El viejo orden está a punto de morir y el nuevo está luchando por nacer». Esa es la expresión que utilizó el ministro de Inteligencia surafricano, el señor Ronnie Kasrils, para definir el estado actual del proceso de paz en Irlanda.El ex jefe de Inteligencia del Ejército del ANC (Congreso Nacional Africano), denominado Umkhonto we Sizwe (MK), habló en el marco de la reu- nión anual de la organización norirlandesa An Cúige Uladh.
Kasrils está bien situado para realizar tal valoración, dado su papel central en la lucha para acabar con el apartheid y para sustituir el régimen racista sudafricano edificado por los blancos por un gobierno democrático.
En un discurso improvisado que, sin embargo, se prolongó durante cincuenta minutos, Kasrils situó la lucha anti apartheid en el contexto de trescientos años de resistencia contra la dominación colonialista de los blancos.
Esbozando la estrategia negociadora del Congreso Nacional Africano, aconsejó así a los (irlandeses) republicanos: «No dejéis que las acciones de vuestros adversarios políticos, ni vuestras propias previ- siones de lucha, os paralicen. Percibid las oportunidades. Aprovechad el momento».
Para ilustrar la necesidad de esa acción decisiva en favor del proceso de paz, el ministro sudafricano invocó a modo de ejemplo un capítulo del famoso libro ‘‘Alicia a Través del Espejo’’: «Alicia atraviesa el espejo y de pronto se encuentra en un país extraño. Confusa, llega a una encrucijada y no sabe qué camino escoger. Le pregunta a una oruga para saber por qué sendero debe seguir. La oruga le pregunta: ‘¿a dónde quieres ir?’. Alicia le dice que no sabe. ‘Entonces le responde la oruga cualquiera de los caminos sirve’». En los años noventa, la expresión «cualquier camino sirve» no existía en el diccionario estratégico del ANC. Tampoco en el de Sinn Féin.
Para el ANC, las negociaciones fueron la dinámica que sustituyó a su lucha armada. Y tal decisión proporcionó el ímpetu que era necesario para impulsar la situación hacia adelante.
Cuando los negros carecían de poder, las acciones armadas del MK les dieron esperanza, alzando su moral. Cuando la lucha armada se suspendió, esa esperanza se sostuvo por medio de avances visibles tales como la liberación de presos políticos, el levantamiento de la prohibición contra el Congreso Nacional Africano y el Partido Comunista, o la movilización de los negros por el ANC en toda Sudáfrica.
No fue un camino de rosas. Las negociaciones se interrumpieron a menudo. El ANC tuvo que encontrar la manera de sortear numerosos obstáculos de una u otra clase, obstáculos que eran creados la mayoría de las veces por los «segurócratas».
Guiados por su empeño ciego en aferrarse al poder, los racistas no dudaron en enfangar a los negros en una guerra interna en la que murieron 20.000 personas. Sin embargo, el ANC afrontó todos los retos, encajó los golpes y los transformó en puntos a su favor. Tomó numerosas iniciativas; alcanzó numerosos acuerdos con sus adversarios. Después de to- do, se trataba de crear una nación con un solo pueblo donde nunca antes eso había existido.
«Confiad en vosotros mismos dijo Ronnie y confiad en aquellos dirigentes que han demostrado que lo son en la lucha».
Para las personas que le escuchaban en aquella sala irlandesa no era difícil ver los paralelismos entre ambos procesos de paz, el de Irlanda y el de Sudáfrica.
En las siguientes semanas, a los republicanos les iba a tocar integrar las palabras de Kasrils dentro de su propia experiencia.
El pasado 28 de enero Gerry Adams solicitó el apoyo de esas personas para abordar una nueva iniciativa que permitiera salir del punto muerto. Y ellos dieron ese gran paso, otro más en el largo y tortuoso camino hacia la independencia y la reunificación de Irlanda. -
© An Phoblacht