Se podría decir de la Akademie que está justo a medio camino entre la sobriedad de los conjuntos antiguos europeos y la exhuberancia de los mediterraneos, y eso es tan positivo para algunos como negativo para otros. En cualquier caso, y aunque en los números finales de «Die donner-ode» ya empezaron a resultar un poco cuadrados, la Akademie ofreció unas versiones llenas de inteligencia y dinamismo de las dos obras de Telemann, bajó las órdenes del que será su nuevo director titular a partir de septiembre: Hans-Christoph Rademann. Junto a Telemann -cuya música sinfónico-coral se está poniendo muy de moda últimamente gracias a una calidad que en ocasiones no anda muy lejana de la de los oratorios de Bach- se interpretó también la «Misa en Sol mayor» de Carlos Seixas, compositor portugués del siglo XVIII no muy conocido pero que sorprendió a los presentes con una música sencilla pero preciosa.

La parte vocal del concierto tuvo como gran protagonista al RIAS Kammerchor, uno de los coros preferidos por los aficionados guipuzcoanos, que aunque no tuvo una de sus mejores actuaciones en Donostia cantó con su poderío y perfección técnica habitual.

Muy por debajo se situaron los solistas, entre los que tan sólo destacó para bien el barítono Henryk Böhm. El resto no dio de sí más que lo estrictamente necesario.