Decenas de chiítas muertos en atentados contra la conmemoración de la Ashura
Cientos de miles de chiítas desafiaron los peligros de las «carreteras de la muerte» y acudieron a Kerbala a celebrar el fin de la Ashura en plena espiral de enfrentamientos interconfesionales en el Irak ocupado. Otros tantos decidieron conmemorarla en sus pueblos y ciudades. 1.300 años después del martirio de su imam Hussein, la muerte fue esta vez a buscarles a casa. Más de cuarenta perecieron bajo las bombas, la mayoría kurdos chiítas de la comunidad «faili». La réplica sangrienta no se hizo esperar. 17 sunitas caían bajo fuego de mortero en un ataque contra un barrio de Bagdad.
KERBALA
El atentado más sangriento tuvo lugar en la zona mixta de Balad Ruz, 100 kilómetros al noreste de Bagdad, y en él murieron 23 personas y 57 resultaron heridas, todas ellas kurdos chiítas que celebraban el rito de la Ashura, conmemoración de la muerte del imam Hussein. Fuentes policiales narraron que un kamikaze detonó un chaleco explosivo en medio de una multitud de fieles frente a la mezquita Ali al-Akbar.Poco antes, otros 12 kurdos chiítas morían en un atentado con bomba cerca de otro lugar de culto en la localidad de Janaquin, en la misma provincia de Diyala y al lado de la frontera con Irán. Fuentes oficiales aseguraron que el artefacto explosivo, escondido en un contenedor de basura, estalló en medio de la procesión religiosa. Fuentes hospitalarias aseguraron que entre los muertos y heridos había menores. Ambos atentados tuvieron como objetivo a la comunidad faili de los kurdos chiítas en uno de los grandes días de su calendario anual. La provincia de Diyala es una de las más conflictivas del Irak ocupado, ya que está habitada por árabes sunitas, árabes chiítas y kurdos. En su capital, Baquba, tres chiítas que repartían en la calle un plato típico de la conmemoración de la Ashura cayeron abatidos por disparos de hombres armados, informó la Policía local. En Bagdad, otro grupo de hombres armados atacó a dos camionetas que traían de vuelta a peregrinos que habían celebrado la fiesta en Najaf, ciudad santa chiíta de Irak, matando a cuatro personas. Sin salir de la capital, un proyectil de mortero cayó sobre la multitud que celebraba la Ashura en la explanada de Kadimiya, que alberga dos de los doce santuarios más importantes de este credo religioso. Nueve personas resultaron heridas.
Estado policial en Kerbala
La ciudad chiíta también santa de Kerbala, escenario de la batalla que hace 1.300 años acabó con la muerte de Hussein, tercer imam del chiísmo, y que alberga su mausoleo, estaba ayer tomada por más de 10.000 policías y soldados iraquíes. Escenario hace tres años de sangrientos atentados con motivo de la Ashura, la cifra de peregrinos llegados este año ha sido sensiblemente menor, aunque ha superado el millón y medio de personas. La jornada de ayer marca el final de diez días de ceremonias. Desde las primeras luces del sol, más de 500 procesiones se dirigieron hasta el mausoleo de Hussein.Con estas ceremonias, que incluyen autoflagelaciones por parte de grupos de varones vestidos de blanco, los chiítas expían su «pecado original», el que los partidarios de Hussein le abandonaran en el campo de batalla contra el califa omeya (sunita) Yazid en la «batalla de Kerbala». Minoritario en el mundo musulmán (en torno a un 12%), el chiísmo muestra en esta conmemoración una determinación, nunca mejor dicho, a prueba de bombas. Cientos de miles han cubierto y deberán hacerlo de vuelta, la «carretera de la muerte» de Bagdad a Kerbala. «Aunque nos convirtamos en mártires, seguiremos viniendo a Kerbala todos los años», asegura el peregrino Abu Haider al-Saedi. «Ya me pueden cortar las manos y los pies, que seguiré viniendo a honrar a Hussein», coincide Mohamed Ghaith.
Al-Maliki mantendrá buena vecindad con Irán
GARA
EL CAIRO El primer ministro del Irak ocupado, el chiíta Nuri al-Maliki, aseguró que no se siente obligado por la política de EEUU con respecto a varios países vecinos, en referencia a Irán y, en menor medida, a Siria. En una entrevista que publicaba en su edición de ayer el diario egipcio “Al Hayat”, al-Maliki aseguró que «nuestro doloroso pasado como resultado de políticas aventureras nos obliga a buscar una política de buena vecindad», con la vista puesta en la guerra que Saddam Hussein, atizado por Occidente, desató contra el Irán revolucionario islamista en la década de los ochenta. Al Maliki, que debe el cargo a la ocupación, insistió en que «ellos (los estadounidenses) saben y respetan el hecho de que Irak no cambiará esta estrategia, porque está en juego su soberanía y sus intereses». El presidente de EEUU, George W. Bush, ha elevado en las últimas semanas sus amenazas contra Irán, al que acusa de maniobrar en la sombra en el Irak ocupado. Morteros de represalia contra un barrio sunita
en Bagdad
Al menos 17 personas murieron y más de 67 resultaron heridas en un ataque con morteros contra el barrio sunita de Azamiya en el norte de la capital iraquí. Fuentes oficiales aseguraron que los proyectiles fueron lanzados de manera indiscriminada contra la zona y que varios impactaron en la calle, atestada de gente, o en edificios de viviendas. Los vecinos tuvieron que trasladar a los muertos y heridos, todos civiles, en sus propios coches al único hospital de la zona, el centro médico Al Naaman. -
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