Maite SOROA
Las urnas rotas
Ya mostró Cándido Conde-Pumpido las cartas con las que el Gobierno de ZP quiere jugar la partida de las elecciones, y a algunos editorialistas aún les pareció excesivamente benevolente para con la izquierda abertzale.
«El Mundo», por ejemplo, encabezaba su editorial con una verdad como un castillo de grande: «La forma en que el Gobierno ha decidido resolver el problema del acceso de Batasuna a las instituciones revela que por encima del criterio de legalidad ha primado la táctica política». Pues sí.
Pero no se engañen, no lo decía por la misma razón que usted o yo pensamos. La copla es otra en el tablao de Pedro J. Y así, resulta que las prohibiciones se tornan legalizaciones por arte de birlibirloque: «El Gobierno ha contado con la ayuda del fiscal general, Cándido Conde-Pumpido y del juez Garzón para llegar a la situación actual. El primero va a permitir colar a ANV alrededor del 70% de las listas, mientras el juez de la Audiencia Nacional decidió no suspender judicialmente la actividad del partido al concluir que no tiene vinculación alguna con ETA-Batasuna». Ahí está lo que duele porque, según Pedro J. y sus mariachis, con la presencia institucional, la izquierda abertzale «ganará poder en los ayuntamientos y obtendrá fondos públicos para financiar sus objetivos». Ya ven con qué ojitos ven algunos las instituciones: como bolsas de fondos económicos que habrán de pasar de las arcas públicas a sus paltricas. Lo dicen con descaro.
Edurne Uriarte en «Abc» sentenciaba que «Hay pruebas más que suficientes para impedir la consumación del atraco terrorista, impugnar todas las listas de ANV e instar a su ilegalización. Y si no se hace, es porque priman los criterios políticos sobre los jurídicos». ¡Echale guindas al pavo!
Y también el editorial de «La Razón» se dedicaba a la cuestión. Según los cavernarios, «en el fondo, lo que tratan la Fiscalía y la Abogacía del Estado es de encubrir un fraude de ley. Nadie en su sensatez acepta que ANV no sea la capucha con la que se cubre Batasuna. Siguiendo la estrategia de 2005 con el PCTV, primero lo intentaron con las siglas ASB, de manera tan burda que se diría hecho a propósito para lavarle la cara al Gobierno. Luego presentaron la opción pactada, que, con un ligero maquillaje, será la que comparezca a las urnas. Por otro lado, el que la Fiscalía y la Abogacía del Estado hayan apurado hasta el último minuto del plazo legal para impugnar las listas deja muy poco margen de tiempo al Tribunal Supremo para tomar una decisión, que se reduce a 24 horas». Cuando quieren ya trabajan, ya. Y para concluir, la loa al disparate: «Sería temerario poner en duda la eficacia de la Policía y de la Guardia Civil, que han desarrollado un trabajo hercúleo al investigar más de 19.000 nombres y mil candidaturas». Algún día, a alguno de éstos se le escapará que también las SS nazis hicieron un trabajo hercúleo limpiando de judíos la sociedad alemana...