V. L. de G. (*) Nafarroa
En juego la dignidad de una mujer
5 de julio del 2003, a las 5:15 de la madrugada, por una calle de nuestro pueblo, iba paseando cuando noto que alguien me agarra por detrás de los pechos, intenta quitarme la cazadora y me tapa la boca para que no pueda gritar. Forcejeamos y cuando consigo quitármelo de encima sale huyendo y me doy cuenta de lo que ha estado a punto de pasar... A los 10 minutos es detenido y el lunes siguiente le toman declaración dejándolo marchar. El permanece en el pueblo, con la amenaza que eso suponía para otras mujeres. A los días, el susodicho fue a hablar con el juez, quien lo deja marchar de nuevo ya que el agresor temía por su integridad, ¡hace falta narices!
Quiero agradecer las muestras de apoyo y solidaridad que recibí en las movilizaciones que se desarrollaron en el pueblo para denunciar este ataque.
En diciembre se le vuelve a citar para el juicio y el abogado me dijo que «el pajarito voló», y no se sabía dónde estaba. Después de 4 años, después de rehacer mi vida, que no ha sido nada fácil, y sin tener noticias del agresor, en febrero nos avisan de que ha sido detenido en Francia y que el juicio se celebra el 21/05/07. Ni mi abogado ni la justicia me aclaran si el agresor ha sido detenido o no. Me presento ante el juez y ahí y me comunica que el «pajarito ha vuelto a volar», ante lo cual me siento impotente y veo que no existe justicia, que un agresor vuelve a quedar libre campando a sus anchas y seguramente haciendo de las suyas.
Quiero denunciar la ineficacia de unos juzgados, de unas leyes que no nos protegen a las mujeres de estos elementos, y animo a todas las mujeres a denunciar todo tipo de agresiones.
Denuncio la mala organización, la falta de información y en definitiva cómo unas leyes amparan a un violador en potencia mientras a las mujeres nos tiran por tierra nuestra dignidad.
(*) Por evidentes motivos de seguridad, en esta ocasión, haciendo una excepción, publicamos únicamente las iniciales de la firmante.