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El gran panel de los caballos de la réplica de Ekain puede verse ya en Tabacalera

Jesús Altuna y Joxe Joan Gonzalez de Txabarri anunciaron el año pasado que Ekainberri, la réplica del santuario paleolítico de Ekain, estaría lista para ser inaugurada este mismo mes de marzo. Tampoco en esta ocasión se han podido cumplir los plazos, aunque los trabajos se hallan muy avanzados y concluirán seguramente antes de fin de año. Prueba de ello es la muestra que, en torno a la réplica del principal friso de Ekain, inauguraron ayer en Tabacalera.

Martin ANSO | DONOSTIA

De los siete paneles en que está dividida la réplica de Ekain, seis están ya terminados y se encuentran en Gipuzkoa, entre ellos, el gran panel de los caballos, que corresponde al principal conjunto de pinturas del santuario paleolítico.

Este panel -«la joya de la corona», en palabras del director del proyecto, el antropólogo Jesús Altuna- es precisamente el protagonista de la exposición inaugurada ayer en Tabacalera, que, a la espera de que la réplica en su conjunto pueda ser inaugurada en Zestoa, servirá como aperitivo a quienes quieran apreciar la precisión del trabajo que el especialista Ranaud Sanson, con las técnicas más avanzadas, ha venido desarrollando en los últimos años en su taller de Montignac.

La muestra quiere servir también como evidencia de que, «esta vez sí», el proyecto de Ekainberri, que ha acumulado numerosos retrasos a lo largo de los años, entra ya en su recta final. «Es verdad -reconoció ayer el diputado general y presidente de la Fundación Ekain, Joxe Joan Gonzalez de Txabarri- que hemos tardado más en construir la réplica de lo que tardaron los artistas paleolíticos en realizar el original». «Pero -añadió poco después con humor Jesús Altuna- hemos de decir, en nuestro descargo, que ellos no tuvieron que preocuparse de la roca, que estaba allí, y nosotros, en cambio, también hemos tenido que crearla».

Renaud Sanson trabaja actualmente en el séptimo y último panel que contiene pinturas de Ekain. Paralelamente, en los talleres Alfa Arte de Eibar están preparando los correspondientes a los suelos y las paredes de la cueva que no son soporte de arte rupestre. Todos ellos se ensamblarán en el interior del edificio proyectado por el arquitecto José María Alberdi, que aguarda ya en el valle de Sastarrain, a apenas unos cientos de metros de la cueva original.

«¿Que cuándo podrá el público visitar la réplica? He citado ya tantas fechas sin que se hayan cumplido que no me atrevo a decir ninguna concreta. Pero creo que para fin de año, sí», dijo ayer Jesús Altuna. «En estos momentos -quiso curarse en salud el diputado general-, están adjudicados todos y cada uno de los procesos, que es lo que compete a la Administración; si las empresas adjudicatarias cumplen los plazos, Ekainberri estará listo para navidades».

Los retrasos han sido originados en buena medida por un déficit de gestión, según reconoció ayer expresamente el propio Jesús Altuna, pero también por la voluntad de «superar las réplicas de cartón-piedra», en palabras de Joxe Joan Gonzalez de Txabarri, para lo que ha sido preciso emplear las tecnologías más avanzadas. Tan avanzadas que «hubo un momento -recordó ayer al respecto el director del proyecto- en que tuvimos que decirle a Renaud Sanson que dejara de experimentar, porque, si no, no íbamos a terminar nunca».

El proceso de construcción de la réplica se inició con un barrido de láser en la cueva original que permitió captar «miles de millones» de puntos de la realidad. De ese barrido surgió todo un conjunto de láminas «muy finas» que, con el apoyo de fotografías, fue preciso ir modelando. «Ese modelado, totalmente artesanal, ha sido la parte más laboriosa del trabajo, yo diría que más de un 80%», detalló Altuna. Del molde se sacó un positivo, que luego hubo que «patinar». El resultado es «lo mejor que hay; de hecho, si a mí me enseñan imágenes de la réplica, a simple vista no podría distinguirlas del original», aseguró el antropólogo. El proceso ha sido tan minucioso que los investigadores han podido apreciar detalles de la cueva original que hasta entonces les habían pasado desapercibidos. «No me cabe ninguna duda de que las réplicas de cuevas que se hagan en los próximos años tendrán a Ekain como referente. Es más, Sanson, que hizo la primera réplica de Lascaux, está haciendo otra réplica de esa cueva de cara a una exposición que recorrerá todo el mundo, y la está haciendo con esta técnica».

El diputado general dijo entender que «una sociedad impaciente, como la nuestra, le dé mucha importancia a la gestión de los tiempos; parece que siempre estamos pegándonos contra el calendario. Pero, observada la pieza principal de la réplica, cabe decir que merecía la pena. Ha sido una prueba dura de ensayo y rectificación hasta llegar a un punto de excelencia, pero creo que podemos dar por bueno el tiempo invertido».

