GARA > Idatzia > Txirrindularitza

36º MEMORIAL VALENCIAGA El corredor navarro llegó a meta en solitario

Mikel Nieve fue el más fuerte en una dura jornada

El ciclista de Caja Rural dejó a su compañero de escapada a diez kilómetros de la llegada

Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR

Mikel Nieve consiguió ayer la victoria más importante en sus cinco temporadas en el campo aficionado. En un duro Memorial Valenciaga, el corredor de Caja Rural cruzó en solitario la línea de meta, con 24 segundos de ventaja sobre el que había sido su compañero de escapada, Joaquín Novoa.

Juanjo Sebastián, director de Debabarrena y buen conocedor de la carrera, asegura que el Valenciaga es como el carnet por puntos. «No se acumulan méritos, sino que se restan puntos, porque es una carrera de mucho desgaste. Desde que sales no haces más que restar y el que llega a Ixua con más puntos, es el que se lleva el triunfo».

Efectivamente, los dos corredores que pasaron destacados por Ixua fueron también los dos primeros en cruzar la línea de meta. Y, desde luego, para entonces se habían restado muchos puntos, en una 36ª edición de la prueba que se caracterizó por la dureza. La adversa metereología -como decía otro gran conocedor de la carrera eibarresa, el ya fallecido Ramón Llistosella, «el Valenciaga sin frío y sin agua no es el Valenciaga»- y las ganas de los corredores de entrar en calor a base de pelea fueron los responsables.

Sólo hubo que esperar al primer puerto de la jornada, Itziar, para que se desatasen las primeras hostilidades, aunque fue en las primeras rampas de Elgeta donde la carrera se rompió definitivamente, al marcharse una veintena de corredores, con cinco hombres de Caja Rural entre ellos. Tras un descenso delicado, en el que muchos ciclistas acabaron en el suelo, se reanudó la batalla, que acabó dando sus frutos a la altura de Areitio.

Ahí se marcharon Mikel Nieve (Caja Rural) y Joaquín Novoa (Avila Rojas) que, conscientes de que podían estar ante su gran oportunidad, se entendieron a la perfección y fueron aumentando paulatinamente su ventaja. En el alto de Ixua ya era de casi un minuto sobre un reducido grupo de perseguidores.

Precisamente los problemas que sufrió Novoa en el descenso de Ixua decidieron a Nieve a probar suerte en la última cota del día. El corredor de Leitza arriesgó en el resbaladizo descenso de San Miguel, adquiriendo una ventaja suficiente como para alcanzar en solitario la línea de meta. Novoa llegó 24 segundos después, con los maillots de la montaña y de las metas volantes como consuelo.

El pelotón -o lo que quedaba del mismo, porque la escabechina fue considerable- llegó totalmente roto.

«Me veía muy bien"

Su nombre no sonaba entre los favoritos, pero según Mikel Nieve tampoco cabe hablar de sorpresa. «En las carreras anteriores también había andado bien, sólo que no había podido rematar», explicó.

En este caso, además, le valió el conocimiento del terreno. «El año pasado vi que en Areitio se fueron unos cuantos y he decidido probar», señaló, para explicar a continuación que «en Ixua he visto que dejaba a Novoa en algunas curvas y he decidido atacar en San Miguel. Y me ha salido bien». Tanto, que se hizo con «lo máximo que se puede ganar. Estoy muy contento».

A.U.L.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo