«Si no encuentras el ángulo, tienes que buscarlo tú; unas veces se consigue, otras no»
Fotografo y ganador del segundo premio de «European wildlife photographer of the year»
Desde su infancia se interesa por la fotografía, pero es en 1998 cuando empieza a ganar sus primeros concursos sobre imágenes de la naturaleza y hoy es el día en que acumula más de 70 galardones. Su último premio es el más importante de su carrera; con él, la fama la tiene asegurada.
Ianire RENOBALES | BILBO
Asier Castro (Bilbo,1975) centra su trabajo en la venta de fotografías de naturaleza en series limitadas y numeradas. Además, ha colaborado con diferentes editoriales, agencias de publicidad y libros de fotografía. Acaba de ganar el segundo premio del European Wildlife Photographer of The Year.
¿Qué se siente al recibir tan importante premio?
Al principio no te lo crees. En ese concurso la gran mayoría de los participantes son profesionales, gente que ha viajado por todo el mundo. Ganar con una imagen de Ribadeu (Lugo) en la playa de las catedrales da un subidón tremendo.
Una parte importante de su trabajo son las exposiciones.
He expuesto en Valladolid, Madrid, Eibar, Beasain y Orio. El artista que gana el certamen Indalecio Ojanguren de Eibar al año siguiente puede mostrar su colección y yo lo he ganado dos veces, en 2004 y 2006. Exponer es muy difícil, el plazo que te dan puede llegar a los dos años.
Sus fotografías están en venta. ¿Qué precios oscilan?
Todas las que están en mi página web se pueden comprar. El precio varía dependiendo del tamaño de la foto; desde los 60 euros, que es la más pequeña, de 30x20 cm, hasta los 200 euros de una de 80x50 cm.
¿Se puede vivir de ello?
Este mundo está bastante mal. Algo he vendido en Alemania o en el Estado español. En Euskal Herria pocas, y la gente compra el tamaño pequeño, supongo que por el precio. La cultura que se tiene aquí de la fotografía no es la misma que se tiene en otros países, como en EE.UU., donde en la costa oeste el interés es mucho mayor. No se valora el esfuerzo de lograr una buena captura, al menos en el caso de la fotografía de naturaleza.
Todos tenemos nuestra imagen favorita. ¿Cuál es la suya?
Imposible de decir. Tengo momentos especiales. Cerca del Txindoki cogí un amanecer escepcional, había un mar de nubes tapando el sol y empezaron a salir rayos divinos. El resultado me sorprendió.
¿Es Euskal Herria siempre su escenario?
Mayoritariamente sí, pero ahora estoy trabajando bastante la costa asturiana porque esta zona ya se me queda corta. De Cantabria también me gustan sus espectaculares acantilados. Me gustaría ir a Estados Unidos, al parque nacional de Yosemite.
Más de un año para realizar una fotografía. ¿Cómo es posible?
El otoño se puede adelantar o atrasar, puede ser que llegues a un lugar, se den la climatología y la luz perfectas, pero los colores de las hojas no sean los esperados, por ejemplo. Al volver el siguiente fin de semana, puede ser que haya habido un temporal y ya no queden hojas. A mí me ha pasado en la Hoz de Arbaiun, en Nafarroa. Yo quería conseguir retratar las hojas en movimiento utilizando una opturación lenta, así quedaría como pintada la escena. El primer año los colores estaban muy verdes y al volver varios días después, la mayoría de las hojas se habían caído. Al siguiente año lo logré.
Llegar a lugares específicos supone a veces un problema de acceso. ¿Ha tenido alguna mala experiencia?
Lo primero es tener con qué desplazarte, la climatología, la luz perfecta, la cámara y el trípode sufren más y se necesitan buenas mochilas para el equipo. Principalmente, los senderos son un problema. Hay una cascada en Artikutxa, Gipuzkoa, que no se puede fotografiar desde el camino porque se pillan todas las copas de los árboles. Hay que bajar por unos terraplenes de piedra suelta y allí di una vuelta de campana una vez. Si no encuentras el ángulo, tienes que buscarlo tú; a veces lo consigues, otras no.
¿Realizando qué fotografía ha disfrutado más?
En los Pirineos. Son caminatas largas, tres o cuatro horas, pero el paisaje es espectacular. Siempre buscamos las primeras o las últimas luces, por la calima o las sombras. Canarias también me ha vuelto loco por los contrates de verdes y desierto.
En sus salidas, ¿va siempre acompañado?
Normalmente voy solo. A veces me reúno con otro amigo fotógrafo catalán y juntos hacemos salidas a Pirineos.
¿Qué es imprescindible dentro de su mochila para el equipo?
¡Agua! Pero la comida y la brújula también son imprescindibles para hacer fotos de niebla, que se puede perder el norte; además del equipo, claro.
¿Algún consejo para los aficionados a este arte?
Mucha paciencia. Hay que ir aprendiendo poco a poco.