La BBC ha revelado que EEUU tiene ya sobre la mesa un plan para lanzar un ataque aéreo contra Irán. Según la emisora británica, el objetivo serían las instalaciones nucleares iraníes, aunque incluiría entre sus blancos bases aéreas y navales, sistemas de lanzamiento de misiles de defensa y centros de mando y control del Ejército iraní.

Pese a que Washington niega una y otra vez estos planes, fuentes diplomáticas revelaron a BBC que el Mando Central, en Florida, tiene lista la selección de objetivos, entre ellos la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz y las instalaciones de Isfahán, Arak y Busher.

En el ataque participarían bombarderos B2, que arrojarían bombas capaces de perforar la central de Natanz, construida a unos 25 metros bajo tierra y sellada por capas de hormigón

La cadena británica señala que el detonante del ataque podría ser algún informe del servicio secreto estadounidense que «confirmara» que «Irán ha comenzado a desarrollar el arma atómica» o, en su caso, un ataque con alto número de bajas contra EEUU en Irak «que pudiera atribuirse a Irán».

«Error de cálculo» iraní

La Casa Blanca ha denunciado que Irán suministra armas a milicias chiítas en Irak y llegó al extremo de concretar la cifra de soldados estadounidenses muertos -al menos 170-, en ataques con esas armas. Fuentes diplomáticas de la ONU destacaron que la Administración Bush no ha mostrado una sola prueba de sus acusaciones. El propio jefe del Pentágono, Robert Gates, minimizó el alcance de las denuncias de su presidente, Bush.

Quizás por ello, el comandante de la V Flota estadounidense, Patrick Walsh, incluyó otro posible desencadenante de un ataque al mostrar su preocupación por un «error de cálculo« iraní.

Locuaz, el almirante Walsh, quien casualmente deja su cargo a fin de mes para convertirse en el número dos de la Marina estadounidense, relativizó la posibilidad de respuesta iraní a un ataque al asegurar que Teherán no podría bloquear con minas el Estrecho de Ormuz, con una longitud de seis millas marinas (apenas diez kilómetros) sin ser descubierto. Concedió, eso sí, que podría amenazar este Talón de Aquiles de la economía occidental, ya que por él transita más del 20% del petróleo producido en todo el mundo.

Recordó, con todo, que EEUU y su aliado británico han desplegado desde el año pasado más dragaminas en la zona, concretamente dos de última generación que se suman a los cuatro ya destinados en este área.

A ellos hay que sumar la llegada ayer del segundo portaaviones al Mar de Omán, El USS John C. Stennis, que se suma al Eissenhower. Es la primera vez desde 2003 y la invasión de Irak que EEUU ubica dos grupos aeronavales en la región.

Despliegue y amenazas que coinciden con el final hoy de los dos meses de plazo que EEUU forzó en el Consejo de Seguridad de la ONU para presionar a Irán y a su programa nuclear.

Ecos del dossier iraquí

Horas antes de recibir en Viena al principal negociador iraní en «un esfuerzo en el último minuto», el director de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), Mohamed ElBaradei, rechazó tanto un ataque a Irán como un endurecimiento de las sanciones.

El Nobel de la Paz 2005 recordó que Irán esta ubicado en una zona peligrosa, flanqueado por los arsenales atómicos israelí y paquistaní, y añadió que presiones económicas o militares contra Teherán podrían convencerle precisamente de la necesidad de dotarse realmente de su propio arma nuclear.

Inquirido por `The Finantial Times' para que pusiera plazos a esto último, ElBaradei replicó que Teherán «está muy lejos de poder fabricar la bomba atómica» y recordó que «una cosa es el proceso de adquirir el conocimiento para enriquecer uranio y otra muy distinta es poner a punto una bomba».

«No se puede bombardear el conocimiento», insistió, en una respuesta que recuerda por el tono a las súplicas del propio ElBaradei a EEUU para que no invadiera Irak cuando la AIEA no había hallado constancia alguna de «armas de destrucción masiva» en el país árabe.

Y es que todo apunta a que, sin obviar la cuestión nuclear, el plan bélico estadounidense contra Irán tendría una relación directa con su fracaso en Irak. Los «saltos hacia adelante» en situaciones de crisis forman parte central de las teorías neobelicistas vigentes en los círculos del poder en Washington.