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Ben Heppner: «El repertorio italiano toca al público en lo emocional, es algo visceral»

El concierto extraordinario que Ben Heppner ofrecerá mañana en el Palacio Euskalduna constituye la última actividad de la temporada 2006-2007 de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO). Tras suspender, por motivos de salud, el recital que iba a ofrecer hace seis meses, el gran tenor canadiense se presentará por fin este sábado ante el público bilbaino. El cantante estará acompañado por la Orquesta Sinfónica de Szeged dirigida por Eric Hull.

Karolina ALMAGIA | BILBO

Tras sus exitosas actuaciones en los principales escenarios internacionales como el Metropolitan Opera House de Nueva York, el Covent Garden de Londres y la Ópera Nacional de París, Ben Heppner debuta en ABAO con un concierto patrocinado por La Caixa.

Para esta esperada cita, el tenor canadiense ha escogido un repertorio que estará dedicado en su primera parte a Richard Wagner, salvo la apertura con composiciones de Carl Maria von Weber, y en la segunda parte se centrará en piezas italianas y francesas, con composiciones de Puccini, Massenet y Giordano. En la rueda de prensa que ofreció ayer en la sede de la ABAO, Heppner, considerado «uno de los mejores tenores dramáticos del mundo», se mostró encantado de compartir escenario con su «colega y compatriota» Eric Hull y pidió disculpas por el «retraso de seis meses», en alusión al concierto que suspendió en diciembre.

El tenor canadiense recordó también lo sucedido en Madrid, donde tuvo que anunciar a mitad de concierto que no podía seguir cantando. «El director del Teatro Real estaba muy preocupado por cómo iba a reaccionar el público, ya que estaba reciente el escándalo de Roberto Alagna en La Scala. Además, acababa de dar una rueda de prensa y precisamente la primera pregunta fue sobre lo sucedido con Alagna. Pero cuando, tras ofrecer una primera parte, salí al escenario y expliqué que me encontraba mal, el público, que ya se había dado cuenta de que algo no iba bien, reaccionó muy bien, con un cálido aplauso. Les prometí volver a Madrid en otra ocasión, pero por problemas de agenda no ha podido ser».

Sobre el repertorio que cantará en la capital vizcaina, Ben Heppner dijo que él «hubiera preferido» cambiar el orden. «Para mi voz sería mejor empezar con la parte italiana y acabar con el repertorio alemán, porque éste exige una capacidad vocal muy diferente, más densa, más hacia fuera. Pero la calidez del estilo italiano, y también del francés, que es de una belleza exquisita, lo hace el preferido del público. La diferencia está en la comunicación que se establece. El repertorio alemán atrae más a lo metafísico, a lo más elevado del ser, nos ennoblece los sentimientos. En cambio, el estilo italiano toca al público en lo emocional, en lo visceral, toca tierra, es algo pasional».

Heppner no aclaró si prefiere cantar una ópera entera a dar un concierto, pero sí dijo que «desde el punto de vista dramático, me resulta más exigente hacer una papel de principio a fin; sin embargo, musicalmente, es mucho más difícil un concierto». El cantante añadió que en un concierto «realmente», acaba cantando «más tiempo» que en una ópera completa.

Sobre la expresión física que exige el escenario, Hepper explicó que también está determinada por el estado de su voz. «Cuando mejor está mi voz, mayor confianza tengo en mí mismo, y eso se transmite en mi expresión y en mi relación con el público».

El mejor intérprete de Wagner

Por su parte, el maestro Hull recordó que coincidió con Heppner en La Scala de Milán hace quince años y que aquel encuentro fue «determinante» en su carrera. «Cuando le escuché cantar Wagner de esa forma, con ese fraseo lírico, entendí que había que hacer música de esa manera». El director mostró su satisfacción, así mismo, por haber encontrado en la Orquesta Sinfónica de Szeged una formación «lo suficientemente flexible en estilos como para cambiar sin problemas de un repertorio a otro».

El concierto de Ben Heppner se enmarca dentro de una de las iniciativas estrenadas por la ABAO el año pasado que persigue ofrecer un concierto anual de una figura excepcional.

SUSPENSIÓN

«A mitad de concierto tuve que decir al público en Madrid que no podía seguir, que me encontraba mal. No sabía cómo iban a reaccionar. Me dieron un cálido aplauso, y yo prometí volver».

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