿O acaso tiene menos derechos que otros? ¿Qué tenéis que decir al respecto?», interpela. Nadie dice nada. Los políticos callan.
«Abandonen la sala. Según el artículo....», es lo único que se deja oír. Los policías cumplen con el mandato. Mientras se corean gritos de apoyo a De Juana y contra su situación, poco a poco se consuma el desalojo. «¡Quítate eso de la cara que yo vengo desarmada, a cara descubierta y mi nombre está en la puerta!», reprocha una familiar a un policía que sólo se limita a empujar a los presentes.
De Juana tendrA visita hoy
Se enciende un micrófono. Es el de María José Usandizaga. Al parecer, pretende despedir a los familiares de los presos políticos. «Que se lleven unos bollos para el muerto de hambre ése», concluye la edil del PP. Por la tarde, cien personas dan respuesta a su actitud y a la de todo el Ayuntamiento con una concentración.
No en vano, lo que no hará el Consistorio donostiarra sí ocurrirá en otras instituciones, por iniciativa de Ezker Abertzalea o Aralar. Así, el Parlamento de Gasteiz tratará en el Pleno (probablemente el día 9 de febrero) una proposición no de ley de Ezker Abertzalea para buscar el posicionamiento de la Cámara respecto a la situación de Iñaki de Juana. Aralar ha adelantado su apoyo y anuncia además que en todas las instituciones en las que cuenta con representación JJGG de Gipuzkoa, Parlamento de Nafarroa y Cámara de Gasteiz cursará una moción por la inmediata liberación del donostiarra.
Hoy, Iñaki de Juana recibirá la visita, en el madrileño Doce de Octubre, de personalidades conocidas del ámbito de la cultura vasca «a fin de denunciar este ataque contra el ejercicio de la libertad de expresión». Algunos tanto y otros tan poco. -