Portland El guardameta danés paró un penalti con el reloj a cero
Kasper mantiene a los antonianos en el liderato
Un parcial de 0-3 en los últimos cuatro minutos dio la victoria a los de Zupo Ekisoain, que se vieron desbordados por un Algeciras que se dejó el alma
Aritz SORZABAL | DONOSTIA
Con el reloj a cero, Bermejo asumió la responsabilidad de lanzar un penalti que podía suponer el empate a 25 para Algeciras. El jugador local, infalible desde los siete metros hasta ese momento, ejecutó un nuevo lanzamiento de picardía. Pero Kasper, que había vuelto a la cancha siete minutos antes para rescatar a su equipo de un choque que olía a derrota, cerró las piernas y mantuvo al Portland en lo más alto de la clasificación con su parada.
El 24-25, todo hay que decirlo, no fue del todo justo después de ver el gran despliegue físico realizado por el Algeciras, que jugó al límite tanto en defensa como en ataque. Los andaluces, que no dejaron en ningún momento que los navarros se marcharan de más de tres goles en el marcador -salvo en el 9-13-, se pusieron por primera vez por delante a falta de siete minutos, gracias a un gol del guipuzcoano Raul Bartolomé (22-21).
A partir de ahí, se crecieron todavía más de lo que estaban y pusieron en grave peligro la imbatibilidad de los vascos. Apoyados en el macedonio Borko Ristovski, que desquicio a los jugadores de Zupo Ekisoain con sus paradas -firmó un espectacular 55% de efectividad en la segunda parte merced a sus 11 paradas-, se colocaron con un sorprendente 24-22 a favor cuando sólo restaban cuatro minutos. Tenían al líder noqueado, y quizás por eso les tembló el pulso. Kjelling, de penalti, y Nikolic, desde el pivote, llevaron las tablas al marcador (24-24).
David contra Goliat
Pero Algeciras, con todo el pabellón en pie, tenía un minuto y medio para tratar de derrotar a Goliat. Sin embargo, poco acostumbrados a tener a un monstruo como Portland a sus pies, a uno des sus jugadores se le escapó el balón sin que mediara presión rival y regaló un minuto al líder para que éste tratara de llevarse la victoria. Balic, el hombre de hielo, hizo olvidar su mal partido colocando el 24-25 a 40 segundos del final, lo que suponía rubricar un parcial de 0-3 para su equipo en los últimos cuatro minutos. Los locales pidieron tiempo muerto y la pizarra les dio un penalti. Una nueva oportunidad para que Ciudad Real desplazara a San Antonio del liderato y para que Algeciras hiciera buena su fama de matagigantes -los manchegos cayeron en esta pista en la pasada temporada-.
Fue entonces cuando emergió Kasper y dejó helado a todo el pabellón. El danés, segundos después de parar el penalty y sin apenas disfrutar de su acción, ya estaba reflexionando sobre el partido que le espera a su equipo el fin de semana frente a Ciudad Real en Liga de Campeones. Un ejemplo de la ambición de un equipo que tuvo ayer la suerte del campeón.
Aunque tampoco todo fue suerte, ya que los antonianos, pese a sufrir lo que no está en los escritos, contaron con un sobresaliente Vugrinec, que anotó 10 goles, y la defensa se puso a la altura de la de su rival.