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ESK denuncia la doble escala salarial en Productos Tubulares

La firma del convenio cuatrienal en la empresa Productos Tubulares, filial del grupo Tubos Reunidos, para 2006, 2007, 2008 y 2009 trajo un «Acuerdo por el cambio generacional y el empleo" que, a juicio de ESK, que concurre con LAB a las elecciones sindicales, supone que los nuevos trabajadores que se incorporen a la empresa o de las contratas tendrán un período de tiempo de cinco años para igualar las tablas salariales con los trabajadores fijos.

Juanjo BASTERRA |

ESK ha impugnado ante el Juzgado de Lo Social número 3 de Bilbo el convenio colectivo de Productos Tubulares, que está integrada en el grupo Tubos Reunidos, para los años 2006 a 2009 debido a que permite, fundamentalmente, la «doble escala salarial» y la «contratación en condiciones diferentes de los nuevos trabajadores» a las estipuladas por la legislación laboral para los trabajadores que sustituyan a quienes se acogen a los contratos de relevo.

El convenio se firmó a finales de 2006, aunque su validez se retrotrae hasta enero de ese mismo año. Según explicaron a este diario fuentes sindicales, «en esta empresa, que es la más rentable del grupo, se está produciendo un constante goteo de recortes de los derechos sociales desde la pérdida del comedor hasta la aplicación sui generis de los contratos de relevo y de las subcontratas».

ESK, que en las elecciones que se celebran hoy en la empresa vizcaina concurre con LAB, denunció ante el juzgado el acta adicional al convenio colectivo denominado «Acuerdo por el cambio generacional y el empleo», ya que permite que los nuevos contratados, que sustituyan a los trabajadores de más de 60 años que se acojan al contrato de relevo, acomoden sus salarios al del resto de la plantilla en un plazo de cinco años, pero no desde el primer día aunque hagan el mismo trabajo.

Esa situación se considera que «es discriminatoria para un importante número de trabajadores», ya que la plantilla de Productos Tubulares tiene una edad avanzada.

«Se trata de una injusticia para los nuevos trabajadores, que deberán esperan cinco años para poder percibir un salario similar al resto de la plantilla. Es la aplacación de una doble escala salarial, que no queda ahí porque se producen también otras irregularidades de trabajadores que llevan más de veinte años trabajando para contratas sin que se les integre dentro de la plantilla».

Nada más conocerse la denuncia de ESK, la dirección de Productos Tubulares ha utilizado la táctica de culpar a la central sindical de que se tenga que paralizar el convenio y, por lo tanto, algunos de los trabajadores que se acogerían al contrato de relevo tendrán que esperar unas semanas más para abandonar la empresa.

Productos Tubulares fue la parte siderúrgica de la antigua Babcock Wilcox, que fue adjudicada al grupo Tubos Reunidos en una operación en la que Babcock se quedó con las pérdidas. La filial en este momento aporta más de 30 millones de beneficios, más o menos la mitad de lo que ganó en 2006.

Cuenta con una plantilla de más de 500 trabajadores. El grupo ha obtenido unos resultados extraordinarios al cierre de 2006 y, en realidad, se encuentra en venta. Esas fuentes sindicales consideran que con estas actuaciones está eliminando algunos costes para hacer «más atractiva su venta».

Babcock

Productos Tubulares fue la parte siderúrgica de Babcock Wilcox. Fue adjudicada al grupo Tubos Reunidos. Entonces, Babcock asumió las pérdidas de esa siderúrgica, pero en la actualidad aporta más de la mitad de los beneficios de Tubos Reunidos, que el año pasado cerró con algo más de 60 millones de cuentas positivas.

«Ni creemos en ATB ni en su falso plan industrial que nos presentó"

En Babcock, los trabajadores se concentraron ante las oficinas centrales para denunciar que «ni creemos en ATB ni en el falso plan industrial que nos presentó», explicó Alejandro Oribe, de LAB. Esta central, junto con ESK y ELA, se negaron a acudir a Madrid a negociar con SEPI el plan que los austríacos presentaron y que contempla ya, en este momento, una reducción de la plantilla que va en una horquilla de entre 110 a los 170 empleados. También denunció que «es inaceptable» que las federaciones de CCOO y UGT impongan las condiciones al resto. J. BASTERRA

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