Indignante y tercermundista
Javier Oskoz
Galdakao
Quiero transmitir mi preocupación ante un hecho que me ocurrió el día 18 en Galdakao. En la tienda donde compro el periódico venden también otras cosas, entre ellas golosinas para los niños. Detrás del mostrador y de forma bien visible tiene dos baldas llenas de cajetillas de cigarrillos para su venta. Ante este hecho que me parece censurable e incluso denunciable, acudí a la Policía Municipal para que tomaran cartas en el asunto, pero me indicaron que no era su competencia y que fuera a la Ertzantza; allí me dijeron que querían consultar a los de atestados, la respuesta fue que eso no era competencia de ellos y que acudiera a la Policía Municipal. Sinceramente, no sabía si reír o llorar, era la primera vez que acudía a estos organismos y la experiencia fue lamentable.
Mientras tanto, el incumplimiento de la ley es claro y no se toma medida alguna. Los políticos, que tienen definición para todo, no sé cómo calificarán esto, pero yo que soy un ciudadano de a pie lo califico de indignante y tercermundista.