SIN FORMACION SUPERIOR EN ARTES ESCÉNICAS
El centro para estudios de teatro y danza, un proyecto que no llega
El pasado año, la Cámara de Gasteiz instó al Gobierno de Juan José Ibarretxe a que pusiese los medios para la creación de un centro superior de artes escénicas para el curso 2007-2008. El Parlamento hizo suya entonces una iniciativa de la plataforma que reúne a más de dos mil profesionales relacionados con el teatro y la danza. La propuesta ha encontrado en el Departamento de Educación, que dirige Tontxu Campos, su principal escollo.
Izaskun LABEAGA | BILBO
Territorios con menor número de habitantes que el nuestro ofertan en la actualidad estudios superiores relacionados con el ámbito del teatro o la danza. La inexistencia de un centro que imparta estas especialidades trae «el éxodo de talentos que, en otras circunstancias, podrían enriquecer el panorama cultural vasco».
Acabar con el «desierto» existente en este ámbito es el primer objetivo de la Plataforma para la Creación de una Escuela Superior de Artes Escénicas. Creada en 2005, reúne a cerca de dos mil profesionales de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, miembros de agrupaciones de autores de teatro, guionistas y actores, asociaciones de bailarines, titiriteros, productores y técnicos, además de otras personalidades como Algis Arlauskas, de ARTEBI, el autor David Barbero, el director Carlos Panero o el profesor Santiago Burutxaga.
«Reclamamos un centro que aborde, con ambición, la formación de nuevos profesionales, que sea un punto de referencia en la definición y animación de las políticas públicas, que prestigie socialmente estas prácticas artísticas y que contribuya a la mejora de la calidad de las producciones del país». Con todo, la profesión busca que se normalicen las enseñanzas de arte dramático, danza y la parte técnica del espectáculo a través de un centro público que lleve a la obtención de una titulación equivalente a la de licenciado universitario.
En los últimos dos años, la Plataforma para la Creación de una Escuela Superior de Artes Escénicas se ha reunido con responsables políticos y ha conseguido el apoyo de los ayuntamientos de Bilbo y Gasteiz, que han mostrado su interés por contar con este equipamiento. «Nadie nos ha negado la conveniencia de que exista un centro de las características del que estamos planteando», comenta Santiago Burutxaga. Sin embargo, no parece que el proyecto vaya a echar a andar, al menos, no el curso que viene.
El balón está sobre el tejado del Departamento de Educación, que es quien cuenta con las competencias para ponerlo en marcha.
El junio del año pasado el Parlamento de Gasteiz instó al Ejecutivo a que pusiera los medios para que la escuela superior de artes escénicas pudiera abrir sus puertas en el curso 2007-2008. Según el acuerdo, la creación del centro debía ir precedida de un estudio a realizar entre los departamentos de Educación y Cultura.
Según ha sabido la Plataforma, el Gobierno realizó el encargo a la consultora Xabide, cuyas conclusiones están ya en manos de los responsables de Lakua. «Aunque no se nos ha facilitado, sabemos que el estudio confirma que, efectivamente, existe una demanda de formación en artes escénicas en el País Vasco», dicen los representantes de la Plataforma.
No todo han sido desilusiones. Paralelamente, esta agrupación ha conseguido alcanzar un acuerdo con la UPV, que incorporará a su oferta un máster en artes escénicas.
Decepción absoluta
La Plataforma para la Creación de una Escuela Superior de Artes Escénicas convocó ayer a los medios de comunicación en Bilbo para hacer pública su preocupación «por el silencio de los responsables del Departamento de Educación. Hemos mantenido en este tiempo tres reuniones con distintos responsables políticos del Departamento -no con el consejero, como hubiera sido nuestro deseo-, que se han limitado a informarse sobre nuestra demanda, sin adquirir ningún tipo de compromiso».
«Dadas las fechas -añadieron-, vemos ya muy improbable que el Departamento de Educación pueda cumplir con el plazo señalado por el acuerdo parlamentario y el País Vasco pueda contar, por fin, con un centro formativo para el próximo curso académico».
