Raimundo Fitero
Remordimientos
Si Bill Gates es un visionario, lo que ha dicho en ese club de millonarios que es Davos, nos deja con la tarea a medio cumplir, es decir, con remordimientos de conciencia. “La televisión tal como la vemos ahora, en cinco años desaparecerá”. No hemos entrado en la era TDT y ya nos advierten de que ese modelo va a quedarse obsoleto antes de ser usado. ¿A qué se refiere el señor Gates? O dicho de otro modo, ¿qué anuncia? Con todos los remordimientos posibles intentamos abstraernos de tantos agoreros que nos vienen asegurando lo mismo o parecido desde hace décadas y seguimos dando un share descomunal con las tonterías más tontas expresadas de la manera más simple, en analógica y en abierto. Estoy convencido de que el uso de las pantallas del ordenador, del teléfono móvil, MP-3, MP-4, hasta del GPS, nos van a quitar horas de estar frente al electrodoméstico esencial, que los jóvenes en su tendencia a la abstracción absoluta, a su fusión con los aparatos, desaparecerán de los salones de estar y consumirán en su deuvedé, en su ordenador aquello que le ofrezca la industria en paquetes intercambiables, transportables o todo cuanto pueda caer de la banda ancha, pero este desplazamiento será constante, posiblemente rápido, pero nos dejará las pantallas familiares par los asuntos comunes. Sin contar que el pasado domingo, sin ir más lejos, se batió un récord de consumo de televisión en el estado español, con algo más de cinco horas por individuo, lo que nos sitúa ante una realidad incuestionable, el efecto manta de la televisión, su uso como caverna donde hibernar, el instrumento que nos socializa a la par que nos idiotiza, si acaso no son sinónimos. Si en los próximos cinco años baja el precio de la banda ancha, sube su efectividad y su anchura es real y no teórica, el cambio se va a notar, pero mientras las televisiones generalistas coticen en bolsa, el actual modelo tiene un rato de subsistencia sin grandes cataclismos. Y digo yo que cuando aprendamos a jugar con la TDT, entraremos en otra dimensión previa a la desintegración total del sistema actual televisivo. Aunque lo diga Gates y sus agentes de venta. -
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