Sierra de Peña Una montaña prohibida
La sierra de Peña es una hermosa tierra de frontera, la última puerta entre la montaña y la llanura. Esta solitaria sierra que se extiende entre el pueblo aragonés de Sos y Galipentzu, formó parte de la línea defensiva que fortificó Sancho el Mayor con fortines y castillos que frenaron a los musulmanes y los intentos de invasión de la Corona de Aragón.
En estas montañas se entremezclan en el paisaje las especies mediterráneas con algún retal de frondosas situados en las umbrías más altas y campos de cereal con viñedos y olivares en las zonas más bajas. Hacia el mediodía, de la sierra de Peña quedan los vastos territorios que se funden más al sur con las Bardenas. Por estos lugares pasa la milenaria cabañera de los roncaleses, cuyos viejos mugarris podremos ver marcando su antigua amplitud de 40 metros fuera de los lindes del actual trazado.
Desde el año 1993, los accesos históricos de esta montaña por la vertiente navarra han sido cerrados para una reserva cinegética destinada a la caza. Una llamativa valla ha transformado esta zona en un coto para introducir especies ajenas a su ecosistema, lo que ha convertido a la sierra de Peña, pese a las protestas de numerosos colectivos, especialmente montañeros, en la única excepción contra el libre acceso a la montaña. A esto se añade además la prohibición unilateral del paso mediante el cierre de una cadena de un tramo de la Cañada Real de los Roncaleses que ha causado no pocos problemas a los que visitan esta sierra. Para evitar estos problemas se plantean varias alternativas que dejamos a la elección de los visitantes.
Una vez en Torre de Peña (514 m.), justo a la entrada de la finca, podremos aparcar e iniciar el itinerario que lleva a la cumbre. Tras dejar atrás la ermita que conserva varias estelas discoidales trasladadas allí desde el pueblo de Peña y dejar las últimas casas, el recorrido sigue por la pista de la derecha, tras los jalones cabañeros y el sendero GR 13. Suavemente iremos penetrando por el interior del barranco Valdegurillón, a la sombra de un compacto arbolado, al tiempo que dejaremos una derruida calera y varios rasos. Finalmente, tras realizar varios contorneos por la pendiente, daremos vista al pueblo-fortaleza de Peña hasta situarnos frente al poblado en una curva. Aquí dejaremos un ramal de acceso al pueblo y diez minutos más tarde estaremos en el collado de La Erica, desde donde veremos buena parte de la sierra.
Unos doscientos metros más abajo, bajando por la cañada, veremos a la izquierda una amplia senda que en flanqueo nos llevará entre un cerrado encinar hacia un alto donde se ve una cruz. Situados en el alto nos toparemos con el vallado en un lugar donde realiza un ángulo de noventa grados. Aquí a veces hay paso para poder continuar por una pista que sigue junto al cierre hasta la cumbre, por el filo de una serie de cotas que rayan los 900 metros de altitud. En caso contrario, en este lugar deberemos seguir la traza de una pista que más abajo toma mayor identidad. Tras describir varias revueltas por el fondo de Valdornos, nos llevará -dando un gran rodeo por una alargada loma- a la cumbre de Peña (1.070 m). Vértice Geodésico con un artístico buzón que reproduce la antigua iglesia de Santa María de Zangoza. La panorámica se abre ampliamente en todas las direcciones, desde los Pirineos hasta la amplia cuenca del Ebro.
Sea cual sea la alternativa para ganar la cumbre, deberemos situarnos en el abandonado pueblo de Peña, del que existe referencia documentada desde el siglo XI. Además de visitar lo que queda en pie merece la pena subir al alto donde se encuentra la torre-vigía de este nido de águilas. Dos postes que sostenían un desaparecido cartel nos servirán más tarde de referencia para bajar por el borde de la muralla natural, donde encontraremos el viejo camino de Torre de Peña.
Suavemente, el camino nos llevará por los boscosos flancos de la montaña hasta toparnos con el inefable vallado. Poco después estaremos en un rellano ocupado por un campo de cereal, junto el Corral Nuevo. Finalmente, un amplio camino nos llevará a la pista de la subida hasta alcanzar de nuevo Torre de Peña. Una excursión sencilla para realizar en medio día.