A la vista de esta situación, los promotores de esta iniciativa hicieron un emplazamiento público a Tontxu Campos para que «ponga los medios que tiene a su alcance y posibilite la creación de un centro superior de estudios de artes escénicas de similares características a los que ya hay en otras comunidades del Estado español».
Citaron, a modo de ejemplo, la existencia de instituciones de este tipo en Galicia, Asturias, Andalucía o Valencia.
Ilusión, no carga
«Creemos que es el momento de abordar la formación en artes escénicas con seriedad y rigor», manifestaron los representantes del sector. Santiago Burutxaga se dirigió al consejero para pedirle que «se ilusione con este proyecto, que no lo viva como una pesada carga y que no piense que es un trámite desagradable o incierto que hay que cumplir. Debe pensar que es una gran oportunidad para abordar seriamente la formación en este sector».
La Plataforma incide en que la situación actual obliga a aquellas personas que optan por esta profesión a marcharse fuera. Una realidad que acarrea para ellas consecuencias de índole económica, «ya que han de acumular el gasto de matriculación, el de desplazamiento y ubicación en otro territorio, además de desarraigo familiar». Se dan otras situaciones, como las de aquellos profesionales que deciden abandonar esta especialidad o los que optan por irse fuera. Lo que no tienen duda es de que «una escuela imbricada en el propio territorio propicia el desarrollo de las pecularidades culturales de la zona en la que se asienta».
El portavoz de la Plataforma advirtió ayer de que «ha de tenerse en cuenta que la economía del país se orienta cada vez más hacia una oferta de servicios, con lo que se está produciendo un incremento en la oferta de ocio y de cultura, con nuevas industrias que crean productos para llenar estos espacios».
La profesión busca que se normalicen las enseñanza de arte dramático, danza y la parte técnica del espectáculo a través de un centro público que lleve al estudiante a la obtención de una titulación equivalente a la de licenciado universitario.
En los últimos años la Plataforma para la Creación de una Escuela Superior de Artes Escénicas se ha reunido con responsables políticos y ha logrado el apoyo de los consistorios de Bilbo y Gasteiz, que han mostrado su interés por el equipamiento.
«Aunque no se nos ha facilitado, sabemos que el estudio encargado por Lakua a Xabide confirma que, efectivamente, existe una demanda de formación en artes escénicas en el País Vasco», recalcan los portavoces de la agrupación.
La Plataforma para la Creación de una Escuela Superior de Artes Escénicas ha definido algunos de los contenidos que, según su criterio, debería integrar el centro que propone.
El grupo sugiere las especialidades de dirección e interpretación, en arte dramático; y el tercer ciclo de grado medio y el nivel superior, en danza; así como cursos para técnicos de artes escénicas, similares a los que ofrece la Formación Profesional, es decir, ciclos con una duración en torno a las dos mil horas. «Además de los estudios reglados, el centro debería abordar la preparación continua, es decir, cursos de perfeccionamiento dirigidos a los actuales profesionales del sector. Podría contar, asimismo, con una formación dirigida a profesorado, monitores de tiempo libre o a las personas que trabajan en el ámbito de la animación sociocultural y de desarrollo comunitario, como una forma de crear monitores que impulsen la práctica no profesional dentro de la sociedad».
Otra de la metas de la escuela debería ser, a su entender, la inserción laboral de los titulados, a través de pequeñas compañías de teatro y de danza, facilitando el tránsito a la vida profesional una vez acabados los estudios. «Existe también la necesidad de contar con un centro de documentación, que aborde la recuperación de los últimos 20 o 30 años, que ya hoy es muy difícil de mantener en estas artes efímeras», sostienen.
La propuesta de centro incluiría formación reglada, cursos de preparación para profesionales en activo, además de ofertas para profesorado o monitores que trabajan en el ámbito de la animación, y propiciaría la inserción laboral.