Crisis económica tras el estallido de la burbuja inmobiliaria
La Comisión dice ahora que la crisis afecta a la economía real europea
La Comisión Europea admitió ayer que la crisis financiera provocada por el estallido de la burbuja inmobiliaria estadounidense está afectando a la economía europea, al tiempo que advirtió que el impacto puede ser mayor en 2008.
GARA | BRUSELAS
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, comparó el pasado lunes los fondos de inversión subprime, responsables del estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, con jugadores de casino. Lula denunció la «codicia de los fondos de inversión que utilizan las tasas inmobiliarias de riesgo como si estuviesen en un casino». El casino, sin embargo, en este caso es de proporciones planetarias y las voraces `tragaperras' estadounidense podrían seguir triturando la economía mundial en el futuro.
Así lo reconoció ayer la Comisión Europea, mientras las nuevas inyecciones de miles de milloes de euros a los mercados por parte del Banco central Europeo y de la Reserva Federal estadounidense (Fed) confirmaron la profundidad de la crisis. Entretanto, el diario británico «The Times» informó ayer de la quiebra en Gran Bretaña de la compañía Victoria Mortgages -primera en Europa-, especializada en conceder hipotecas a personas con un «historial de crédito problemático» como consecuencia de la crisis estadounidense en el sector.
El Ejecutivo de Bruselas lanzó ayer dos mensajes: reconocimiento del problema, por un lado, y llamamiento a la confianza, por otro. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, indicó que la crisis financiera está afectando a la economía real en Europa, e incluso advirtió de que todavía es pronto para evaluar las consecuencias para el futuro, aunque el impacto podría ser mayor el próximo año.
Al mismo tiempo, la Comisión rebajó una décima sus previsiones de crecimiento en 2007 tanto para la eurozona, hasta el 2,5%, como para la UE, hasta el 2,8%, por las «turbulencias» que en los últimos meses han agitado los mercados financieros y a la vista del crecimiento menor de lo esperado en el segundo trimestre. En este sentido, los expertos señalan que el punto álgido de la fase expansiva de la economía ya es historia.
No obstante, la Comisión, pese a indicar que debido a la mayor incertidumbre y al endurecimiento de las condiciones financieras han aumentado «claramente» los riesgos a la baja para la economía europea, cree que los fundamentos siguen siendo «sólidos». Esa solidez, cree la Comisión, le permitirá resistir las sacudidas en los mercados, «al menos si su duración no se prolonga».
Almunia, en rueda de prensa, dijo que la revisión del PIB previsto «es marginal» y destacó que las perspectivas para la economía europea siguen siendo positivas. Así, el Comisario incidió en que «la coyuntura mundial es favorable, los beneficios de las empresas de la UE continúan creciendo, igual que el empleo, y la confianza de los agentes económicos, aunque ha retrocedido ligeramente, sigue en un nivel alto», añadió.
Para 2008, Bruselas vaticina un menor dinamismo de la actividad y admite el riesgo de que el efecto de la crisis financiera sea «significativo» en ese ejercicio. Así, Almunia reiteró que «es pronto todavía» para calcular la repercusión en 2008 de la crisis originada por las hipotecas de alto riesgo, pues dependerá de lo que suceda en la economía estadounidense -los analistas estiman que EEUU podría entrar en recesión en cualquier momento-, de la política monetaria y de la evolución de la confianza.
Según el comisario, si el endurecimiento de las condiciones financieras «va más allá de cierto límite» porque continúen las turbulencias, la repercusión negativa en la economía real aumentará. A su juicio, en ese contexto de incertidumbre, las autoridades y los reguladores deben esforzarse por «infundir confianza», para devolver cuanto antes la normalidad a los mercados financieros.
En cualquier caso, Bruselas cree que la demanda interna y, sobre todo, el consumo privado, seguirá siendo el principal motor del crecimiento tanto en la eurozona como en la UE, por la «mejora» en el mercado laboral.
Las previsiones difundidas ayer sólo recogen cálculos sobre el PIB y la inflación en el año en curso para Alemania, estados español y francés, Italia, Holanda, Polonia y Gran Bretaña, así como los agregados de la eurozona y la UE.
Bruselas ha revisado a la baja las cifras de crecimiento de Alemania (del 2,5 al 2,4%), Estado francés (del 2,4 al 1,9%) y Holanda (del 2,8 al 2,5%). Ha decidido mantener sin cambios las previsiones del Estado español (avance del PIB del 3,7%) e Italia (1,9%) y revisar al alza las de Polonia (del 6,1 al 6,5%) y Gran Bretaña (del 2,8 al 2,9%).
En cuanto a los precios, la Comisión espera cierta aceleración, hasta acumular una subida del 2% en la eurozona y del 2,2% en la UE, vista la evolución de la inflación en los últimos meses y el previsto encarecimiento de aquí a final de año de las materias primas.
Bruselas ha elaborado sus previsiones sobre una hipótesis de precio del barril de Brent de 68 dólares (1,75 dólares más que en sus últimos cálculos), un tipo de cambio del euro de 1,35 dólares por unidad y una tasa de interés a largo plazo del 4,3%.
