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Gazume y Mendibeltz Dos cumbres en peligro

Quienes ya llevamos muchos años recorriendo los senderos de la montaña vasca vamos percibiendo, cada vez con mayor intensidad, una sensación de progresiva expoliación. Nos han ido robando los viejos senderos, han asfaltado las calzadas históricas, motos y todo-terrenos invaden los parajes más apartados y nos arrebatan cimas y cordales enteros por la siembra de antenas y estaciones eólicas. Algunas de estas transformaciones puede que fueran necesarias, pero también es cierto que muchas otras se han llevado a cabo sin el más mínimo miramiento a la historia, a la estética o a la naturaleza.

Valga esta introducción reivindicativa como punto de arranque de la modesta excursión que vamos a proponer a nuestros lectores, en la que recorreremos unos altozanos que, si la cordura no impera, más pronto que tarde se verán también borrados de los itinerarios montañeros.

Nos estamos refiriendo al proyecto de construcción de un parque de aerogeneradores en el cordal de Gazume, en el corazón de uno de los macizos más representativos de la montaña guipuzcoana como es el de Hernio.

Viejas ventas, caminos antiguos

La vieja venta de Iturriotz, hasta la que podemos llegar en coche desde el puerto de Andazarrate, será el punto de inicio de nuestro paseo. Por ahí cruzaba, rumbo al collado de Komisolatza y al valle del Urola, una de las más antiguas rutas de penetración en el interior de Gipuzkoa. Como muchos otros viajeros, por ella llegó en 1535 un Ignacio de Loyola enfermo, camino de su casa solar de Azpeitia. Cuenta la tradición que el futuro santo pernoctó en Iturriotz en la última etapa de su largo viaje desde París.

El nombre de la enorme venta se lo debe a la cercana ermita de San Juan, las aguas de cuyo manantial, se decía, eran beneficiosas para la curación de enfermedades de la piel.

Junto a la ermita, cruzamos sobre el puente que salva el arroyo e iniciamos el ascenso por un ancho camino de pendiente mantenida. Estamos en una ruta muy concurrida, porque es la misma que lleva a la popular cima de Hernio.

Compartiendo itinerario con los numerosos montañeros que visitan esta emblemática cima, dejamos atrás el bosque de alerces y ascendemos hasta el collado de Leizeberriko Gaina (15 min), que nos abre el horizonte hacia la barrera de cumbres de Hernio.

La ruta gira en ascenso hacia la derecha (Oeste) por la ladera. Llegamos así hasta un rellano en el que se encuentran los restos de una antigua borda. Unos metros más adelante, alcanzamos un cruce marcado por un poste indicador. Aquí dejaremos a un lado la transitada ruta de Hernio, para derivar hacia la derecha, siguiendo la dirección de la indicación «Gazume».

Ascendemos ya en soledad por una hondonada herbosa hasta alcanzar un amplio terreno de pastizal. Junto a la barrera rocosa continúa el sendero que nos lleva, siguiendo en paralelo a un muro de piedra, hasta el emplazamiento de una borda derruida. Cuando alcancemos el altozano, observaremos a nuestra izquierda otra borda enclavada unos metros por encima de nosotros. Nos dirigimos hacia ella. Nuestra tarea será ahora superar el fuerte repecho de hierba que tenemos frente a nosotros.

Sin cruzar el cercado de piedra, vamos ganando altura, teniendo como referencia una vara metálica que observamos clavada junto al muro en la parte alta de la pendiente.

Cruzamos la barrera de piedra y nos dirigimos por los altos directamente hacia la cumbre de Gazume (997 m - 50 min).

Una vez allí, frente a nosotros, se levanta imponente la masa pétrea de Hernio. No es ése nuestro rumbo de hoy. En dirección NO enfilamos el cordal herboso, dirigiéndonos ahora hacia la cima redondeada de Mendibeltz, coronada por una torre metálica que sostiene un anemómetro. Es la inquietante avanzadilla de lo que puede llegar a ser el proyecto de parque eólico.

Tras superar la cima de Mendibeltz (962 m - 1h 05 min), descendemos por la ladera opuesta por una pista descarnada hasta el mismo límite del bosque de cipreses Lawson.

Allí nos cruzaremos con la pista que llega desde el collado de Komisolatza. Seguiremos por ella hacia la derecha adentrándonos brevemente en el bosque. Cuando el perfil inicie un descenso, unos metros más abajo del final de la barrera de cipreses, dejaremos la pista y abordaremos a la derecha un camino poco perceptible en su arranque.

Manteniéndonos en todo momento próximos a la frontera verde de los cipreses, llegamos hasta el emplazamiento de una antigua borda. Aquí el sendero se difumina y tendremos que perder unos pocos metros de altura hasta cruzarnos con una pista que nos permitirá regresar al punto en el que hemos iniciado el ascenso a las pendientes de Gazume. Desde este lugar no tendremos más que repetir la ruta de la subida para regresar a Iturriotz (2h 15 min).

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