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CRíTICA cine

«Dame diez razones"

Mikel INSAUSTI

Brad Silberling es un cineasta sorprendente donde los haya, que pasa de una producción comercial fantástica como «Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket» a un filme independiente de bajo presupuesto en clave realista. No hay duda de que le pone muchas más ganas a este otro tipo de proyectos personales, volcando un mimo y un talento que no se observan en los trabajos de encargo. Detrás de «Dame diez razones» hay un creador extraordinario que no debería echarse a perder en medio de la desidia de la industria de Hollywood, y que de forma muy modesta ha hecho una verdadera joyita a destacar de entre el grueso de la producción, pese a que no cuente con respaldo promocional. De hecho, la película existe gracias a la generosidad de Morgan Freeman, un actorazo totalmente consagrado al que no se le caen los anillos por participar en proyectos pequeños.

El gigantón afroamericano consigue hacer una curiosa pareja ocasional con la menudita Paz Vega, a base de la transparencia que aporta la fórmula del «cine dentro del cine», aquí aplicada a conseguir traspasar la pantalla y penetrar en la realidad de los barrios de inmigrantes latinos de Los Ángeles. El bueno de Freeman, que es un tipo muy vacilón, cuenta con la ventaja de interpretarse a si mismo, aunque en clave introspectiva, al rescatar de su experiencia profesional los malos momentos en que su carrera atravesó por crisis o baches artísticos. Demuestra saber muy bien lo que significa un periodo de incertidumbre, cuando el desencanto acumulado por proyectos adocenados obliga a replantearse el rumbo a tomar dentro de una actividad siempre inestable. Por eso necesita salir a la calle y empaparse de la verdad de las gentes y sus quehaceres diarios, contagiarse de los gestos vitales que se van olvidando. Nada más sintomático que cuando reconoce a su nueva amiga que no hace las compras personalmente, porque de todas esas cuestiones prácticas se ocupan los de producción. El simple acto de entrar en un hipermercado le resulta emocionante y novedoso, descubriendo un mundo de sensaciones que va mucho más allá de la simple observación para preparar su próximo personaje.

La relación entre Morgan Freeman y Paz Vega resulta tan creíble gracias a que en la ficción se comportan de acuerdo con su status interpretativo, en la medida en que el veterano es el que aporta sus conocimientos a la recién llegada. El gran hallazgo de «Dame diez razones» es, sin embargo, que ambos interactúan a las mil maravillas, con lo que el famoso también aprende cosas de esa sencilla chica latina que es todo sinceridad y naturalidad. Silberling encuentra en cada momento encuadres reveladores en localizaciones habitualmente olvidadas de las cámaras, pero que existen y están ahí.

El tono que aplica a la narración no puede ser más adecuado, al devolver al tradicional esquema romántico del «breve encuentro» su dimensión puramente azarosa y casual.

Los dos protagonistas tienen sus vidas encauzadas, así que la jornada que comparten tiene la trascendencia justa, puesto que nunca volverán a verse. Ellos lo saben muy bien, lo que no impide que disfruten del momento de mutuo intercambio intensamente, como una buena conexión de las que no se dan todos los días entre desconocidos y, en consecuencia, no se olvida. Es algo intimo y privado, tal como lo confirma el saludo en un semáforo de Freeman a su colega Danny De Vito, quien advierte a su mujer Rhea Perlman para que no vaya contando que lo han visto en el coche de una joven extraña.

Ficha

Título original: `Ten Items or Less'.

Director: Brad Silberling.

Intérpretes: Morgan Freeman, Paz Vega, Jonah Hill, Alexandra Berardi, Bobby Cannavale, Anne Dudek, Leonardo Nam, Danny de Vito, Rhea Perlman.

País: EEUU; 2006.

Duración: 83 minutos.

Género: Comedia romántica.

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