«Fuimos muy optimistas, quizá demasiado -añadió Altuna-. Al principio, nos tocó hacer de todo y, realmente, como gestores, hemos sido muy malos. Por ello, el diputado nos tiró de las orejas y nos hizo daño, pero gracias a eso todo cambió radicalmente. Mandó crear la Fundación, hemos contado con financiación, con ayuda, y en cuatro años se ha hecho lo que no se había podido hacer en ocho».

La exposición inaugurada ayer en Tabacalera, que podrá verse hasta el 22 de abril, arranca en un pasillo. En él, frente a una fotografía de gran tamaño de la boca de la cueva de Ekain, un panel recuerda que fueron Andoni Albizuri y Rafael Rezabal quienes la descubrieron en 1969 y Joxe Miel Barandiaran y el propio Jesús Altuna quienes autentificaron el hallazgo.

La exposición, como aperitivo

Este mismo panel contextualiza el valor de las pinturas y explica el porqué era necesario construir una réplica. Tras atravesar el pasillo, en una pequeña cámara, un vídeo de siete minutos permite al visitante realizar un vuelo virtual desde el mar, remontando el Urola hasta llegar, primero, a Zestoa y, luego, hasta la misma cueva, donde podrá internarse y ver, a la luz vacilante de una antorcha, el gran panel de los caballos, cuya réplica le aguarda al fondo de la muestra de Tabacalera.

La muestra no es sino un adelanto de lo que será la visita a réplica cuando ésta se instale definitivamente en el edificio-contenedor proyectado por José María Alberdi y construido en el propio valle de Sastarrain, a escasos cientos de metros de donde se encuentra la cueva original. Allí, los visitantes podrán hacer un recorrido de un kilómetro, acompañados en todo momento por el agua, prácticamente siempre presente en la cueva original. Un ala del edificio albergará el centro de interpretación de Ekain.

Joxe Joan Gonzalez de Txabarri recordó ayer que el proyecto de Ekainberri no concluye con la inauguración de la réplica de la cueva, pues, de cara al futuro, está previsto acondicionar el cercano palacio Lili de Zestoa como museo de prehistoria.

EN NAVIDADES

De los siete paneles con pinturas que constituirán la réplica, seis están ya acabados, y el resto de los trabajos, adjudicados. Si no hay más retrasos, Ekainberri podría estar listo en las próximas navidades.

Altuna: «Si la cueva se hubiera abierto al turismo, probablemente se habría perdido"

Andoni Albizuri y Rafael Rezabal, miembros del grupo cultural Antxieta de Azpeitia, descubrieron el santuario magdaleniense de Ekain el 8 de junio de 1969. Apenas cuatro días después, la entrada de la cueva estaba cerrada con una verja, para protegerla. Eso es lo que ha permitido que se conserve «maravillosamente bien, como pocas se conservan», en opinión de diversos expertos internacionales. «Si Ekain se hubiera abierto al turismo, probablemente se habría perdido, porque el anhídrido carbónico y el calor de los visitantes hubiera alterado su microclima», afirmó ayer al respecto el antropólgo Jesús Altuna, para quien está «sobradamente demostrado» que las visitas continuadas a los santuarios rupestres los deterioran gravemente. «En estos mismos momentos -citó como ejemplo-, la cueva de Lascaux tiene un problema gravísimo de supervivencia, entre otras cosas porque en los últimos meses ha sido invadida por fusarium, un hongo que está haciendo estragos».

En opinión de Jesús Altuna, la única forma de compaginar la necesaria conservación de la cueva de Ekain con la función social que debe cumplir todo bien patrimonial era construir una réplica. «Nunca menospreciéis las réplicas, eso lo hacen los ignorantes -indicó ayer a los presentes en la inauguración de la exposición de Tabacalera-. Basta con pensar que una gran parte de la escultura griega clásica la conocemos precisamente a través de las excelentes réplicas que hicieron los romanos. Incluso en el Museo de Atenas, muchas obras de Praxíteles y Fidias son en realidad copias hechas por los romanos, pues los originales desaparecieron. Las réplicas tienen una gran función social y, en este caso, gracias a una réplica, el santuario de Ekain va a poder ser admirado por todo el mundo», concluyó.

M.A.

UNA ROCA MÁS

El «contenedor» de la réplica es un «no edificio» de hormigón, cuya composición química -recordó Altuna- es similar a la de la caliza y envejece pronto, «de modo que no tardará en ser una roca más del valle».

LA FINANCIACIÓN

Antes de crear la Fundación Ekain se invirtieron alrededor de 4,3 millones de euros en la réplica de la cueva; después, el presupuesto ha sido de 8 más, cofinanciados por la Diputación, Lakua y el municipio de Zestoa.

Ficha

Título: «Ekainberri. El gran panel».

Lugar: Tabacalera.

Fechas: Del 22 de marzo al 22 de abril.

Horario: De 11 a 14 y de 17 a 19 horas (lunes y domingos tarde cerrado).

Grupos y visitas guiadas: 660616085.

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