Sacar conclusiones
Por su parte, el comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, compareció ayer ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo. McCreevy aseguró que es necesario «sacar conclusiones» de la crisis hipotecaria en EEUU y tratar de frenar la «concesión de créditos sin seguridad».
El comisario señaló que «el problema de raíz» son los «malos créditos» concedidos por las instituciones financieras, derivados de una mala comprensión de los riesgos. «Está claro que las instituciones [financieras] quieren cada vez más beneficios y buscan cada vez vías más sofisticadas para conseguirlos». «Es un problema de comportamiento, de avaricia», añadió McCreevy, que consideró que es necesario buscar «un compromiso ético por parte de las instituciones financieras» y un «control más estricto a la hora de evaluar riesgos». El peligro ahora es que «la crisis se extienda a otras áreas y afecte al crecimiento económico del mundo».
La compañía británica Victoria Mortgages, especializada en hipotecas de «alto riesgo», se convirtió en la primera entidad de crédito en Europa en declararse en quiebra, «contagiada» por la crisis estadounidense.
El Producto Interior Bruto (PIB) creado por la actividad económica en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa registró un crecimiento real del 4,1% en el segundo trimestre de 2007 con respecto al mismo período del año anterior, según datos difundidos ayer por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Esta tasa interanual del 4,1%, que se repite por tercer trimestre consecutivo, supera en una décima porcentual a la alcanzada en el Estado español (4%), y se sitúa por encima de la obtenida por los 27 países de la Unión Europa (2,8%). Por herrialdes, el mayor crecimiento del PIB se produjo en Bizkaia (4,2%), seguido de Gipuzkoa (4,1%) y Araba (3,7%).
Según el Eustat, el sector Primario creció un 9,7%, casi cuatro puntos más que en primer trimestre.No obstante, su pequeño peso relativo en el total de la economía hace que su aportación al crecimiento total sea escasa. El Sector Industrial mantiene un crecimiento interanual del 4,6%. La Construcción vuelver a perder una décima (4,3%) en su variación interanual, y otro tanto ocurre con los Servicios de Mercado (3,8%).
En una comparecencia extraordinaria en el Parlamento Europeo, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, dejó abierta la puerta a nuevas subidas de tipos de interés después de que el pasado jueves el BCE no alterara el precio del dinero -quedó en un 4%- ante la incertidumbre que reina los mercados.
Trichet, tras asegurar que la eurozona reaccionó «con prontitud y eficacia» a las recientes turbulencias financieras, dijo que el BCE hará lo necesario para garantizar la estabilidad de precios, recordó que debe recabar más información antes de tomar cualquier decisión sobre los tipos de interés.
El banquero recordó que los riesgos para la estabilidad de precios a medio plazo siguen al alza y que la política monetaria del BCE continúa siendo «acomodaticia».
A preguntas de los eurodiputados, Trichet subrayó que el mandato principal del BCE es garantizar la estabilidad de precios, esencial para mantener la confianza en la economía europea, y recalcó que el Consejo de Gobierno de la entidad situará los tipos de interés «al nivel que consideremos adecuado» para asegurar esa estabilidad.
En cuanto a las «sacudidas» en los mercados mundiales derivadas de la crisis hipotecaria en Estados Unidos y la reacción del BCE, que llevó a cabo varias inyecciones de crédito para paliar la escasez de liquidez en el eurosistema, se mostró convencido de que esta entidad «hizo lo correcto, en el momento adecuado».
A pesar de la quiebra de algunas entidades dedicadas al negocio de las hipotecas «subprim»" y el rápido contagio de la volatilidad entre los mercados mundiales, el presidente del BCE hizo hincapié en que la situación no afectó a la solidez de las instituciones financieras.
Consideró necesario, en cualquier caso, extraer conclusiones de esta crisis, «que no ha concluido», y destacó la proliferación de productos financieros derivados cada vez más sofisticados, que permiten compartir los riesgos, pero que también implican «aspectos negativos».
No se mostró partidario de aumentar la regulación de estos derivados, pero insistió en que cada vez resulta más difícil evaluar los riesgos asociados a esos productos tanto a los inversores que los adquieren como a las entidades que los respaldan.
Aludió también al papel de las agencias de calificación de riesgos -dedicadas a evaluar la capacidad de compañías y valores para hacer frente a sus obligaciones financieras- antes de la crisis y se mostró especialmente preocupado por los potenciales conflictos de intereses en que pueden incurrir. Estas agencias -Standard & Poor's, Moody's y Fitch son las más importantes- cobran a las empresas o entidades calificadas por sus análisis, lo que ha suscitado dudas sobre su fiabilidad, especialmente vista la lentitud con que alertaron sobre los riesgos vinculados al mercado hipotecario de EEUU.
El de ayer fue también otro día en el que la Reserva Federal (Fed) y el BCE inyectaron cantidades millonarias a los mercados. La entidad emisora estadounidense, mediante una operación colateral de recompra de títulos, puso en circulación 3.500 millones de dólares (2.530 millones de euros), mientras que el BCE inyectó 269.000 millones de euros a un interés mínimo de 4,14% mediante subasta semanal.
